Un amor muy bien sazonado y a ritmo de salsa

Por: Nora Estrada

Los propietarios del restaurante Casablanca, Carlos y Emma Ivonne Haro, celebran 53 años de matrimonio y han reafirmado su amor con cinco ceremonias, frente a Dios, las leyes del hombre, y otra con un inmitador de Elvis Presley y ambientada con la lucha libre. Inspirado en su esposa, Carlos diversifica sus talentos, de chef a compositor de canciones

Emma Ivonne y Carlos Haro celebran 53 años de matrimonio y 45 como propietarios del restaurante Casablanca, ubicado en Santa Monica, California


Por: Nora Estrada

Los Ángeles.- Érase una vez… Hace 53 años, nació un amor que se cocina lentamente​ y con mucha sazon… 

Un amor que hace diversificar al chef Carlos Haro para enamorar día a día a su amiga y esposa con todo tipo de ingredientes, sabores, platillos, margaritas, apuntes y composiciones musicales, como la más reciente, “En Mi Soledad”.

Haro aportó la letra de la canción y la mandó musicalizar a ritmo de salsa, el favorito de su esposa Emma Ivonne, para mantener las piruetas del amor y la vida.

Juan Ornelas es el músico que hizo posible el rítmico tema que hace bailar a la pareja de empresarios de la industria restaurantera.

“Es un tema muy personal. No lo compuse con ​afan comercial. Lo compuse inspirado en la mujer que amo. Lo dedico con todo mi amor a mi esposa, la mujer que me acompaña en la vida, a la mujer que conocí en el verano de 1971 cuando éramos universitarios en Guadalajara”, expresó Carlos.

Lleno de orgullo y admiración, el reconocido chef angelino​ propietario del restaurante Casablanca, ubicado en Santa Mónica, reveló que diariamente escribe pensamientos y frases de películas románticas.

“La composición de la canción surgió porque una mañana me desperté y vi a mi esposa a mi lado. Eso me inspiró​. Luego reflexioné y me dije: Es la persona que está conmigo desde hace muchos años, y aquí ha estado, en las muy malas y en las muy malas. Estos 53 años de casados hemos estado al pendiente uno de otro​. Se merece una cancion”, comentó.

Muy al estilo Las Vegas: Carlos y Emma Ivonne Haro celebraron su amor por quinta ocasión con una ceremonia en una capilla con un imitador de Elvis Presley.

Opinó que para mantener la llama del amor, ​es importante recordar siempre que las personas mas queridas y cercanas deben valorarse y respetarse. 

“A veces, el hecho de saber ​que tu ser amado ​eestá siempre a tu lado, te hace, no por intención, perderles ​un poco de valor ​​porque piensas que siempre estará ahi,  ​​por eso es importante hacerles ver que el valor que tiene para ti.

“A veces, piensas que lo tienes todo y lo primordial vas posponiendo​ decir un te amo, un abrazo, una visita. Piensas que las personas queridas estarán para ti por siempre”, expresó. “Entonces se me ocurrió ​demostrar mi amor con la composición. Quise hacerla ​a ritmo de salsa porque ​es el género que a ella le gusta bailar ”.

​Haro contó que otra de sus claves para mantener a Cupido ocupado para mantener su matrimonio, es tolerancia y darse sus espacios uno de otro.

“Máxime cuando tu esposa trabaja contigo. Tenemos 53 años de casados y 24 de trabajar en el Casablanca, ella es la que lleva la contabilidad”, agregó. “Entonces tenemos que poner mucho de nuestra parte para continuar. Y, aunque no es fácil, tampoco es difícil porque el amor lo puede todo”.

Carlos Haro y Emma Ivonne (pareja de la izquierda) celebran su primer matrimonio en 1972 en Guadalajara, México.

Las “locuras” también son vitales para la pareja.

Haro compartió que en total se han casado cinco ocasiones, unas por ​gusto y pornecesidad y otras “por pura onda”, para compartir con familia y amigos.

“Primero nos casamos en Guadalajara en 1772 por el civil, luego por la Iglesia. Ya estando en Los Ángeles nos fuimos a casar por el civil de nuevo a Tijuana porque necesitábamos unos documentos para continuar nuestra vida en Los Ángeles. En ese entonces era más fácil hacer eso que ir hasta Guadalajara”.

Haro compartió que las últimas dos veces, él y su esposa se prometieron amor en Las Vegas.

“La última boda en Las Vegas ​f​ue porque yo quería casarme frente a un Elvis Presley (doble) en una capilla de la Ciudad del Pecado con algunos de mis amigos no habían podido ir a mis otras bodas.

“​Nos fuimos a ​u​na capilla con el Elvis, que me cantó​», expresó.

Carlos y Emma Ivonne Haro comparten el amor con los negocios. Desde hace 45 años se encargan de que el popular restaurante Casablanca marche a la perfección.

​Haro dijo que a esa ceremonia invitó a su amigo, la personalidad de televisión y aficionado a la lucha libre, Jose Armando Ronstadt​.

«Pero tenía una sorpresa para mí. Resulta que llevo llevó máscaras ​de luchadores y​ enmascaró a todos los invitados”, recordó.​ «Cuando estaba bailando con ​M​I esposa, ví al Elvis ​de frente que se estaba riendo.

“El estaba de frente a los invitados que ya para ese momento portaban las máscaras de lucha libre, entonces yo, que estaba de espaldas, volteo y me ataque de r​isa​ cuando ví a todos. Para mí​ fue una experiencia muy bonita por el Elvis, los amigos y las máscaras”, dijo. “Fue muy divertido”.

Haro reveló que la última frase que escribió inspirado en su esposa fue: “Tu mirada sacudió mi corazón”.

“Esa frase también se las dije, no solo la escribí. Ella se merece eso y mucho más, son detalles que están al alcance”.

La pareja disfruta un tipo de renovación der votos con sus amigos que celebraron con máscaras de luhadores mexicanos.

Carlos y Emma Ivonne tienen dos hijos y cinco nietos y trabajan juntos en el restaurante de su propiedad, Casablanca, él, como manejador del negocio y supervisor en la cocina, y ella como contadora del lugar.

La vida llevó a la pareja a dejar sus profesiones para dedicarse a Casablanca desde hace 45 años.

Emma Ivonne dejó la biología, y Carlos se vio en la necesidad de dejar en México la abogacía.

De hecho, Haro emigró a Los Ángeles con la intención de profesionalizarse como entrenador de baloncesto, labor que realizaba en la Universidad de su natal Guadalajara.

Pero la familia y trabajo fue más demandante y se vio en la necesidad de dejar lo que ahora es una de sus pasiones.

En los últimos años, y más relajado del trabajo y familia, Haro ha descubierto otros talentos, ​como escribir libros, producción de documentales y canciones.

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