
Los Ángeles.- Desde el primero de noviembre, 42 millones de estadounidenses perdieron el acceso al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), en medio del cierre parcial del gobierno federal, por lo que no tendrán mucho que agradecer en Thanksgiving.
La ayuda del SNAP se distribuye a personas de bajos ingresos en todo el país en forma de cupones de alimentos. En California, donde el programa SNAP se conoce como CalFresh, más de 5.5 millones de personas, incluyendo uno de cada ocho niños en el estado, dependen del servicio.
California, al igual que otros 30 estados, declaró que no puede compensar los recortes del gobierno federal.
Hasta el momento, 25 estados, incluyendo California, han demandado al gobierno federal por la interrupción abrupta de los beneficios del SNAP.
A largo plazo, la Ley Integral de Reforma Alimentaria, aprobada por el Congreso a principios de este año, reduciría el presupuesto del SNAP en 287 mil millones de dólares durante la próxima década.
También se han impuesto nuevos requisitos laborales para determinar la elegibilidad.
Durante una videoconferencia organizada por American Community Media (ACOM), Jamie Bussel, oficial superior de Programas de la Fundación Robert Wood Johnson, dijo que SNAP es el programa contra el hambre más grande del país que data de la Gran Depresión.

“Y nunca se había interrumpido de esta manera”, manifestó.
El programa WIC, explicó, es el otro programa federal de alimentación y nutrición de vital importancia que proporciona alimentos, fórmula, educación nutricional, apoyo a la lactancia materna y una amplia gama de otros servicios de salud a mujeres embarazadas, en período de posparto, bebés y niños pequeños.
“Esta crisis no se debe a que el Congreso no tenga dinero, sino a que nuestros legisladores priorizan la política sobre las personas”, expresó.
Bussel opinó que cuando se acabe la financiación para SNAP y WIC, los 42 millones de personas que participan en el programa SNAP no tendrán los recursos necesarios para garantizar que tengan suficiente comida durante todo el mes.
“Todos sufrirán de hambre”, agregó. “Y esto incluye a niños, familias, personas con discapacidad, adultos mayores y veteranos”.
Informó que más de siete millones de bebés y familias que participan en el programa WIC no podrán acceder a alimentos, fórmula, apoyo para la lactancia, entre otros servicios.
“Y las economías locales también se verán afectadas porque las compras con SNAP, he visto cifras que llegan hasta el 15 por ciento del total de las ventas de supermercado están relacionadas con las compras del programa SNAP”, señaló. “Los supermercados en todo el país, especialmente en las zonas rurales, se verán muy afectados”.
Bussel consideró que es probable que los bancos de alimentos se vean completamente desbordados.
“Y si bien, nuestros sistemas de apoyo alimentario de emergencia son vitales en Estados Unidos,no reemplazan el programa SNAP”, comentó. “Para que se hagan una idea, por cada comida que un banco de alimentos puede proporcionar, el programa SNAP proporciona nueve”.
Añadió que como los bancos de alimentos no podrán reemplazar lo que hace SNAP, se esperan repercusiones enormes.
“Cuando los niños dejen de ser elegibles para recibir SNAP, es probable que pierdan su elegibilidad para otros programas de alimentación, como el programa de almuerzo y desayuno escolar, o los programas de alimentación de verano.
“Es realmente difícil comprender que hayamos llegado a esta situación. Esto no nos define como nación”, expresó. “Estos son programas de salud pública y nutrición que funcionan, y que funcionan de manera muy eficaz”.
Aseguró que SNAP es uno de los programas más eficaces contra la pobreza y a favor del crecimiento para millones y tiene un enorme impacto en el bienestar y la capacidad de las personas para prosperar.
“SNAP es uno de los programas más eficaces contra la pobreza y a favor del crecimiento que tenemos en Estados Unidos”, reiteró.
Por su parte, dijo, el WIC es posiblemente el programa de salud pública más importante y exitoso en este país porque promueve nacimientos más saludables,un mejor desarrollo infantil, una mejor alimentación para la madre y el bebé, y brinda mejores resultados de salud.
“Reduce la inseguridad alimentaria y mejora el acceso a la atención médica preventiva y la educación nutricional para personas embarazadas, en el posparto y lactantes de bajos ingresos.
“El poder y el impacto de estos programas son incalculables. No entiendo cómo alguien puede justificar no garantizar que estos programas sigan recibiendo la financiación completa y funcionando a pleno rendimiento. No tiene ningún sentido”, señaló Bussel.

Impacto en California
Joseph Llobrera, director de investigación del equipo de Asistencia Alimentaria del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, informó que en California dejarán de recibir los beneficios de SNAP cada mes un total de cinco millones de personas.
“Eso es una de cada siete personas del estado. Se distribuyen más de mil millones de dólares en beneficios del SNAP cada mes.
