En Los Ángeles, la sombra es a menudo para los privilegiados

Por: Especial

Por: Pilar Marrero / EMS

Después del verano más caluroso de la historia, las autoridades prometen de nuevo hacer que la cubierta arbórea sea más equitativa.

Cuando Amy Schulenberg maneja por Boyle Heights, se distrae mirando los árboles. “Mis hijas lo llaman conducción por troncos”, dijo riendo.  

Schulenberg conoce cada especie y casi todas las calles en esta vecindad histórica de clase trabajadora al este del centro de Los Ángeles. Entre 2021 y 2023 caminó centenares de calles en Boyle Heights para buscar espacio para plantar nuevos árboles. 

Recita rápidamente los nombres de las especies que se plantaron – una lista que necesitaba una actualización rutinaria entre condiciones climáticas cada vez más calurosas. 

“Esa es el chilopsis, ese es el pistache chino, ese es el encino de la costa, y ese es el árbol de orquídeas moradas; los residentes latinos de esta zona lo llaman ‘Pie de vaca’, y muchos lo usan con fines medicinales para hacer infusiones. “Dicen que reduce la presión arterial”, explica. 

Schulenberg dirige un programa forestal subvencionado, supervisado por la oficina de sanidad y medio ambiente del Departamento de Obras Públicas de Los Ángeles, que permitió a su equipo plantar 1,400 árboles en zonas de este barrio carentes de sombra. 

Esta subvención en concreto para Boyle Heights vino de la Agencia de recursos naturales de California y se financió a través del Programa de Subvenciones para Infraestructuras Verdes de la Proposición 68. 

Fue emocionante y supuso mucho trabajo. “Muchas calles en esta zona tienen bordes ajardinados increíblemente pequeños”, dijo. 

Boyle Heights es una de las muchas comunidades de Los Ángeles con un dosel arbóreo inferior a la media, lo que significa que las personas que viven allí sufren más a medida que las temperaturas siguen subiendo. La media de dosel arbóreo por Los Ángeles es del 21%, pero en vecindades como el Sur de Los Ángeles y Pacoima es solo del 5% al 7%. Por el contrario, en zonas acaudaladas como Los Feliz y Brentwood, es de hasta el 40%. 

“Hay mucha necesidad de enverdecimiento en zonas de la ciudad, como el Sur de Los Ángeles y el noreste del Valle de San Fernando”, dijo Schulenberg. Durante años, los estudios han concluido que la equidad de sombra en Los Ángeles sigue líneas económicas y raciales y que la ciudad debe dar prioridad a la plantación de más árboles en los barrios más desfavorecidos.  

“Si miras un mapa de comunidades altamente vulnerables por todo Los Ángeles que están afectadas por una variedad de factores, y luego miras un mapa del dosel arbóreo, coinciden”, dijo Rachel Malarich, la primera jefa forestal de la ciudad. 

Más que ser simplemente un elemento agradable y estético, los árboles y espacios verdes también son vitales para la resistencia climática y la salud de la comunidad. 

“Nos estamos alejando del concepto de que el enverdecimiento es algo bonito que hay que tener para que la vecindad se vea mejor, un poco como ponerse uno joyas después de vestirse” dijo Malarich. “Es, de hecho, una pieza crítica de nuestra infraestructura que hace que nuestras vecindades sean más sanas, seguras, y que tengan mejores resultados para nuestros vecinos”. 

Las consecuencias para la salud de tener un dosel arbóreo bajo son muy reales.

El pasado abril, investigadores de salud pública de la UCLA revelaron que si el dosel arbóreo y la vegetación por todo el condado se incrementara hasta la media, los residentes de las zonas inferiores a esas medias podrían en realidad ganar meses de esperanza de vida añadida.  

“Hay una enorme cantidad de pruebas de que en las zonas con un enverdecimiento adecuado, se reducen los trastornos por déficit de atención y las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. También hay menos depresión y mejores resultados de embarazos”, dijo Michael Jerrett, uno de los investigadores de la UCLA. El número de “nacimientos con poco peso disminuye, y el bienestar y la felicidad aumentan”. 

Pero Los Ángeles tiene mucho trabajo por hacer, y no solo en cuanto a plantar árboles en las calles. Hay casi 3 mil millones de dólares en mantenimiento de los parques municipales que hay que poner al día, y una perpetua infrafinanciación significa ciclos de poda de árboles excesivamente largos que ponen en riesgo a los árboles. 

El profesor John Wilson, director del Instituto de Ciencias Espaciales en la USC, que ha estado investigando la manera en que los árboles pueden mitigar el calor, se reúne regularmente con varios departamentos municipales para a ayudar con proyectos de enverdecimiento. 

El reto de aumentar el dosel arbóreo en las comunidades más pobres se remonta a cómo se crearon las ciudades en primer lugar, dice. Las zonas de la ciudad que se demarcaron siguiendo prácticas discriminatorias raciales hace muchas décadas aún carecen de lo básico, incluyendo espacios abiertos, dice.

