El odio comunitario se refleja en las escuelas

Por: Nora Estrada

Los actos de odio en la comunidad se reflejan en las escuelas y entre los estudiantes donde cada vez se reportan más peleas, como sucedió recientemente en Van Nuys High School en Los Ángeles donde cuatro adolescentes resultaron heridos, tres de ellos apuñalados, durante una pelea masiva.

Actualmente, a nivel mundial se registran dos guerras, la de Rusia vs. Ucrania e Israel vs Hamas, que han arrojado miles de muertos, heridos y expulsados, además, a nivel local, los niveles de tensión van al alza en las manifestaciones de apoyo a las víctimas de las guerras o para pedir un alto a las guerras.

Por otra parte, los crímenes de odio que han terminado en decenas de tiroteos en los últimos años a nivel nacional también repercute en los planteles escolares.

Durante una conferencia de prensa organizada por Ethnic Media Group, en la que participaron un experto en derechos civiles, trabajadores comunitarios de justicia juvenil y un escritor/periodista que documentó dos casos específicos se examinó lo que está sucediendo con el acoso en las escuelas actualmente.

También sobre quiénes son los principales objetivos y perpetradores, y hasta qué punto el acoso incuba una cultura de odio en la sociedad en general. 

“Cuando hay tensión y un aumento de los actos de odio en la comunidad en general, esto se refleja en las escuelas y entre los estudiantes”, dijo Becky Monroe, directora adjunta de Iniciativas Estratégicas y Asuntos Externos del Departamento de Derechos Civiles de California.

Enfatizó que las escuelas tienen la obligación legal de garantizar que a los estudiantes no se les nieguen oportunidades, no se les trate de manera diferente y no se les discrimine ni se les acose por su razacon el fin de disminuir los actos o crímenes de odio.

“Los jóvenes que son víctimas de acoso o que han acosado a otros a menudo dudan en compartir sus experiencias y buscar ayuda para sanar, pero el impacto del acoso puede durar años, incluso décadas”, comentó.

Explicó que algunas formas de acoso son, de hecho, actos de odio, algunos son legales, pero son increíblemente dañinos. 

“Y algunos actos de odio son delitos, otros son violaciones de otras leyes de derechos civiles. Todos los actos de odio exigen nuestra atención, pero ninguno más que cuando los niños son el objetivo del odio”, expresó Monroe.

Dijo que las leyes federales y de California exigen que las escuelas proporcionen a todos los estudiantes un entorno de aprendizaje seguro, inclusivo y de apoyo, libre de discriminación y acoso. 

“Las escuelas tienen la obligación legal de garantizar que a los estudiantes no se les nieguen oportunidades, no se les trate de manera diferente, no se les discrimine ni se les acose por su raza, color u origen nacional, género, identidad de género, orientación sexual, religión o discapacidad. 

“Las escuelas deben tener políticas y procedimientos para prevenir y abordar el acoso basado en características protegidas y deben garantizar la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes”, añadió. “Cuando el acoso es un acto de odio y los actos de odio impiden que un estudiante vaya a la escuela libre de discriminación, los estudiantes tienen derechos civiles que pueden hacerse cumplir”.

Dijo que la manera en la que CA vs Hate y el Departamento de Derechos Civiles de CA apoyan a las víctimas de acoso escolar y a sus familias es hacer correr la voz.

“El odio no tiene cabida en nuestras escuelas ni en nuestras comunidades. Queremos asegurarnos de que nuestro mensaje de apoyo e inclusión llegue a los jóvenes de todas las comunidades, por lo que creamos gráficos y materiales de divulgación que están disponibles para descargar a través del centro de recursos en línea de CA vs Hate”, dijo.

Explicó que en situaciones relacionadas con actos de odio, pueden ayudar a las personas o a las organizaciones comunitarias a las que acuden a navegar por el sistema a través del cual los estudiantes pueden presentar quejas sobre discriminación. 

“También podemos ayudarlos a obtener acceso a servicios y apoyo de salud mental”, comentó Monroe.

Dijo que el 13 de noviembre de 2023 en Berkeley, el Departamento de Derechos Civiles de California (CRD), en asociación con la ciudad de Berkeley, Not In Our Town y LA vs Hate, se unirán a los líderes gubernamentales y comunitarios para el lanzamiento de la sexta edición anual de Unidos Contra el Odio. Week (UAHW). 

“La Semana Unidos Contra el Odio es un llamado a la acción cívica local para detener el odio y los prejuicios implícitos que son una amenaza peligrosa para la seguridad y el civismo de nuestros vecindarios, pueblos y ciudades”, comentó.

Enfatizó que California vs Hate no está dirigido por la policía y que su informe no se compartirá con las autoridades policiales sin su consentimiento. 

“CA vs Hate solo lo conectará con las autoridades si lo solicita. Nuestro equipo puede compartir información sobre cómo denunciar a la policía o a los fiscales locales si es necesario”, dijo.

Monroe señaló que cualquier víctima o testigo de un incidente o delito de odio en California puede denunciarlo y recibir apoyo en cualquier momento informando en línea. 

