Por: Pic Ante
Los Ángeles.- El pasado fin de semana me entró el antojo de los tradicionales antojitos oaxaqueños porque al organizar mi escritorio me topé con las fotos de mis vacaciones en la hermosa ciudad de Oaxaca. Dicen que las buenas experiencias nunca se olvidan, y bueno, pues también les puedo decir que las buenas comilonas que disfruté en ese viaje tampoco las he olvidado.
Conozco muy buenos restaurantes oaxaqueños en Los Angeles, debo reconocer que las cocinas de todos ellos no pierden la sazón a pesar de estar en otro país.
Pero esta vez quise llegar con Rogelio Martínez, “El Chamán de la Cocina”, en Casa Oaxaca, ya que he escuchado buenas críticas acerca de los platillos tipo gourmet que ofrece el acogedor restaurante ubicado en el 9609 Venice Blvd. en Culver City, CA 90232.
Y no me desilusioné. Al contrario, entre más probaba, más quería.
Lo primero que ordené fue el platillo La Tentación. Su nombre lo dice todo. ¡Caí redondita!
¡Dios mío! exclamé al ver la charola. Todo un manjar de los Dioses.
La Tentación consta de tres molotes rellenos de papa y chorizo, tres tacos dorados de pollo, carne de puerco adobada, tasajo de res, chorizo, tres quesadillas doraditas rellenas de queso y epazote, tres memelas. (Tortilla gruesa hecha a mano untada con manteca de puerco especial, pasta de frijoles y queso fresco. Se sirve con variedad de carne.
De verdad, todos esos antojitos me hicieron recordar el verdadero sabor oaxaqueño, y no solo eso, a la cálida gente del sureño estado mexicano, las calles, el mercado y su ajetreo diario. Y las ofertas de “memelas, memelas” por doquier… Ese sabor lo volví a encontrar en Casa Oaxaca.
Aun no terminaba de disfrutar de los antojitos cuando llegaron los famosísimos tacos de Jamaica. Esas delicias de las que todo mundo habla y que se están convirtiendo en los favoritos de los vegetarianos.
Los tacos, estilo oaxaqueño están rellenos de quesillo, salsa de chipotle y flor de hibisco salteados en vino tinto. ¿El precio? Solo cinco dólares!
El Chaman de la Cocina también incluye en su menú vegetariano las Tlayuda Veggie preparadas con tortilla oaxaqueña con aceite de oliva, semilla de calabaza untada, repollo, queso oaxaqueño, aguacate y champiñones. Todo por nueve dólares.
Otros platillos para los vegetarianos están las empanadas rellenas con flores de calabaza, champiñones o huitlacoche (chicharrón), la ensalada de Nopal, la ensalada Viva México con aderezo de espinaca, jícama, granada y cilantro, y el mestizo, que es una Flor de calabaza tempura rellena de quesillo y epazote servido sobre una capa de mole huitlacoche.
Y para los amantes del camarón, como yo, hay una amplia variedad de platillos, como los flameados con mezcal, a la diabla, al ajo, al aguachile, los borrachos, en caldo, y… la lista es larga.
También hay una variedad de platillos de pescado, y muchos platillos oaxaqueños.
Para concluir el festín, los postres. Los plátanos flameados con mezcal me enamoraron, el flan es exquisito, y ni qué decir de las nieves oaxaqueñas.
Debo señalar que todos los platillos están elegantemente presentados, pero que eso no te espante, los precios son muy accesibles.
Casa Oaxaca, más que un restaurante, es un lugar acogedor, por dentro y por fuera, porque ese pasillo-terraza invita a disfrutar un buen rato con los amigos. Los meseros, ni hablar, súper profesionales, siempre adelantándose a la necesidad del cliente. En fin, lo más importante, los platillos son una fiesta al paladar.