Cariño incondicional: Cuida a paciente paralizado del cuello hacia abajo desde hace 33 años

Por: Nora Estrada

Cuidadora de adulto mayor trabaja las 24 horas del día los siete días de la semana por solo seis horas diarias remuneradas

Durante unos minutos libres mientras esperaba a su nieto fuera de la escuela, Diana Lara compartió su historia como cuidadora de un adulto mayor a domicilio que empezó a vivir hace 33 años, y que solo ha interrumpido durante unas semanas mientras se recuperaba de una mastectomía porque es sobreviviente de cáncer. 

“No tengo mucho tiempo para socializar o dar entrevistas porque mi trabajo es muy demandante, pero te cuento mi día a día como cuidadora de un adulto mayor mientras mi nieto sale de la escuela. Ese tiempo es uno de los pocos que tengo libres al día”, dijo Lara luego de varios intentos de concretar la entrevista.

Opinó que para todos el tiempo es valioso, pero para un cuidador de adultos mayores a domicilio es extremadamente valioso porque el trabajo se rige por el estado físico o emocional del paciente y por las disposiciones de sus médicos.

“Mi paciente, Salvador, a quien le tengo un cariño muy especial porque nos conocemos desde que teníamos 15 años, requiere atención las 24 horas del día, no lo puedo dejar solo por mas de una hora porque está inmovilizado del cuello hacia abajo. Hace 33 años me comprometí a cuidarlo.

“El trabajo es duro, es duro… “, suspira la cuidadora, pero de inmediato se recuperó y manifestó con determinación: “No me arrepiento de entregar mi vida a su cuidado. Cuando sucedió el lamentable suceso que lo dejó paralizado, nos teníamos cariño y pienso que es la razón decidí y quise cuidarlo”, narró.

‘Mi paciente requiere atención las 24 horas del día porque esta inmovilizado del cuello hacia abajo. El trabajo es duro, es duro…’

Diana Lara

A los 23 años, Salvador, ahora de 56 años, recibió una bala en el cuello, que no lo mató, pero lo condenó a vivir aferrado a una silla de ruedas sin movimiento, consciente.

“Lo aseo, le preparo la comida, le doy de comer, le doy sus medicamentos a su hora, le doy terapia física, le hago sus citas médicas, lo llevo al doctor, le vacío la vejiga, lo muevo cada dos horas durante la noche, eso además de llevarle todo lo necesario de su casa, desde surtir la despensa, hasta la limpieza. Así es mi día a día. Así son las 24 horas del día los siete días a la semana”, expresó.

Lara dijo que es muy desconfiada de los centros de cuidado porque piensa que si lo lleva a uno de ellos no lo van a cuidar como es debido debido a que esos lugares siempre necesitan personal.

“Pero prefiero cuidarlo yo que ir a dejarlo en un Home Care porque tengo miedo que no lo atiendan bien”, dijo.

La cuidadora de adultos agregó que vive bajo el mismo techo que Salvador, pero en cuartos separados porque es lo mas conveniente por el cuidado que requiere el paciente.

“Lo primero que hago al levantarme, es ir a revisar a Salvador y darle sus medicamentos. Lo dejo preparado antes de llevar a mi nieto a la escuela de voladita, después, regresó para darle su desayuno, darle terapia, prepararlo para el baño. Para entonces llega la hora de preparar la comida y asearlo de nuevo. Llega la hora de dejarlo otro ratito porque tengo que ir a recoger a mi nieto”, contó.

Después de esas tareas, Lara regresa a atender a Salvador, darle de comer, a revisar citas o hacer citas con el doctor.

“A las 4:00 de la tarde le doy sus pastillas”, añadió. “Después de eso me da chance de descansar un ratito antes de preparar la cena a las 6:00 de la tarde. Después de la cena lo aseo de nuevo para que duerma a gusto”.

Pero con eso no termina el trabajo diario de Lara porque durante la noche se levanta cada dos o tres horas para cambiar de posición a Salvador.

