‘Mi papá vendió un puerquito para regalarme mi primer acordeón’

Por: Nora Estrada
Ramón Ayala dijo que a los cinco años recibió su primer acordeón de juguete. Fotos: KioskoNews

Ramón Ayala dijo que a los cinco años recibió su primer acordeón de juguete. Fotos: KioskoNews

Los Ángeles.- Luego de recibir un reconocimiento por sus 50 años de trayectoria artística, Ramón Ayala recordó sus inicios en la música contando cómo obtuvo su primer acordeón.

Visiblemente emocionado, Ramón Covarrubias Garza, nombre real de El Rey del Acordeón, recibió el apapacho en el Concilio de la Ciudad cuando el concejal José Huizar le entregó el reconocimiento.

El músico recibió reconocimiento por 50 años de trayectoria artística.

El músico recibió reconocimiento por 50 años de trayectoria artística.

El músico, que ha grabado 108 discos, dejó claro que la placa que avala el reconocimiento es muy especial y diferente de otros premios que adornan su casa porque se la obsequia una ciudad a la que considera su segunda casa.

“Se siente muy bonito cuando te hacen un reconocimiento por 50 años porque sabrá Dios si a los 60 ó 70 años… Pero me siento muy contento, pero sobre todo muy satisfecho. Ha sido muy satisfactorio llevar nuestras canciones a nuestra gente latina de este país.

“Este premio es muy valioso para nosotros, es algo grande porque cuando sólo había una estación de radio en este país (en español) tocaban toda las canciones de Ramón Ayala y sus Bravos del Norte”, expresó. “Yo digo que Los Ángeles es mi segunda casa, así que me llevo esto en el corazón porque sabemos que aquí hay mucha gente que siempre nos ha apoyado desde esos inicios”.

Como en muchos casos de famosos exitosos, Ayala dijo que proviene de una familia humilde, y que incluso, perdió su casita de cartón y lámina en un incendio.

“Quiero contarles algo, cuando yo tenía cinco años empecé a tocar el acordeón, tenía una familia muy pobre, mi mamá y mi papá tuvieron que vender un puerquito para comprarme un acordeón.

“El acordeón era de juguete, era chiquito que nomás tenía dos hileras de botones, y se le caían los botones, y yo se los pegaba con chicles”, recordó entre risas luego de recibir de regalo un instrumento de la compañía Hohner. “Y así fue como comencé”.

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