Escuelas de CA cambian pavimento por zonas verdes

Por: Especial

Por: Selen Ozturk / EMS

Un nuevo programa de 117 millones de dólares de CalFIRE busca proteger a los niños del calor récord sustituyendo el pavimento de las escuelas por espacios verdes resistentes a la sequía

Alumnos del Climate Corps Leadership Institute de Watsonville Wetlands Watch (WWW) plantando un árbol en el campus de Pajaro Valley High School.

Mientras el calor extremo asola California, las escuelas se preparan para reabrir sus puertas en toda el Área de la Bahía y también para utilizar los primeros 47 millones de dólares de un nuevo programa CalFIRE (Departamento de bosques y protección contra incendios de California) de 117 millones de dólares para dar sombra a los niños sustituyendo el pavimento de las escuelas por espacios verdes tolerantes a la sequía.

El 12 de julio se seleccionaron 15 proyectos de 100 escuelas de todo el estado para recibir esta primera ronda de subvenciones Green Schoolyard Grants, incluidas las de los Distritos Escolares Unificados de Oakland y San Francisco, y la Oficina de Educación del Condado de Santa Clara. Al menos el 70% de los $117 milliones de dólares se destinarán a ecologizar (hacer más verdes) escuelas de comunidades desfavorecidas y de bajos ingresos, en las que los estudios demuestran que durante el verano se registran hasta 7 grados Fahrenheit más que en zonas cercanas más ricas.

El programa forma parte del histórico Plan de Acción para enfrentar el Calor Extremo del Gobernador Gavin Newsom, dotado con 800 millones de dólares. Como parte del plan, Newsom también ha lanzado este mes el portal de internet HeatReadyCA.com. Se trata de una campaña de divulgación pública de dos años y 20 millones de dólares, con recursos disponibles en HeatReadyCA.com, que guiará la respuesta del estado a las olas de calor centrándose en las poblaciones vulnerables, como los adultos mayores, los trabajadores de primera línea, personas con enfermedades crónicas y mujeres embarazadas.

Niños entre los más vulnerables al calor extremo

Antes y después de la renovación en 2020 del Campus César E. Chávez, compartido por dos escuelas primarias –International  Community School y Think College- en el barrio de Fruitvale, en Oakland. Casi el 90% de la superficie del anterior patio era de asfalto.

Entre los más vulnerables están los niños, quienes los investigadores advierten de que son mucho más susceptibles a las olas de calor que los adultos. El calor extremo, el fenómeno meteorológico más mortífero del país, se relaciona sistemáticamente con un mayor número de visitas al hospital de niños en todo el país.

En California, 5.9 millones de niños que cursan K-12 asisten a escuelas públicas en unos 130,000 acres de tierra. Alejandra Chiesa, directora estatal de California de la conversión de asfalto en la organización sin ánimo de lucro Green Schoolyards America, habló, en un comunicado, del hecho de que “gran parte de esta tierra está pavimentada y sin sombra lo cual deja a los estudiantes vulnerables en todo el estado al exponerlos al calor extremo.”

Según las proyecciones climáticas del estado, en los distritos escolares del área de la bahía se prevé que las temperaturas máximas de verano aumenten hasta 7.4 grados Fahrenheit para mediados de siglo.

Con temperaturas de 90 grados, las superficies de los patios de los colegios, como el asfalto -que absorbe hasta el 90% de la radiación solar-, pueden estar lo bastante calientes como para provocar quemaduras de tercer grado, mientras que las superficies a la sombra de las plantas pueden estar entre 20 a 45 grados más frescas.

Más árboles, temperaturas más frescas

Kira Maritano, directora de programas del Trust for Public Land (TPL), que obtuvo una subvención para reverdecer 15 escuelas del Distrito Escolar Unificado de Oakland (OUSD), declaró “Muchos campus de Oakland son en realidad grandes extensiones de asfalto con una cubierta arbórea muy limitada, a menudo en barrios que de por sí carecen de parques. Aumentando la salud medioambiental de las escuelas, la aumentamos en todo Oakland”.

El proyecto Green Schoolyard (Patio escolar verde), por ejemplo, “beneficia al Área de la Bahía y alivia el impacto en nuestro sistema de servicios públicos al absorber las aguas pluviales, crea hábitats para animales autóctonos y polinizadores; y además ayuda a conectar a los niños con la naturaleza dándoles acceso directo. Los espacios de juego con plantas autóctonas permiten actividades más diversas que los deportes de competición. Los patios escolares se convierten en zonas comunitarias de reunión familiar y ofrecen a los profesores oportunidades de aprendizaje práctico al aire libre”, explicó.

El trabajo de TPL en los patios escolares durante los últimos seis años, en particular la renovación del campus Cesar E. Chavez del OUSD en 2020, ha sido elogiado como modelo de resiliencia climática por líderes estatales como la Primera Asociada Jennifer Siebel Newsom (esposa del gobernador Newsom) y el secretario de Recursos Naturales Wade Crowfoot. El plantel César E. Chávez, en el barrio de Fruitvale de Oakland, atiende a 628 alumnos de dos escuelas primarias: International Community School y Think College Now. En 2020, TPL y OUSD transformaron el patio de la escuela, que estaba asfaltado en un 90%, convirtiéndolo en un oasis verde que incluye un huerto, un campo de césped, un aula al aire libre y canchas de baloncesto arboladas.