“No me quejo, pero si me preguntas si tengo vida social, no, no tengo vida social, pero estoy feliz de que Salvador siga con vida contra todo pronóstico porque ya van dos veces que los doctores me dicen que le queda poco tiempo”, comentó.

‘Hace 33 años me comprometí a cuidar a Salvador y no me arrepiento’

Diana Lara

Lara, de 55 años y sobreviviente de cáncer, reconoce que su actual trabajo es mas pesado del que durante un tiempo realizaba en una tienda Target, donde ganaba mas.

“Pero nadie lo va a cuidar mejor que yo. Fue mi decisión cuidarlo, ojalá pagaran mejor, pero bueno, hacemos lo que Podemos con la paga”, comentó. “Es mucho trabajo, yo lo cuido porque es una persona especial para mí, pero yo no trabajaría para alguien mas por ese sueldo, que para nada corresponde al trabajo que hago”. 

La vecina de Lincoln Heights, un vecindario a unos 15 minutos del centro de Los Angeles, opinó que el trabajo que realiza es casi de una enfermera.

“Hago casi todo el trabajo que hace una enfermera porque hasta me ha tocado hasta inyectarlo, pero no nos pagan como a una enfermera, y Salvador requeriría de dos enfermeras porque el trabajo con el es de 24 horas, sería una enfermera de dia y otra de noche”, expresó.

Lara contó que una de las tareas que le ha tocado, es transportar a Salvador a sus citas con el doctor porque no es fácil sentarlo en el carro y luego bajarlo y colocarlo en la silla de ruedas.

“Tenemos disponible el transporte, pero usarlo significa perder todo un día porque se pierde mucho tiempo a que vengan a recogerlo y luego regresarlo. No solo eso, llegan con otras personas a las que también van a regresar a sus casas y eso toma mas tiempo.

“Es mas cómodo usar el transporte para él y para mí, pero lo único que no nos gusta, es que uno se toma todo el día. Entonces decido llevarlo yo y usar su silla manual y lo tengo que acomodar en el carro, sacar y moverlo al hospital con riesgo de que yo me lastime, pero con tal de no perder todo un día”, expresó. 

 La cuidadora de un adulto a domicilio dijo que ella cuenta con una certificación de cuidados porque tomó clases para dedicarse a eso con su amigo.

“Desde hace 33 años empecé a cuidar a Salvador sin remuneración por un cariño especial. Ahora ya recibó un pago”, expresó.

Lara compartió que apenas desde enero pasado le empezaron a pagar a 18 dólares la hora y le aumentaron a 201 horas al mes.

“Muy buen aumento porque antes era de 14 dólares la hora, durante lo fuerte de Covid 19 aumentó a 16, hace un año a 17 dólares la hora, y en enero a 18. Actualmente me pagan seis horas al día”, contó.

Explicó que no puede vivir solo porque no puede ni abrir una puerta ni encender luces, menos comer o ir al baño.

“Antes, de perdido y por milagro movía un poco la mano izquierda y prendía y apagaba las luces”, dijo. “Pero ahora ya no, y me preocupa porque a veces lo tengo que dejar solo por dos o tres horas porque tengo que ir a surtir la despensa o con mi doctor”.

Recomendar el Programa CalGrows

Lara dijo que por el momento va a recomendar entre sus conocidos la oferta que ofrece el Departamento de Envejecimiento de California con el programa CalGrows, que brinda capacitación del cuidado de salud de adultos mayores de manera gratuita y hasta la oportunidad de ganar hasta seis mil dólares en estipendios al completar con éxito el curso.

Debido a que existe una escasez de 3.2 millones de cuidadores y trabajadores de atención médica domiciliaria, California implementó el programa CalGrows.

En una conferencia virtual organizada por Ethnic Media Services, funcionarios del Departamento de Envejecimiento de California invitaron a los cuidadores remunerados y no remunerados a inscribirse a los diferentes cursos disponibles.

“El objetivo es equiparlos con habilidades valiosas y allanar el camino para nuevas posibilidades profesionales”, dijo Renita Polk, encargada de CalGrows.

Polk informó que la capacitación de CalGrows está disponible solo hasta el 30 de agosto. 

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