Plan presupuestal de Biden ¿Qué está en juego?

Por: Nora Estrada

Expertos vaticinan una batalla partidista sobre el gasto y el destino del programa de seguridad social

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El presupuesto presentado por el  presidente Joe Biden enfrenta a los demócratas y republicanos desde ahora hasta las elecciones presidenciales de 2024, principalmente por los programas del Seguro Social y Medicare.

El presupuesto del presidente es un ambicioso plan de gastos que incluye la derogación de los recortes de impuestos ​por Donald Trump para los ricos y el aumento de la tasa del impuesto corporativo a pagar para apuntalar Medicaid y Medicare, un crédito fiscal para niños mejorado permanente y prioridades ambientales, ambientales y educativas, entre otros programas, más medidas de reducción del déficit.

Durante una conferencia virtual, dos expertos opinaron que eso​s temas no se abord​aron​ en el presupuesto, por lo que podría ser atacado por los republicanos.

INCERTIDUMBRE

Chad Stone, economista jefe del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, dijo que nadie sabe hasta el momento lo que sucederá en la Cámara controlada por los republicanos. 

“No se como van a pasar las cosas. Estamos viviendo tiempos interesantes. Francamente, es imposible saber qué sucederá en la Cámara”, expresó.

El presupuesto del presidente Biden es visionario para la nación, agregó, están haciendo cosas, como invertir en comunidades y creando un sistema de impuestos acorde a Siglo XXI que apoya a las inversiones de una manera conservadora fiscalmente.

“Apoyos a los trabajadores, asequibilidad de la vivienda, educación y funciones centrales del gobierno, entre otras. Ideas grandes  para cambiar la forma de cómo se han estado llevando a cabo las cosas.

“Y por último”, agregó, “financiar estas inversiones subiendo los impuestos de aquellas personas que se han beneficiado mas que otras”.

Comentó también ​que ​se están ampliando las oportunidades en comunidades, como por ejemplo, de personas de bajos recursos, de color, indígenas y personas de comunidades rurales.

Dijo que si las inversiones que propone el presidente se hacen de manera adecuada, expandirá  la economía

“Podemos tener un gobierno más responsable”, comentó. 

Agregó que una parte importante del presupuesto que no se le presta atención, es la programación que está financiada por apropiaciones, en vez de que eso sea financiado por Medicare y Seguro Social.

Durante la presentación formal que hizo Biden del presupuesto aseguro que no hará cambios y que protegerá el seguro social y Medical.

Pero, Andrew Eschtruth, director Asociado de Relaciones Externas del Centro para la Investigación de la Jubilación del Boston College, dijo que el programa de Seguridad Social tiene un déficit de financiamiento a largo plazo, lo que motiva debates entre los encargados de formular políticas sobre las formas de reducir o eliminar el déficit.

“El Seguro Social es la columna vertebral del sistema de ingresos por discapacidad y jubilación de Estados Unidos y actualmente brinda beneficios protegidos contra la inflación a más de 65 millones de personas, incluidos trabajadores jubilados, personas con discapacidades y sus cónyuges e hijos. 

“Actualmente, el programa de Seguridad Social tiene un déficit de financiamiento a largo plazo, lo que motiva debates entre los encargados de formular políticas sobre las formas de reducir o eliminar el déficit”, manifestó.

Eschtruth dijo que de acuerdo a la ley actual, sin cambios en la política, los actuarios del Seguro Social estiman que el programa podría continuar pagando los beneficios completos hasta 2035. 

“En ese momento, en ausencia de cambios, estiman que los fondos fiduciarios combinados para los programas de vejez e incapacidad se agoten.

“Sin embargo, incluso entonces”, añadió, “el sistema aún podría cubrir aproximadamente el 80 por ciento de los beneficios programados en función de los impuestos sobre la nómina entrantes en ese momento”.

Explicó que las opciones de política para apuntalar las finanzas a largo plazo del sistema implican aumentar los ingresos y/o reducir los beneficios. 

El tamaño estimado del déficit a largo plazo es del 3,4 por ciento de la nómina sujeta a impuestos.

“Para poner este número en contexto, la tasa actual del impuesto sobre la nómina es del 6,2 por ciento para los trabajadores y del 6,2 por ciento para sus empleadores. “Entonces, por ejemplo, si la tasa del impuesto sobre la nómina se aumentará en 1,7 puntos porcentuales para cada uno de los trabajadores y sus empleadores, se eliminaría el déficit estimado”, dijo Eschtruth.

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