El diseñador de joyas oaxaqueño, Federico Jiménez, le apuesta a las nuevas generaciones para dejar el nombre de Oaxaca muy en alto en Estados Unidos
El reconocido diseñador de joyas, Federico Jiménez, entregó un donativo a la Academia de Música Maqueos para que continúe con su labor de formar hombres de bien y músicos oaxaqueños.
Durante una reunión íntima a la que solo asistieron los integrantes del equipo de Jiménez y los integrantes de las tres bandas que forman parte de la Academia, se hizo entrega del cheque y al mismo tiempo se festejó el cumpleaños 84 del filantrópico de origen indígena.
Entre la algarabía y repartición del pastel, Jiménez recibió buenos deseos y muchos piropos por la exitosa labor en Estados Unidos.
Estanislao Maqueos agradeció la donación.
“El donativo significa mucho para nosotros. Es un honor que haya seleccionado a esta academia de música para su donación. Estamos muy agradecidos y muy contentos por lo que el señor Federico representa. Es un hombre que inspira a las nuevas generaciones, por su trayectoria, su éxito y humanidad”, expresó.
Como siempre, en su acostumbrada humildad, Jimenez comentó que se trata de una “ayudita”.
“Para que sigan formando hombres de bien”, comentó.
Como agradecimiento, los integrantes de la academia de música regalaron a Jiménez un pastel por su cumpleaños e interpretaron varias canciones como «A Mi Manera», «Piel Canela», «Nereidas», “La Negra Tomasa”, un pupurrí de canciones de Leo Dan, «Las Mañanitas» y «Canción Mixteca».
Ante el festivo ambiente, el diseñador y sus colaboradores acapararon el recinto para bailar.
Por su parte, Yulissa Maqueos, subdirectora de Banda Maqueos, dedicó una carta emotiva a Federico Jiménez.
Un faro de inspiración
Mi nombre es Yulissa Maqueos Gonzales. Nací en un pequeño pueblo montañoso llamado San Andrés Solaga, ubicado en la región de Sierra Juárez del estado de Oaxaca, México.
En mi comunidad indígena, mantener tradiciones culturales como la música, la danza y todo lo qué conlleva el arte, es una gran parte de nuestras vidas.
El trabajo de Federico Jimenez fusiona a la perfección el arte y la ciencia, trascendiendo la mera artesanía para crear obras maestras que son visualmente impresionantes y técnicamente impecables.
A través de un delicado equilibrio entre creatividad y precisión, transforman materias primas en obras de arte, empleando técnicas innovadoras y tecnología de vanguardia para traspasar los límites del diseño de joyería.
Cada pieza es un testimonio de su dominio de los aspectos estéticos y técnicos de su oficio, desdibujando las líneas entre el arte y la ingeniería. En sus manos, las joyas se convierten en algo más que un simple accesorio decorativo; se convierte en una fusión armoniosa de arte y ciencia, que encarna la belleza y la complejidad del mundo natural.
El legado de Federico Jiménez está tejido con hilos de creatividad, artesanía y compromiso con la excelencia. Sus piezas trascienden el mero adorno y se convierten en símbolos de belleza, sofisticación y lujo duraderos.
De generación en generación, sus creaciones han adornado las muñecas, el cuello y los dedos de celebridades y conocedores exigentes, dejando una huella indeleble en el mundo de la joyería fina. Su legado es de innovación, pasión y una dedicación inquebrantable al arte del adorno, lo que garantiza que su nombre será siempre sinónimo de elegancia y refinamiento.
El arte de Jiménez sirve como un faro de inspiración para las generaciones futuras de artesanos y diseñadores. Su dedicación a la artesanía, la innovación y la excelencia establece un estándar al que aspirar en el mundo de la joyería.
Al compartir su historia, técnicas y pasión por el oficio, encienden la chispa creativa en los aspirantes a joyeros, animándolos a superar los límites de lo posible y luchar por la grandeza en su propio trabajo.
A través de tutoría, educación y la preservación de técnicas tradicionales, garantizan que el arte de hacer joyas continúe evolucionando y prosperando en los años venideros.
Al hacerlo, no sólo honran su propio legado sino que también allanan el camino para que una nueva generación de talentos deje su huella indeleble en el mundo del diseño de joyería.
Hace unos meses estuvo la banda en un evento en el qué usted contó su historia y vaya qué hubo pasión para lograr lo qué hoy día es. Uso el cambio y el obstáculo como oportunidad estando en un país desconocido y todo lo irreconocible.
Brindemos por el maestro de la elegancia, el artesano del adorno, el joyero extraordinario cuyas creaciones brillan con una belleza eterna. Con cada piedra preciosa colocada meticulosamente y cada diseño elaborado con precisión, su legado brilla más que el diamante más precioso.
Para Federico Jiménez, desde Tututepec, Oaxaca, que su brillantez continúe inspirando asombro y cautivando corazones para las generaciones venideras.