Por todo Estados Unidos estamos escuchando historias de cómo compañías de seguros de salud con fines de lucro están negaron la atención médica. A raíz de un acto de violencia armada, un torrente de dolor, frustración e ira han alcanzado un punto crítico que hace que algunos medios de comunicación se pregunten: «¿Es este un momento de Occupy Wall Street?».
Hace unas semanas, el país entero quedó conmocionado por el trágico asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare. Desde People’s Action, condenamos este acto de violencia armada sin sentido y señalamos una realidad innegable: nuestro país enfrenta una doble crisis devastadora, una epidemia de violencia armada y un sistema de salud que sigue fallándonos. Ambas problemáticas requieren acciones urgentes, pero hoy quiero centrarme en una de ellas: la crisis de nuestro sistema de salud y la atención médica.
La salud es un derecho humano que debe estar garantizado para todos, pero el sistema de salud de Estados Unidos no asegura una cobertura universal para toda la población. A pesar de que el gasto en salud por persona y como porcentaje del PIB es significativamente mayor que en otros países de renta alta, EE. UU. continúa siendo el único país desarrollado que no ofrece cobertura sanitaria universal.
Aunque el gobierno financia programas como Medicare y Medicaid, desde 1997, los republicanos en el Congreso abrieron las puertas a las aseguradoras privadas para gestionar estos planes. Hoy en día, estas compañías administran más de la mitad de las pólizas de Medicare, y los llamados planes privados “Medicare Advantage” no solo brindan menos beneficios a los pacientes, sino que también imponen un costo mayor a los contribuyentes.
En otras palabras, aunque 9 de cada 10 personas en Estados Unidos tienen seguro médico, esto no asegura que tengamos acceso a la atención médica que podríamos llegar a requerir ¿Por qué? Porque las aseguradoras privadas, motivadas por la codicia, priorizan sus ganancias por sobre la salud y el bienestar de la población. Este es su principal incentivo para negar la atención médica necesaria a millones de estadounidenses. Y para muchos, esto no es solo un inconveniente, sino una cuestión de vida o muerte.
Las barreras impuestas por las aseguradoras privadas incluyen retrasos en las llamadas autorizaciones previas, lo cual representa un aumento constante de los gastos directos que los pacientes deben afrontar, planes con deducibles elevados y un acceso limitado a proveedores que reduce las opciones para ciertos tratamientos y obliga a los pacientes a buscar alternativas fuera de la red. Todo esto provoca que las personas se encuentren atrapadas con facturas impagables, tengan que recortar dinero destinado a necesidades esenciales como el alquiler y la comida y en el peor de los casos, terminen en bancarrota.
Cuando las compañías que deberían estar comprometidas con el cuidado de nuestra salud priorizan los márgenes de ganancia y los intereses de los accionistas sobre el bienestar de sus pacientes es evidente que tenemos un sistema que premia la negación de atención médica en lugar de ofrecerla. Además, los procesos de apelación para garantizar el acceso a los cuidados necesarios son largos, complejos y opacos.
Por esta razón, People’s Action Institute lanzó la campaña Care Over Cost, cuyo objetivo es apoyar y guiar a las personas a las que se les ha negado atención médica, ayudándolas a reclamar los cuidados necesarios para su salud. Con esta iniciativa, buscamos construir un movimiento no violento, democrático y efectivo que impulse un cambio en el sistema, asegurando que todas las personas reciban la atención que los médicos, especialistas y proveedores consideran indispensable.
En People ‘s Action estamos convencidos de que todas las personas merecen acceso a la atención médica de calidad. Por eso, seguiremos organizándonos y luchando para recuperar el derecho que las aseguradoras privadas nos han arrebatado y no pararemos hasta garantizar que sea una realidad para todos.
Domenico Romero – Portavoz de la campaña Care Over Cost y Jefe de Estrategia y Alianzas en People’s Action Institute, una red de organizaciones comunitarias en 38 estados con más de un millón de miembros