Por Alicia Alarcón
El Presidente de Estados Unidos demostró su escasa empatía y su ausencia de honestidad al tomar como rehén a todo el pueblo de México para doblegar a su gobierno y obligarlo a firmar un acuerdo que de no cumplirse en un plazo de 90 días, lo convertirá en un Tercer País Seguro,.
¿Qué significa esto?
Significa que con esto D.T. asegurará su reelección sólo con señalar que gracias a su ¨valentía¨ y ¨puño cerrado contra México¨, ¨Libera¨ a Estados Unidos del compromiso de recibir más refugiados, los mismos que tendrán que quedarse en México y tramitar desde ahí su solicitud de asilo.
Es decir, México asume el compromiso de proveerlos de trabajo, salud y vivienda mientras Estados Unidos dice sí o no a su petición.
Eso es lo que está en el acuerdo, mismo que el Presidente de Estados Unidos mostró en un sobre cerrado a los representantes de los medios de comunicación que lo rodearon hace una semana a su llegada a la Casa Blanca. A las preguntas que le llegaban como dardos de todas direcciones, el Presidente contestó con evasivas y a las preguntas que le molestaban. Acusaba a los presentes de ser los creadores de las ¨noticias falsas.¨ Concepto que utiliza muy a menudo cuando se le hace una pregunta incómoda.
Mientras tanto, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y la comisión encabezada por el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, se aprestan a una carrera contra el reloj para disminuir de manera muy significativa el número de centroamericanos que cruzan por México rumbo a Estados Unidos.
Desde la semana pasada despacharon los 6,000 elementos de la Guardia Nacional, prometidos en el acuerdo, a los puntos más vulnerables de la frontera con Guatemala.
Cada mes cruzan alrededor de 100 mil personas, ¿Cuántas quiere D.T. que se detengan en México? A todos.
La política de este país es absoluto rechazo a los migrantes mexicanos y centroamericanos y la de recibir con los brazos abiertos a los migrantes: alemanes, holandeses, ingleses, suizos. ¨¿Esos son los que queremos? Lo dijo en más de una ocasión el Presidente. ¨Esos se parecen más a nosotros¨.
Es la primera vez en 80 años que el pueblo de México sufre un nuevo embate por parte de su vecino del Norte. La actitud de humildad y mesura que el Presidente de México mostró al que quiso ser su contrincante, le valió poderosas alianzas dentro y fuera de su país y la amenaza de imponer onerosos aranceles a las mercancías mexicanas fue suspendido de manera indefinida. No así la amenaza de Estados Unidos de convertir a México en un país obligado a recibir y proveer a todo el que llegue a sus fronteras en calidad de refugiado o asilado.
La verdad es que en su afán de disminuir y amedrentar a su homólogo mexicano, el Presidente de Estados Unidos provocó, con sus acciones injustas, un movimiento de solidaridad y apoyo a favor de López Obrador, no vista en la historia de México. Mucho le va ayudar el apoyo mundial si el Gigante del Norte decide que no pasó la prueba de los 90 días.
Mientras tanto, en México, las críticas de la prensa y ¨de la familias bien¨ contra López Obrador arrecian por considerarlo que fue ¨débil¨ al haber aceptado tal acuerdo. ¨¿Quién va a pagar todo eso?¨ ¨¿Cuántos vamos a recibir?¨
Para quienes nunca han estado en una situación semejante es fácil juzgar y condenar. Muy bien les haría imaginarse estar frente a un ¨gandalla¨ que tiene a sus seres queridos como rehenes y que los va a dejar en paz siempre y cuando le firmen un contrato donde aceptan lo que él propone, porque quiere quedarse con todo. Aunque ese Todo haya sido el producto de su creatividad y esfuerzo. Todos hemos vivido de una u otra manera una situación semejante y al final hemos cedido, no por cobardía, sino porque la tranquilidad y el bienestar de nuestros seres queridos está primero.