Para denunciar un incidente o delito de odio llamar al 833-8-NO-HATE; (833) 866-4283 Lunes – Viernes de 9:00 am – 6:00 pm. 

Fuera de ese horario, puede dejar un mensaje de voz o llamar al 211 para denunciar el odio y buscar apoyo.

Actualmente puede enviar informes en línea en 15 idiomas y, al llamar a la línea directa, puede obtener acceso a soporte en más de 200 idiomas. 

“Las personas que llamen serán conectadas con un profesional capacitado en comunicación culturalmente competente y prácticas informadas sobre el trauma. Ya sea que presente su informe en línea o por teléfono, un coordinador de atención se comunicará con usted y se comunicará con usted para garantizar que pueda acceder a recursos y apoyo, incluidos servicios legales, financieros, de salud mental y de mediación.

La raza es el blanco

Dashka Slater, periodista y autora del New York Times, dijo que a nivel nacional, tres o cuatro de cada muchacho entre los 15 y 25 años se han topado con contenido extremista enfocado en la raza en online, y uno de cada cuatro entre los 12 y 18 años han visto símbolos o palabras de odio escritas en sus escuelas.

“Me he topado con contenido extremista en línea. Y aproximadamente la mitad de ese contenido extremista se centra en la raza o el origen étnico.Esto invariablemente se traslada a la vida real. Uno de cada 4 estudiantes de 12 a 18 años ha visto odio o palabras o símbolos escritos en sus escuelas. 

Dijo que alrededor de un millón 300 mil estudiantes fueron acosados por algún aspecto de su identidaddurante el año escolar 2018-2019.

“Aproximadamente la mitad de ellos fueron atacados debido a su raza. Estamos viendo que la raza es el tipo de preponderancia de las identidades a las que se dirige, pero también vemos grandes cantidades de niños que son el objetivo por estar en algún lugar del grupo LGBTQ +”, dijo.

Slater agregó que aproximadamente uno de cada cuatro de esos niños ha sido agredido físicamente y el 77 por ciento de niños trans también han sido acosados en la escuela. 

Comentó que a menudo los niños acosadores o racistas no son malos, sino que imitan lo que ven en las redes sociales.

“Por lo tanto, probablemente también sea prudente recordar que muchos niños desempeñan ambos roles. Entonces a menudo vemos niños de color y los estudios muestran que los niños que desempeñaron ambos roles son a la vez acosadores y agresores”, comentó.

Explicó que el acosado y el acosador son los que tienen los efectos a largo plazo más intensos e intratables.

Odio interracial 

Anahí Santos, Coordinadora de Bienestar Juvenilde la One Community Action en Santa Maria, California, y originaria de Oaxaca, México, dijo que existe un impacto de acoso muy fuerte que proviene de su propia comunidad.

“La mayoría de nosotros emigramos a California, y lo que vemos aquí es que los latinos están intimidando a los indígenas, a los jóvenes indígenas, pero también vemos cómo los jóvenes que vienen de Oaxaca o de otro estado que son indígenas también están intimidando a sus compañeros que vengan del mismo pueblo que ellos que vengan del mismo estado que ellos. Y eso es realmente fuerte aquí en California, específicamente en la Costa Central y el Valle Central”, comentó.

Santos dijo que en One Community Action intentan y se esfuerzan en trabajar dentro de la escuela secundaria para luego brindar apoyo socioemocional.

También añadió que en la Costa Central de California existe la campaña Oaxaquita, un término que los oaxaqueños consideran despectivo.

“El estado de Oaxaca es predominantemente indígena te acosaran y burlaran, incluso aunque no seas indígena, pero tengas mil morena, y esa es la realidad para quienes apenas migran”, dijo.

Santos comentó que han tenido muchas veces que acompañar a los recién llegados al pais hasta sus salones de clase para evitar que sean acosados.

“Existe ese derecho de intimidación”, expresó. “Realmente es como si nuestra propia comunidad se lastimara a sí misma. Sí hay mucho colorismo y racismo arraigados en la propia cultura latina”.

Mina Fedor, fundadora y directora ejecutiva de AAPI Youth Rising

Connie Alexander-Boaitey y víctima de xenofobia, dijo que un problema que se tiene que atender es evitar que los propios estudiantes asiáticos se burlen de sus contrapartes.

“Los estudiantes asiáticos se burlan de otros estudiantes asiáticos y mucho del odio se da entre ellos mismos”.

Mina Fedor, dijo que el mismo problema sucede entre los asiáticos.

“Ese problema se tiene que atender para evitar que los estudiantes asiáticos se burlen de otros estudiantes asiáticos”, comentó. “Mucho del odio se da entre ellos mismos”.

Connie Alexander-Boaitey, presidenta de la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) de Santa Bárbara, dijo que el reporte anual del Departamento de Justicia de California arrojó que la comunidad afroamericana y los jóvenes experimentan los más altos niveles de odio.

“La lucha real está  en que los líderes comunitarios en la comunidad hispana y la comunidad negra deben sentarse y tener  conversaciones. No ha sucedido porque tenemos una cultura en la que no debemos hablar de eso porque es solo un incidente, pero es constante y el daño se presenta con regularidad”.

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