El Presidente arenga a fuerzas de extrema derecha

Por: Nora Estrada

Por Alicia Alarcón

En el resultado de las votaciones del próximo 6 de noviembre, el Presidente espera confiado que los mensajes que ha enviado en sus más de 500 discursos que ha dado desde que ocupa la presidencia, den los frutos esperados. Lograr una mayoría absoluta republicana para acabar con lo que considera amenazas graves para esta nación, entre ellas: El multiculturalismo y  la inmigración de Latinoamericanos.

El Presidente, a diferencia de Barack Obama se rodeó, desde el principio,  de personajes fieles a su filosofía nacionalista. Obama por el contrario dio puestos claves a personajes que lo convencieron de posponer sus promesas de campaña. Lo que le valió perder la mayoría en el Congreso en los dos primeros años de su gobierno.

Todo lo contrario sucedió en el gabinete del actual mandatario,  desde el principio su equipo puso en práctica una agenda cuya prioridad era la de mostrar mano dura con el extranjero y la de asegurar a sus seguidores de extrema derecha, resentida por la presencia y progreso de las minorías, que su defensor y representante ya estaba en la Casa Blanca.

El Presidente, un estudioso y admirador de  Benito Mussolini, puso de inmediato las prácticas del Dictador Italiano, lo primero es atacar a la Prensa para quitarle su autoridad frente a las masas. En la mente del Mandatario, los medios de comunicación eran piezas que podía utilizar a su antojo. Ya lo había hecho, cuando se valió de ellos para difundir su teoría de que Barack Obama era un impostor musulmán nacido en algún lugar fuera de Estados Unidos.  Los medios reportaron ¨su teoría¨ de una forma tan alarmante y consistente que obligaron al Presidente a mostrar su acta de nacimiento donde consta que es oriundo de Hawaii.

Con lo que no contaba el Presidente es que esa Prensa, la misma que manipuló a su antojo durante décadas,  y de la que se valió para vender su imagen de ¨maravilloso empresario¨ se iba a convertir en un centinela de su mandato y que iba a publicar, sin reparo alguno,  las mentiras, imprecisiones, triquiñuelas, nepotismo y abusos de poder que el Presidente realiza, casi a diario. Adjetivos como ¨mitómano, ignorante y peligroso para la democracia y estabilidad de este país¨ son recurrentes en artículos publicados por los diarios más importantes e influyentes de Estados Unidos y difundidos por las cadenas de noticias en todos los idiomas, con excepción de la Cadena Fox que desde un principio, se mostraron defensores del Presidente, no importa lo que diga o haga, en Fox tiene a sus ¨amigos¨ siempre dispuestos a defenderlo.

En este país,  a diferencia de lo que pasa en los nuestros, existe una verdadera libertad de Prensa y gracias al trabajo investigativo de periodistas y reporteros, la verdad sobre los actos y verdaderas intenciones del Presidente y de sus colaboradores han salido a la luz. Las bajas que ha sufrido el equipo de trabajo del Presidente han sido muchas.

Personajes elegidos por el Presidente para concretar su agenda de trabajo han renunciado al ser descubiertas por el New York Times y el Washington Post, sus simpatías Nazis y sus nexos con grupos de supremacistas blancos. La primera baja y la más significativa se dio a principios de su mandato. El Presidente se vio obligado a despedir a  Stephen Bannon, su principal estratega y responsable del éxito de su campaña, desde entonces, las renuncias y los despidos han sido frecuentes, entre las más recientes figuran la de su principal asesor en el área de la economía quien el pasado mes de agosto, se le descubrió su afán por ayudar a una casa editorial dedicada a publicar artículos de nacionalistas blancos. También fungió como anfitrión en uno de sus eventos.

Uno de los encargados de escribir los discursos del Presidente también tuvo que renunciar al publicarse la noticia de que había participado de una forma muy activa, en una conferencia para  defender la supremacía blanca. Le siguió la renuncia del asesor de Seguridad Nacional al darse a conocer el contenido de varios correos electrónicas en los que con términos nazis conversó de manera muy amigable con grupos de nacionalistas-blancos.  Igual suerte tuvo el vocero de Americorps quien despotricó contra negros, musulmanes, gays, mujeres e inmigrantes.  Otro miembro del equipo del Presidente, presentó  su renuncia cuando la prensa lo mostró, llevar con orgullo en la solapa, una medalla que le fue otorgada por una organización nacionalista húngara defensora de los Nazis.

Ante la embestida sufrida por los medios de comunicación que no cesan en publicar las acciones ultraderechistas de sus colaboradores y las de él mismo, el Presidente ha intensificado sus mensajes contra los medios de comunicación, ha calificado a la  Prensa. Como ¨Enemiga de la Nación.¨ Muchos de sus seguidores, abuchean y hostigan a los representantes de los medios de comunicación durante sus eventos. Todo esto para beneplácito del Mandatario.

El Presidente por ahora,  ha intensificado su campaña  en apoyo al nacionalismo blanco y llama a un rescate de las raíces europeas de este país. El ejemplo más reciente lo dio en Iowa, hace unas semanas. Con voz encendida y los brazos en alto, dijo a una multitud, en medio de vítores: ¨Estos patriotas valientes, no derramaron su sangre, sudor y lágrimas para que nosotros nos quedáramos  tranquilos en nuestras casas viendo como otros intentan borrar nuestro legado y destruir nuestra herencia americana.¨ El Presidente hacía referencia a los europeos que llegaron a poblar esa parte del país. En otro de sus discursos, el Presidente fue más preciso en su arenga: ¨Un voto para los republicanos, es un voto que nos permitirá recuperar la verdadera herencia de América y así cumplir con su destino.¨ Y concluyó con lo siguiente. ¨ Nuestra herencia la estamos perdiendo con esa gente loca. ¨ (O sea que para él, además  de violadores y ladrones somos  locos.)  La respuesta de nuestra salud mental la tendrá el Presidente el próximo 6 de Noviembre durante las elecciones.

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