Un siglo de retrasos en las tarjetas verdes paraliza el sistema de inmigración y amenaza la economía estadounidense. ¿Se puede arreglar?

Por: Nora Estrada

Por: Nora Estrada

Para disminuir el retraso de 35 millones de solicitudes de green cards que actualmente paralizan el sistema de inmigración y amenaza la economía estadounidense, expertos sugieren que la mejor solución sería levantar los límites y expandir significativamente la inmigración legal.

Durante la videoconferencia organizada por Ethnic Media Services, los ponentes también coincidieron que con esas medidas se beneficiaría la economía estadounidense y el fondo de Seguridad Social.

Este año, sólo alrededor del tres por ciento de las personas que han presentado solicitudes de tarjeta de residencia recibirán el estatus permanente. 

Dijo que de la cantidad de 35 millones de solicitudes pendientes actualmente es una cifra exorbitante frente a los 10 millones de 1996. 

Comentaron que los primeros retrasos comenzaron hace un siglo, cuando se aplicaron los primeros límites a la inmigración, y se han acelerado rápidamente a medida que las leyes de inmigración se volvieron más restrictivas y complicadas debido a la política.

Las demoras en el procesamiento y el desperdicio de tarjetas verdes disponibles son parte normal de un sistema que desalienta la inmigración legal y ordenada. 

Los integrantes del panel discutieron el por qué se llegó a este punto de crisis en el sistema de inmigración legal, cuáles son las soluciones y por qué Estados Unidos puede absorber y beneficiarse fácilmente de la población recién legalizada.

Retrasos se debe a los límites de las green card

David J. Bier, director asociado de Estudios de Inmigración del Instituto Cato, dijo que la baja tasa de aprobación de tarjetas de residencia no se debe al complicado proceso de solicitarlas, sino a los límites de las mismas.

Dijo que en el 2024 se espera que un millón 100 mil personasreciban tarjetas de residencia de un total de 35 millones de solicitudes pendientes. 

“En otros términos, sólo alrededor del 3 por ciento de las personas que han presentado solicitudes de tarjeta de residencia recibirán el estatus permanente.

Bier agregó que en 1922, cuando comenzaron los retrasos, aproximadamente el 98 por ciento de los solicitantes que intentaron obtener el equivalente entonces a la residencia legal permanente fueron aprobados.

“A mediados de la década de 1920, la tasa de aprobación era de alrededor del 50 por ciento debido a la Ley de Inmigración de 1924, que establecía límites numéricos muy bajos basados en el país de nacimiento, restringiendo particularmente la inmigración legal de Europa del Este y Asia”, señaló. 

A principios de los años 30, prosiguió, se adoptó una norma de carga pública que se eliminó progresivamente y que prohibió a casi todos los solicitantes.

“Las aprobaciones se mantuvieron por debajo del 20 por ciento durante y después de la Segunda Guerra Mundial, y así es como pasamos de fronteras abiertas a lo que tenemos ahora, que son fronteras casi cerradas: una tasa de aprobación del 98 por ciento que se redujo al tres por ciento en los últimos años”, explicó.

Bier dijo que a pesar de que las solicitudes de tarjetas de residencia se han más que triplicado, de unos 10 millones en 1996 a 35 millones en la actualidad, los límites modernos, originalmente establecidos por la Ley de Inmigración de 1990, apenas han aumentado, de 357 mil al año en 1922 a más de 575 mil en 2024.

“En la ley de inmigración de 1990, el límite de refugiados lo fija anualmente el presidente. Pero siempre lo ponen muy por debajo de la demanda. Y como pueden ver, pasamos de unos 10 millones de solicitudes a casi 35 millones”, reitero. 

Señaló que en la categoría de las residencias patrocinada por las familias, el ocho por ciento consiguió la residencia. 

“Es una locura el número de familiares cercanos de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes legales que están esperando tarjetas de residencia debido a retrasos en el procesamiento”, expresó.

Bier dijo que probablemente cuatro millones es el número más común el del rezago de las residencias patrocinadas por la familia. 

“Hay una enorme acumulación de peticiones, que es el comienzo del proceso de patrocinio familiar”, comentó. 

Explicó que en este tipo de solicitud, primero, el ciudadano estadounidense debe presentar una solicitud en nombre del familiar.

“Esas solicitudes simplemente se guardan en un cajón en algún lugar del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos para que nunca sean vistas durante décadas porque la fila es tan larga que no se molestan en adjudicarlas de inmediato”, dijo.

Bier opinó que Estados Unidos es un país grande que tiene capacidad para resolver el problema migratorio.

“Creo que somos un país grande que puede manejar esto. Y estas personas contribuirán a Estados Unidos y hacer de nuestro país un lugar más fuerte y rico”, expresó.

Falta de recursos

Jack Malde, del Centro de Política Bipartidista, dijo que la acumulación existe porque las agencias como el Departamento de Estado y la Oficina de Ciudadanía y Migración (USCIS) no tienen suficientes recursos para procesar todos los casos pendientes. 

“Muchas personas dentro de este rezago están actualmente fuera de Estados Unidos. Si reciben sus tarjetas de residencia, aumentará nuestra fuerza laboral, que necesita urgentemente nuevos trabajadores”, opinó. 

Agregó que además existe escasez de mano de obra en varias industrias.

“Tenemos una población que envejece y necesitamos que vengan trabajadores extranjeros al país para reforzar la mano de obra”, añadió. “Los inmigrantes también aportan habilidades y experiencia que pueden complementar nuestra fuerza laboral nacional”.

Dijo que otro beneficio clave de otorgar tarjetas de residencia a este grupo es eliminar estas restricciones del mercado laboral, permitiéndoles aceptar una variedad más amplia de trabajos y avanzar en sus carreras. 

“Y eso también tiene beneficios de productividad”, comentó Malde.

Por su parte, Cyrus Mehta, abogado de inmigración y fundador y socio director de Cyrus D. Mehta & Partners, dijo que las visas temporales patrocinadas por empleados, como la H1, nunca reciben luz verde.

“Los acumulan en retrasos que duran para siempre, con extensión tras extensión, como no inmigrantes vinculados a sus empleadores, y en el proceso, Estados Unidos pierde”, comentó. «Se frustran y van a países con beneficios y sistemas de inmigración mucho más atractivos, como Canadá”.

Agregó que Estados Unidos tal vez no pueda mantener su liderazgo mundial con respecto a atraer a los mejores y más brillantes inmigrantes”, expresó Mehta.

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