“Lo que está sucediendo ahora mismo es verdaderamente algo sin precedentesy resultará en un aumento de las dificultades, que no hemos visto a esta escala en este país”, añadió. “42 millones de personas de toda la nación perdieron la ayuda alimentaria que necesitan para alimentar a sus familias en noviembre, una época en la que las familias se reúnen en torno a la mesa durante las fiestas (Thanksgiving), lo que incluye a 16 millones de niños, ocho millones de adultos mayores y, cuatro millones de adultos no mayores con discapacidades”.
Además, Llobrera dijo que las nuevas normas que forman parte de la perjudicial ley de reconciliación republicana, promulgada en julio pasado, también están entrando en vigor, provocando una reducción de 187 mil millones de dólares al SNAP.
“Lo que representa un recorte del 20 por ciento, el mayor en la historia del programa”, expresó. “Eso dejará sin derecho a beneficios a millones de personas en los meses y años venideros. Debido al cierre del gobierno, el USDA dijo que nadie recibirá los beneficios de noviembre, lo cual es sumamente preocupante”.
Eldirectivo dijo que la administración tiene la autoridad legal y la responsabilidad de liberar los beneficios del SNAP de noviembre porque el Congreso ya proporcionó los fondos de contingencia plurianuales para el SNAP.
“Dinero reservado precisamente para situaciones como déficits de financiación, o cierres. Esta es una emergencia”, señaló.
La negativa de esta administración a entregar los fondos ha llevado a 25 estados de estados a demandar al gobierno y el viernes pasado, dos jueces federales ordenaron a la administración del presidente Donald Trump aplicar los fondos de contingencia para cubrir la ayuda que brinda SNAP.
“Además, la ley es clara. Los fondos de contingencia del SNAP pueden usarse para todas las actividades necesarias del programa, incluyendo los beneficios. Nada en la ley impide el uso de la reserva de contingencia y sería un hecho sin precedentes permitir una interrupción en los beneficios del SNAP”, señaló.
Llobrera dijo que por primera vez en la historia del programa, los estados se enfrentarían a costos elevados, y volátiles, y tendrían dificultades para absorber estos nuevos costos.
“La mayoría de los estados afrontarán costos de entre el cinco y el 15 por ciento de los costos de las prestaciones”, expresó.
Para tener una idea de la magnitud de estos costos, explicó, en California, una contrapartida del cinco por cientoequivale a 600 millones de dólares al año.
“Con una contrapartida del 15 por ciento eso ascendería a mil 800 millones de dólares al año”, señaló.
Explicó que la nueva ley pone a millones de personas más en riesgo de perder sus beneficios como alos padres y cuidadores con hijos mayores en el hogar y los adultos mayores de entre 55 y 64 años deben cumplir con este requisito laboral.
“La ley también eliminó las exenciones para veteranos, personas sin hogar, y para quienes han cumplido la mayoría de edad y han salido del sistema de acogimiento familiar”, dijo.
Indicó que solo en California, se estima que cientos de miles de personas correrán el riesgo de perder parte de sus beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) debido a la ampliación de los requisitos laborales.
Agregó que un tercer efecto perjudicial de la nueva ley es que niega la asistencia alimentaria a muchas personas inmigrantes, que viven legalmente en Estados Unidos que han recibido protección humanitaria.
“Entre los afectados se incluyen refugiados, personas a las que se les ha concedido asilo, ciertas personas supervivientes de violencia doméstica y ciertas víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual o laboral”, comentó.
Llobrera dijo que es importante recordar que las personas que carecen de documentación no eran ni siguen siendo elegibles para el SNAP.

Niñez, la más impactada
Gina Plata-Nino, directora interina del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) del Centro de Investigación y Acción Alimentaria, dijo que las implicaciones de los recortes de la asistencia alimentaria, como del SNAP, impactan más en los niños y pre adolescentes.
“El SNAP recorta los beneficios para los niños”, expresó.
Destacó que uno de cada cinco niños en Estados Unidos dependen de los cupones de alimentos.
“Pero estos niños no viven solos. Un niño de 5 años, un niño de 3 años tienen cuidadores, y estos cuidadores viven, trabajan, pero no ganan lo suficiente. Ganan menos de mil 100 dólares al mes, así que ya están sintiendo estas presiones ya que destina a la vivienda entre un 70 y 80 por ciento de sus ingresos, y muy poco a otras necesidades básicas.
“En lo que respecta al impacto del SNAP, estas familias dependían de múltiples beneficios solo para asegurarse de tener suficiente dinero y recursos para el bienestar de sus hijos”, comentó.
Plata-Nino enfatizó que esto también incluye a los niños de 15 años o más.
