Por: Nora Estrada
Los Ángeles.- Miedo, frustración, incertidumbre y estrés, son algunas de las emociones que experimentan miles de inquilinos de East Palo Alto, al norte de California, porque no tienen dinero para pagar la renta, situación que ha llevado a algunos a tomar terapias psicológicas.
Unas 350 familias latinas se han organizado para luchar para que se extienda la moratoria que tienen para pagar el alquiler atrasado.
El concejo municipal de esa ciudad emitió una ordenanza que extendió la moratoria hasta el 30 de septiembre, un mes más que lo establecido por la Junta de Supervisores de San Mateo, que puso ese plazo hasta el 31 de agosto.
A partir de esa fecha los inquilinos tendrán 180 días para pagar los alquileres adeudados.
Pero esa ordenanza no es viable para la mayoría de las cabezas de familias, principalmente trabajadores esenciales, que deben entre tres y cuatro meses de renta y que perdieron su trabajo debido al Covid-19 y no han podido pagar sus alquiler regularmente por lo que temen desalojos y buscan ayuda porque muchos de ellos no califican para recibir ayuda estatal o federal.
East Palo Alto es una pequeña ciudad de 31 l habitantes, de los cuales un 70 por ciento son latinos y la mayoría sin estatus migratorio y pagando renta.
Durante una sesión informativa organizada por Erhnic Media Services, tres familias que alquilan apartamentos en East Palo Alto, entre San Jose y San Francisco, perdieron el trabajo debido a COVID-19 y ahora enfrentan el estrés que les provoca la incertidumbre de como pagar las rentas atrasadas junto con las rentas de mes a mes.
Laura Rubio es una activista, trabajadora domestica y una madre soltera que además de enfrentar la pandemia, la falta de trabajo y de dinero para pagar la renta, tiene una hija universitaria afectada sociológicamente por la situación.
“Al día de hoy (3 de agosto) debo tres meses de renta y realmente estoy preocupada porque después de que termine la moratoria no sé si podré pagar la renta atrasada, estoy con la incertidumbre de si voy a poder recuperar mi trabajo como antes. La verdad tengo miedo que cuando termine la moratoria yo pueda ser desalojada.
“Además, mi hija está recibiendo terapias porque ve lo frustrante que es todo esto, de repente sabe que soy un poquito fuerte, pero de cualquier forma ella se preocupa. Ha sido un cambio demasiado drástico para ella, por lo que está recibiendo ayuda psicológica”, contó Rubio.
Explicó que actualmente sólo gana como máximo 200 dólares al mes para pagar las cuentas básicas porque no es suficiente ni para comida, mucho menos para la renta.
“Nadie nos esperábamos lo que está pasando. Muchos de los inquilinos no tenemos ahorros para cubrir nuestro arrendamiento”, expresó desolada.
En su caso, añadió, cubrió con sus propios medios el primer mes de renta, pero para el segundo recurrir a la organización sin fines de lucro Casa Samaritana, que se dedica a combatir la pobreza en el Condado de San Mateo.
Esa entidad recibió al momento 50 mil dólares para apoyar con mil 500 dólares a las familias que perdieron su trabajo por la Covid-19, y han ayudado hasta el momento a 32 familias.
“Pero de ahí no he podido comunicarme de contactarme nuevamente con ellos.
Antes de la pandemia, Rubio ya era activista en temas relacionadas con vivienda justa y derechos de los inquilinos y ahora
se hizo voluntaria en la distribución de comida los miércoles y sábados y asesora a muchos inquilinos a dirigirlos con organizaciones, como Casa Samaritana, y a llenar las aplicaciones para obtener ayuda para pagar sus rentas.
“Solamente el fin de semana pasado hable como con 50 personas. Realmente estoy preocupada por el numero de personas que necesitan ayuda.
“En el área donde vivo, de la cual hablo, al oeste el East Palo Alto, tenemos un complejo de alrededor mil 700 departamentos, desde mi punto de vista, hay alrededor de 500 a 600 personas que deben su renta”, informó.
Rubio también se quejo del proceso y de la poca asistencia que ha brindado Casa Samaritana.
“Las aplicaciones son tediosas y a la gente le da miedo que te pidan el seguro social de todos tus hijos”, dijo. “Lo que honestamente me frustra es que he estado hasta las 11 de la noche ayudando a inquilinos a llenar sus aplicaciones, los llevamos a la organización y definitivamente no contestan.
“De verdad es frustrante que tú quieras ser la voz de otras personas y que ni siquiera me han regresado la llamada”, agregó.