“Tenemos que reinventar la ciudad, no solo Los Ángeles, sino todas las ciudades del mundo”, dijo Wilson. 

Después de la recesión de finales de la década de 2000, la ciudad se enfrentó a un enorme déficit presupuestario. Se eliminó el Departamento de Asuntos medioambientales, y algunas de sus partes, como la división de bosques urbanos, se metieron dentro de otros departamentos. 

“Esa es parte de la razón por la que tenemos tal acumulación de poda de árboles, porque cuando se retrasa el mantenimiento, simplemente empieza a amontonarse”, dijo Malarich. 

Un impuesto aprobado por los votantes en 1996 genera 25 millones de dólares al año para los parques, pero caducará en 2026. Un impuesto nuevo que se propuso fue derrotado por los votantes el año pasado. El consejo editorial del Los Angeles Times se opuso al impuesto, porque, según él, estaba mal construido y le faltaba la aportación de la comunidad. 

“El Ayuntamiento tiene que ponerse realmente serio acerca de cómo va a financiar los parques y el enverdecimiento urbano, la plantación de árboles y el mantenimiento en el futuro”, dijo Jon Christensen, profesor ayudante adjunto en el Instituto de medio ambiente y sostenibilidad de la UCLA. “El Ayuntamiento tiene que comprometerse y poner una medida de financiación ante los votantes que sea clara y esté bien articulada”. 

Durante el mandato de Garcetti, el Ayuntamiento desarrolló un plan llamado L.A.’s Green New Deal, que estableció docenas de objetivos de sostenibilidad a largo plazo, entre ellos plantar 90,000 árboles para 2021. 

En junio 2022, el Ayuntamiento había plantado unos 65,000 árboles. Crear más bosque urbano equitativo en Los Ángeles durante las próximas décadas aún es el objetivo. 

 ”Tenemos que ser considerados; no decimos más árboles, más árboles grandes por todas partes”, dijo Malarich. ”Hay lugares en esta ciudad donde no puedes hacer eso porque no hay espacio.” 

Responder a tales situaciones necesitará “otro tipo de inversión en árboles y diseño, junto con comentarios de otros departamentos y de la comunidad” para hacerlo bien, dijo. 

Malarich está desarrollando un plan integral y organizando al menos 25 talleres comunitarios para obtener aportación de los residentes. 

“Estoy desarrollando el primer plan de gestión forestal urbana de la ciudad, y ese documento, por primera vez en Los Ángeles, expondrá nuestra visión del bosque urbano”, dijo Malarich. “¿Cuáles son nuestros objetivos? ¿Cuál es nuestra visión? Y luego, también incluirá nuestra hoja de ruta: ¿Cómo pensamos llegar allí?”

El Ayuntamiento ha completado recientemente un inventario de árboles en toda la ciudad que ayudará a formar futuras decisiones y hacer seguimiento de la situación de la ciudad. 

“La ciudad tiene ahora más días calurosos que nunca, y el inventario de árboles es fundamental porque proporcionará información para saber qué recursos necesita la ciudad para responder a la sombra, la calidad de vida y la equidad en esta zona”, dijo Teresa Villegas, comisaria de Obras Públicas de Los Ángeles. 

De aquí a 25 años, dijo Wilson, el número de días con temperaturas superiores a 90 grados en las zonas más vulnerables de Los Ángeles será al menos 60 a 65 por año. “Ahora son 35”, dijo. “Hará la vida mucho menos cómoda para las personas que viven en los barrios con menos sombra y capacidad de aire acondicionado”, 

Según Ana Tabuena-Ruddy, que supervisa la División de Bosques Urbanos, el nuevo dinero del Ayuntamiento y subvenciones de diversas fuentes han permitido que la División de Bosques Urbanos en la Oficina de Servicios Urbanos reduzca el ciclo de poda de árboles de 24 a 17 años, pero la mejor práctica es podar los árboles cada cinco años. La división también plantará 3,000 árboles por año en toda la ciudad. 

La alcaldesa Karen Bass ha expresado su apoyo para los programas que hacen más verde y más sostenible la ciudad. 

“Tenemos que seguir enfrentándonos agresivamente y adaptarnos al cambio climático y asegurarnos de que nuestra ciudad sea resistente”, dijo en su discurso reciente del Estado de la Ciudad. 

Bass ha apoyado a la nueva jefa forestal, ha aumentado el presupuesto para el Departamento de Recreación y Parques en un 6% y ha promovido varias prácticas de limpieza, incluyendo el compostaje en el bordillo. 

Pero las decisiones difíciles están por llegar, dice Malarich. 

“Se necesita más inversión, y la ciudad tiene que elegir. Nos enfrentamos a muchos problemas diferentes y tenemos que pensar en dónde ponemos nuestros recursos”, dijo, agregando, “El proceso presupuestario es muy complicado”. 

Esta historia es parte del proyecto de medios étnicos Greening Los Angeles, una colaboración entre EMS y UCLA/LENS. Publicado originalmente por Capital & Main.

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