El Presidente pasa su aplanadora sobre 800 mil familias

Por: Staff KioskoNews

alicia alarcon 1Josefina vivió convencida que soportar el alcoholismo y los malos tratos de su marido Alfonso, eran  parte de la cruz que tenía que cargar. Así se lo dijo el Padre de la Iglesia. Otro de los motivos que la mantuvieron  con su marido es que no quería dejar a su hijo Ángel, de 8 años, sin padre. Ella vivió la experiencia.

Todo cambió el día en que Alfonso llegó como la mayoría de las tardes tomado, pero en esta ocasión, la agresión no fue con los puños sino con un revólver, de todos los disparos, dos se impactaron en el cuerpo de Josefina. El testigo de cargo fue el pequeño Ángel, que al ver a su padre dispararle a su madre, salió corriendo y sólo paró cuando se quedó sin aliento.

Ángel es uno de los 800 mil Dreamers que fue traído por su madre a este país a una edad en que no se toman decisiones propias. Fue gracias a DACA que pudo continuar sus estudios y ahora es un ejecutivo  ejemplar en una compañía donde le auguran un gran futuro.

El caso de Ángel no es único, pero es el más cercano;  lo conocí en un proyecto en el que los dos participamos. Admiré su creatividad, su responsabilidad en su función de diseñador gráfico. Me compartió sus planes y la razón por la que su madre decidió salir de su ciudad natal en México y no titubear, en cruzar, junto con él, la frontera sin documentos.

La pregunta es: ¿Qué sigue para estos jóvenes? Esperar que un Congreso integrado en su mayoría, por miembros que prometieron a sus votantes, ¨rescatar las raíces blancas de este país, tome una decisión a favor de DACA es una fantasía. Eso no va a suceder. No importan los argumentos. En ellos no cabe la compasión, ni la empatía.

Por otro lado nuestros representantes demócratas, tanto en la Casa de Representantes como en el Senado, salvo contadas excepciones, no tiene la fuerza ni los votos para cambiar el rumbo.

La única esperanza de que DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) se salve antes de que termine el plazo de seis meses, que ha dado el Presidente al Congreso para que defina su destino. Es una movilización masiva para lograr nuevos votantes y cambiar la balanza de poder en el congreso.  Si seguimos como hasta, ahora, con esa actitud de indiferencia, apatía y de ¨a mi qué¨  la aplanadora del Presidente no parará hasta que nos afecte a todos.

 

 

 

 

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