“Creemos que la adopción temprana de Oakland del proyecto de reverdecimiento del patio escolar ayudó a inspirar al estado a invertir en ello, y vemos esta inversión como sólo el comienzo”, dijo Maritano. “En la actualidad, TPL está trabajando para conseguir otros 1,000 millones de dólares para el reverdecimiento de las escuelas de todo el estado a través de una propuesta de bono escolar. Las escuelas están en casi todas las comunidades de California, y son una forma infrautilizada de llevar alivio del calor a estas comunidades.”

Esta transformación del Campus César E. Chávez forma parte de un programa en curso de Living Schoolyard (Patio de recreo vivo) entre el Trust for Public Land y el Distrito Escolar Unificado de Oakland, que los líderes estatales han elogiado como modelo de resistencia al calor extremo creando zonas que refrescan con la sombra de las copas de los árboles.

Escuelas se achicharran bajo cada vez más calor

Jennifer Mutch, coordinadora de ciencias de la Oficina de Educación del Condado de Santa Clara (SCCOE), afirmó que, a medida que aumentan las temperaturas récord en todo el estado y las escuelas se preparan para reabrir, a menudo se olvida que los niños son aún más vulnerables a las enfermedades relacionadas con el calor que los adultos.

Mutch, que obtuvo una subvención Green Schoolyard para los campus de Sunol Community School y Opportunity Youth Academy de SCCOE, añadió que “los árboles y arbustos que se planten en estos lugares no sólo refrescarán las temperaturas, sino que mejorarán la calidad del aire e incluso la salud mental”, dado que los estudiantes que se enfrentan a un calor extremo no sólo “no pueden salir al recreo o a comer”, sino que rinden mucho peor en los exámenes, lo que repercute en las tasas de graduación de la secundaria.

A pesar de estos impactos, dijo, las escuelas a menudo tienen algunos de los sitios más calientes en sus comunidades, “especialmente en caso de cortes de energía y aire acondicionado”.

Se desconoce el efecto total de estos factores sobre los alumnos, porque California no exige a los colegios intervenciones contra el calor, como aire acondicionado, patios con sombra o requisitos de temperatura interior, ni hace un seguimiento de los centros que las aplican.

Brian Lee, Director de Desarrollo Comunitario de Covina, California -que obtuvo una subvención con el Distrito Escolar Unificado de Charter Oak para reverdecer un campo recreativo de cuatro acres en la Escuela Secundaria Royal Oak- dijo “Cuando los distritos se enfrentan a decisiones difíciles sobre cómo gastar presupuestos limitados, por supuesto que darán prioridad a la educación en sí. Sin embargo, esto no deja tanto para actualizar y mantener las instalaciones donde se enseña a los alumnos, y eso puede repercutir negativamente en la calidad de esta educación”.

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Estas repercusiones se extienden mucho más allá de las escuelas, y la mitigación perdura mucho después de plantar los árboles. Los terrenos de Royal Oak son muy utilizados por toda la comunidad», afirma Lee. “Todos los días y al anochecer ves a jóvenes jugando al fútbol o al softball, pero también a adultos jugando al baloncesto, haciendo footing, paseando a sus perros y el calor les afecta a todos. La tierra puede retener el calor como el asfalto, y tenemos extensiones tan grandes de ambas cosas porque lo que a menudo se pasa por alto es lo que viene después de plantar, el trabajo y el dinero para regar el césped y mantener los árboles”.

Jonathan Pilch, director ejecutivo de Watsonville Wetlands Watch (WWW), que recibió una subvención para reverdecer cuatro campus escolares del Distrito Escolar Unificado del Valle de Pajaro, incorpora la ayuda de los estudiantes en el mantenimiento de los árboles de los campus.

“El mantenimiento de los árboles es un reto a largo plazo. Nosotros lo afrontamos con la colaboración de los estudiantes en la arboricultura urbana, no sólo como una forma de aumentar la resistencia al calor extremo en las escuelas, sino como una carrera profesional para toda la vida. Hasta ahora hemos graduado a 36 estudiantes de secundaria a través de nuestro Instituto de Liderazgo Climate Corps, que cuenta con un programa de silvicultura urbana de un año de duración”.

Watsonville, situada en el condado de Santa Cruz, tiene una cobertura arbórea excepcionalmente baja: 10% actualmente, y 8% cuando WWW comenzó su trabajo de silvicultura urbana en 2018. En toda la ciudad, dijo Pilch, “y en las escuelas, ambos tienen tanto la cobertura de árboles con sombra más baja” – a menudo menos del 5% – “y ganarían de la equidad de los árboles, tanto para la salud ambiental como para la salud de los estudiantes”.

WWW desarrollará sus planes celebrando talleres en clase y extracurriculares con alumnos, padres, profesores, ingenieros y arquitectos paisajistas en los cuatro colegios a lo largo del próximo año. La forestación se centrará en las partes más calurosas y menos cubiertas de cada recinto, como los bordes arbolados y las pasarelas que mejoran la calidad del aire del campus.

“La forma más eficaz de ayudar al medio ambiente es ayudar al mismo tiempo a quienes viven en él”, afirma Pilch. “Esta subvención es crucial no sólo porque nos permite reverdecer patios escolares; eso es el principio. Los árboles tienen raíces profundas y crecen lentamente. También nos permite pensar en estos espacios como patios escolares vivos, y en cómo su mantenimiento puede transformar a largo plazo todos los aspectos de un entorno de aprendizaje”.

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