De acuerdo a los estándares tradicionales del Índice de Masa Corporal (IMC), Estados Unidos “engorda” cada vez más ya que cuenta con un tercio de los residentes que se consideran con sobrepeso y dos de cada cinco adultos son obesos.
Además, alrededor del 20 por ciento de los niños tienen sobrepeso o son obesos.
De acuerdo a médicos, investigadores y escritores que participaron en una videoconferencia organizada por Ethnic Media Services, el aumento de peso se produce en medio de una cultura que exige la delgadez y a que nuevos medicamentos para bajar de peso promovidos por celebridades y personas influyentes afirman que cualquiera puede estar delgado.
Los oradores discutieron la historia del estigma que rodea a la gordura, la aparente desaparición del movimiento de positividad corporal y el impulso hacia una cultura anti-dieta.
También hablaron sobre el impacto de los nuevos medicamentos para bajar de peso, el papel que juegan las redes sociales en la creación de una autopercepción negativa y conductas dietéticas poco saludables entre adolescentes y adultos jóvenes, y el vínculo de la obesidad infantil con el acoso escolar.
Rechazo a las personas con sobrepeso
La psicoterapeuta psicoanalítica y autora del libro «La grasa es una cuestión feminista”, Susie Orbach, dijo que lo que ha cambiado en las ultimas cuatro décadas con relación a las figuras corporales, es que hay un rechazo exacerbado a las personas con sobrepeso.
“Se han transmitido los miedos de la gente que no es gorda a la que sí es porque a estas últimas las ven como feas y desagradables, sobre todo a las mujeres”, señaló.
Indicó que ahora los diseñadores de ropa más populares tienen como estrategia de venta que la gente se sienta mal con respecto a sus cuerpos.
“Luego nos envían estos artículos sobre la delgadez como único modo de sentirnos bien. Estos cuerpos de diseño, han sido una industria secreta del capitalismo” comentó. “Creo que el cuerpo se ha convertido en una de las grandes industrias secretas”.
Dijo que el capitalismo no sólo ha llegado a nuestros cuerpos, sino que también vende la delgadez en todo el mundo.
“Está deconstruido. Ha atacado a otras culturas cuyas formas corporales pueden ser muy diferentes”, expresó.
Orbach escribió el libro “Fat is a Feminist Issue” (“Ser Gorda es una Salida Feminista”) durante el movimiento de liberación feminista.
“Investigamos el sistema de salud y genético de las personas con sobrepeso y también su impacto cultural, y descubrimos que en el nuevo parámetro de delgadez, no se estaba viendo el tamaño de las personas”, explicó. “Actualmente, por una cultura visual, el mundo nos exige estar cada vez más delgados y más pequeños. En aquel libro, yo quería hablar sobre esta idea que nos asusta y nos excluye de la cultura”.
Comentó que para escribir el libro se centró en mujeres blancas de las comunidades norteamericana, italiana e irlandesa.
“Vi un prejuicio muy fuertemente instalado allí porque las mujeres nos juzgamos por nuestro aspecto o nuestro apetito… No entendimos que mi tamaño es mi fortaleza, o que también puede ser mi rechazo al modo en que me criaron”, compartió.
“La idea de la gordura daba mucho miedo a la gente, como si de alguna manera te excluyera de la cultura. El libro fue un llamado a no tener miedo al apetito y a la comida, y a tirar las dietas”, dijo Orbach.
La escritora recomendó que paralograr actitudes más saludables en torno al peso hay que empezar a observar las características de las personas y disfrutarlas.
“Creo que tenemos que atrevernos a decir, ya tuve suficiente. Creo que también tenemos el desafío de comer comida real y reconocer no solo nuestros apetitos físicos, sino también nuestros apetitos emocionales y responder a ellos”, dijo Orbach.
Epidemiología de la imagen negativa
El científico principal del Instituto de Investigación CHEO del Grupo de Investigación sobre Obesidad y Vida Activa Saludable, Gary Goldfield, opinó que actualmente existe una epidemiología de la imagen negativa.
“El modo de ver nuestro cuerpo ha evolucionado a lo largo de las décadas, pero lo que ha crecido en los últimos años es la insatisfacción, no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero gracias a la globalización.
“Eso genera una epidemiología de la imagen negativa y tiene que ver con las ideas irreales que penetran acerca de uno mismo”, explicó.
Comentó que tanto la comida, el consumismo, la tecnología, tienen influencia en la salud y en la imagen.
Goldfield agregó que los medios tienen mucha influencia en el concepto de belleza.
“Hay que tener en cuenta que Instagram, Facebook y TikTok, casi no tienen regulación y hay algoritmos que se repiten y eso mueve a las personas a ir a las redes sociales más que a comer buena comida», expresó.
Destacó que las redes son casi tan adictivas como las drogas.
“Lo que resulta problemático porque los algoritmos no nos llevan a temas saludables, sino a enfermedades alimenticias. Las plataformas sociales son dañinas, sobre todo para los niños, que las están usando entre dos y tres horas por día”, dijo.
Compartió que el instituto realizó una investigación en la que encontraron que entre menos tiempo usen las personas las redes sociales, mayor aceptación hay con sus cuerpos.
Explicó que estudiaron a 220 personas de 17 a 20 años para ver la relación entre la cantidad de horas en las redes y el disgusto que tenían hacia sus cuerpos.
“Entendimos que, mientras más tiempo estaban ante las redes, menos a gusto estaban con ellos mismos”, destacó. “El experimento fue que esas personas vieran redes sociales una hora por día sólo durante un mes y esto funcionó muy bien”.
Goldfield dijo que en tres semanas encontraron en los entrevistados más amor hacia sus cuerpos y menos sobre exigencia para con su propia imagen.
“Limitar la exposición a los medios sociales es una herramienta muy positiva. No pedimos eliminar las plataformas sociales pero sí reducirlas”, expresó.
Dijo que en la adolescencia es una etapa más importante porque es donde se juega el futuro del cuerpo y el miedo al rechazo social es más pronunciado.
“El 95 por ciento de los niños en Estados Unidos tienen teléfonos a los 12 años y es un dato por demás alarmante”, agregó. “Estamos siendo bombardeados cada día por un parámetro de belleza imposible. Las personas están editando todo el tiempo su imagen al igual que las celebridades”.
Mujer de talla plus y segura
Jasmyne Cannick, comentarista de temas raciales, políticos y sociales y periodista premiada, dijo que aunque es una mujer de talla plus, se siente segura de sí misma.
“Yo soy una persona de color y una mujer talla plus, por lo que me siento más segura. Me crié en un espacio que te decían gorda aunque no lo era. Últimamente hay mayor aceptación de los cuerpos grandes y eso es bueno, aunque en las redes sociales puedes tener comentarios positivos o negativos.
“Hay personas que dicen que me apoyan y otras que me dicen ‘eres negra y gorda’… Habrá personas a las que les gustarás y otras a las que no. Es muy importante que tengamos una conversación seria sobre el bullying cibernético y la gordofobia», dijo.