“A los 16 y 17 años yo diría que siguen siendo niños que necesitan que sus padres puedan cuidarlos, y, como saben, el cierre del gobierno y las leyes de reconciliación tendrán un impacto directo en ellos”, comentó. “Lamentablemente muchos padres ya no podrán estar presentes si no demuestran que cumplen con los rigurosos requisitos para obtener SNAP”.
Dijo que el solo hecho de procesar la solicitud de SNAP no es fácil, lo que supone un gran esfuerzo para las familias.
Comentó que además algunos estados dificultan enormemente el acceso a este programa, y con la ley de reconciliación, muchos otros estados lo dificultará aún más para reducir el acceso.
“Estos programas son los que marcan la diferencia entre la pobreza y la posibilidad de salir de ella, sobre todo en estados con un alto costo de vida, donde todo cuesta aún más, la diferencia es notable», dijo.
Plata-Nino destacó que las zonas remotas y rurales tienen un mayor porcentaje de inseguridad alimentaria.
“Es decir, hambre”, expresó. “Tienen un mayor porcentaje de pobreza y también un mayor porcentaje de utilización del programa SNAP”

Familias experimentan miedo, ansiedad y estrés
Eric Valladares, director ejecutivo de Family Connections, dijo que en el Condado de San Mateo han observado entre la comunidad, principalmente familias inmigrantes de bajos ingresos, un aumento de miedo, ansiedad y estrés entre los cuidadores de niños que atienden impactados por la situación.
“Todo lo que experimentan es impulsado principalmente por la incertidumbre en torno a las prestaciones sociales, la vivienda y las políticas de inmigración”, expresó. “Como pueden imaginar, el estrés afecta directamente la relación entre padres e hijos”.
Explicó que Family Connections brinda servicios de educación familiar y salud mental a familias de bajos ingresos con niños desde el nacimiento hasta los cinco años en San Mateo con servicios en tres centros: Daly City, Redwood City y East Palo Alto.
“Nuestros programas ayudan a los niños a desarrollar bases sólidas para el aprendizaje, al tiempo que fortalecen las habilidades de los cuidadores y promueven el bienestar familiar. Pero en respuesta a las crecientes necesidades, hemos ampliado nuestros servicios más alla para brindar servicios de salud mental infantil temprana a familias inscritas en los programas Early Head Start y Head Start en todo el condado”, explicó.
Valladares comentó que también ofrecen grupos de juego gratuitos, talleres para padres y grupos de apoyo abiertos a todas las familias de la comunidad.
“Al reflexionar sobre la situación actual, es fundamental considerar cómo las familias ya se han visto afectadas por muchos de los cambios en las políticas implementadas por la administración actual.
“Y, en particular», agregó, »estas políticas están dirigidas a impactar a quienes son inmigrantes o viven con bajos ingresos, o ambas cosas”.
Dijo que en el año fiscal anterior, del 2024 al 2025, atendieron a 917 cuidadores y niños.
“El 57 por ciento de ellos se identifica como latino o latina, y casi la mitad habla español como su lengua materna”, expresó.
Valladares dijo que casi el 17 por ciento de los niños que viven en el condado de San Mateo pertenecen a familias con ingresos inferiores al 200 por ciento del nivel federal de pobreza.
“Como pueden imaginar, hemos observado un aumento del miedo, la ansiedad y el estrés tóxico entre los cuidadores a quienes atendemos, impulsado principalmente por la incertidumbre en torno a las prestaciones sociales, la vivienda y las políticas de inmigración.
“Los cuidadores están sobrecargados y no tienen la misma capacidad para atender las diversas necesidades de sus hijos”, agregó.
También comentó que han observado una disminución en la inscripción a programas similares a los que su organización ofrece en todo el condado.
“Nos preocupa que las familias se estén alejando de los sistemas de apoyo comunitario porque temen compartir información personal o porque les preocupa que recibir servicios pueda poner en riesgo su estatus migratorio.
“Nuestras familias necesitan apoyo en salud mental y orientación sobre recursos para sobrevivir y prosperar”, dijo.
Informó que las familias que atienden tienen ingresos iguales o inferiores al 50 por ciento del ingreso medio de la zona.
“Lo que las sitúa en las categorías de ingresos extremadamente bajos o muy bajos”, dijo.”En el condado de San Mateo el ingreso medio familiar supera los 150 mil dólares”.
Comentó que la brecha entre lo que ganan las familias y lo que necesitan para cubrir sus gastos básicos es enorme.
“Tan solo el cuidado infantil puede costar entre 20 mil, 25 mil y 30 mil dólares al año, y una encuesta del condado realizada en 2022 reveló que más del 80 por ciento de los padres dijeron que encontrar cuidado infantil asequible era bastante o muy difícil.
“Asi que cuando hablamos de la pérdida de beneficios públicos, de necesidades básicas y seguridad, vemos que los cuidadores con dificultades económicas experimentan un aumento del estrés crónico y la ansiedad”, dijo Valladares.

