Debido a los cuatro mil 744 nuevos casos positivos y 14 nuevas muertes reportados en los últimos días, las autoridades del Condado de Los Angeles recomiendan encarecidamente refuerzos y mascarillas en espacios públicos interiores
El Condado de Los Ángeles está experimentando grandes aumentos en la cantidad de casos y hospitalizaciones reportados de COVID-19.
El recuento promedio de casos de siete días en el condado es de 3053, un aumento de casi el 44 por ciento respecto a hace una semana cuando se informó el promedio de 2121 casos de siete días.
Y durante los últimos siete días, la cantidad promedio diaria de pacientes positivos para COVID en los hospitales del Condado de Los Ángeles es de mil 056, un aumento del 39 por ciento con respecto a la semana pasada, cuando la cantidad promedio de pacientes positivos para COVID por día fue de 760.
La tasa de casos del condado ahora es de 185 casos nuevos por cada cien mil personas, y la tasa de ingresos hospitalarios por COVID-19 es de 11,9 por cada cien mil personas, lo que hace que la designación de nivel comunitario de los CDC pase de baja a media.
Si bien, pasar al nivel comunitario medio no cambiará las estrategias de mitigación requeridas en el Condado de Los Ángeles, sí indica que las tasas de casos y las hospitalizaciones son elevadas y que el condado podría estar en el nivel comunitario alto tan pronto como la próxima semana si la tasa de casos alcanza los 200 casos por cien mil personas.
“Quiero reconocer las pérdidas de personas que se siente en las comunidades locales, particularmente durante las festividades, y enviar mis condolencias a quienes están de duelo por la muerte de un ser querido”, dijo Barbara Ferrer, PhD, MPH, MEd, Directora de Salud Pública.
Agregó que, si bien todavía hay incertidumbre sobre cuál será el impacto de la COVID-19 este invierno, cada vez hay más pruebas de que estamos entrando en otro aumento de la COVID-19.
“De alguna manera, es probable que este aumento sea diferente: sabemos más sobre COVID, tenemos herramientas para ayudar a mitigar los resultados graves y somos más conscientes de los síntomas y cuándo tomar medidas.
“Por otro lado, este será el primer invierno en el que nos enfrentaremos a niveles crecientes de COVID, con nuevas cepas emergentes de las que sabemos menos, junto con una actividad inusualmente alta de gripe y RSV”, señaló Ferrer.
Comentó que existe una línea común de pensamiento de que la pandemia ha terminado, que el COVID-19 ya no es motivo de preocupación.
“Pero dados los aumentos en las hospitalizaciones y la falta de certeza en la trayectoria invernal de COVID-19, es importante continuar con las estrategias de mitigación de sentido común que sabemos que funcionan para limitar la transmisión y la enfermedad, incluido el uso de cubrebocas y el uso de mascarillas”, dijo.