Los Ángeles.- Alejandro Fernández cautivó y enloqueció a los angelinos el pasado fin de semana en el que tuvo lleno total en las dos presentaciones que ofreció en el Nokia Theatre, con las que cerró la primera parte de la gira.
Con la orquesta, El Potrillo inyectó romanticismo, pero con el mariachi alborotó como solamente él lo puede hacer, con picardía y personalidad.
El derroche no solo se notó en el talento, sino en toda la producción, empezando por la escenografía, que sin ser ostentosa, lució elegante, sobria e impactante, siendo las enormes pantallas y los juegos de luces las protagonistas.
El público recibió de pie y con gritos al cantante, y así permanecieron por largo rato y durante intérvalos hasta que finalmente el ídolo se despidió.
Pero no sin antes desgranar primero con la orquesta algunos temas de su último disco Confidencias, “Se Me Va el Amor”, “Cuando Digo Tu Nombre”, “Hoy Tengo Ganas de Ti”, “Procuro Olvidarte”, “Estuve” y “Que Voy Hacer Con Mi Amor”, “Me Dediqué a Perderte”, entre otras.
Cuando ya los enamorados se acorrucaban más entre sí, y algunos despechados derramaban algunas lágrimas, El Potrillo dijo: “Qué dijeron, ya se le olvidó el mariachi a este guey?”.
Enfundado en su entalladísimo traje de charro, pero un poco incómodo con la corbata del traje, que finalmente se despojó y la entregó a una damisela de primera fila.
Deleitó e hizo bailar a muchos con “El Cascabel”, “El Carretero”, “Nube Viajera” para rematar la noche con un popurrí compuesto de temas como “Mujeres Divinas”, “Por Tu Maldito Amor”, “Estos Celos”, “De Quee Manera Te Olvido” y “Acá Entre Nos”.