Rubio dijo que en su caso, solo recibió el primer mes una ayuda de 500 dólares de los mil 500 que debe recibir cada familia, pero que hasta el momento esa organización no le ha respondido sus inquietudes.
“He hecho como cuatro llamadas dejando mi numero de teléfono y mis datos, para solo una pregunta, qué tienen que hacer los residentes para que los vuelvan a ayudar.
“La frustracion primero de no tener trabajo, de arriesgar nuestra salud a salir a trabajar un poquito más, y después una segunda frustración parta llenar estos documentos por la falta de saber manejar la tecnología.
INTIMIDACION
Otra situación que pone los nervios de punta a los inquilinos que no han podido pagar la renta, dijo Rubio, es que los dueños de los departamentos presionan a los residentes con decenas de cartas que pegan en sus puertas en las que les dicen en ingles “No te preocupes, puedes dar pagos parciales.
“Cada vez que ellos llaman o pegan papeles en las puertas los inquilinos se sienten intimidados, y más porque esas cartas están en ingles” comentó. “Les les explico que no se espanten, es algo que hacen los dueños de los departamentos como un proceso, pero esos papeles tienen el el lago de la ciudad, el de la moratorio, y el monto adeudo”.
INCERTIDUMBRE
Héctor Valencia, un padre soltero de dos adolecentes y trabajador de la construcción padece el mismo estrés e incertidumbre del futuro de su familia porque no tiene dinero para pagar el alquiler.
“Perdí mi empleo por causa de la pandemia, incluso, estuve un tiempo trabajando sin recibir sueldo en la compañía (de construcción) en la que estuve trabajando cerca de 17 años, y los pocos ahorros se me fueron en el tiempo que estuve trabajando sin recibir paga porque la situación de la compañía es bastante mal.
“La mera verdad, me quedé en ceros. Apenas tengo casi un mes que encontré otros trabajo y no estoy seguro de continuar ahí, mi situación es realmente incierta. Lo poco que he estado trabajando es hacer unos pagos de lo que se me ha acumulado y que no es suficiente para completar todo lo que adeudo hasta ahora, ¿de dónde voy a sacar dinero cuando termine la moratoria para pagar todo el adeudo?”, expresó Valencia, quien debe pagar al mes mil 100 dólares.
Por su arte, el secretario de la Ciudad de East Palo Alto, Wilfredo Solórzano, dijo que la ciudad ha hecho ayudado a los inquilinos de East Palo Alto como extender la moratoriadel 31 de agosto hasta el 30 de septiembre, ademas de los cien mil dólares que entregaron a Casa Samaritano para aliviar un poco la situación.
“Y si el estado decide extender la moratoria, el consejo municipal de la ciudad no tiene que hacer otra ordenanza porque automáticamente se extiende con el estado”, dijo.
PREVEN DESALOJOS
El administrador del programa de estabilización de alquileres de East Palo Alto, Víctor Ramírez dijo que prevén una ola de desalojos en la ciudad.
“Una de las razones que queremos es asistir a mas personas es porque creemos que la crisis va a ocurrir, la crisis en relación con posibles desalojos va a ocurrir cuando termine la moratoria.
“Pienso que ninguna ciudad en este momento, y mucho menos una ciudad con recursos limitados, y menos aun una ciudad como East Palo Alto va a estar en una situación de responder en su totalidad a la emergencia que estamos padeciendo”, agregó.
La representante del Consejo de Liderazgo de Vivienda (HLC por sus siglas en inglés), Kara Rivera, dijo que estan trabajando con varias organizaciones para proteger a los inquilinos.
“Ahorita nos estamos enfocando en extender el tiempo de pago de renta, en vez de 180 días, queremos extenderlo mas, por eso estamos promoviendo una petición creada por People’s Alliance of San Mateo County dirigida a la Junta de Supervisores para que adopten medidas para proteger a los inquilinos”. comentó.
Algunas de las medidas que están buscando, explicó es que el desalojo ya no sea una opción, sino que el Condado adopte una ordenanza en donde el casero y el inquilino negocien un plan de pago o que lleven ese caso a la Corte de Reclamos pequeños, y tener más tiempo para pagar la deuda de renta.
“Hay otros condados, como Los Angeles y Alameda que han adoptado un lapso de 12 meses”, dijo.
“El tercer punto que incluimos en esa petición es distribuir más recursos que ayuden a la gente a pagar la renta y también a los dueños con su hipoteca”, expresó.