Los Ángeles.- A pesar de que la expectativa de vida de los afroamericanos bajó dos años debido al Covid-19, la tasa de vacunación entre este segmento de la población se mantiene alta en comparación a otros grupos étnicos, pero algunos sobrevivientes ahora promueven férreamente la inoculación.
Expertos convocados por Ethnic Media Services y California Black Media hablaron sobre el miedo, vacilación, desconfianza y a cómo superar las barreras al acceso de las vacunas en la comunidad afroamericana.
El doctor Oliver T. Brooks, director médico del Watts Healthcare Corp. en Los Ángeles, recordó que la desconfianza de la comunidad afroamericana no solamente es por la vacuna contra el Covid, sino por considerarse víctimas de todo el sistema de acceso a la salud.
“La gente negra ha sido muy maltratada por el sistema médico desde siempre, desde la exclavitud, luego por las escuelas médicas, que (los estudiantes) iban a los comentarios y agarraban cadáveres para prácticas, también esterilizaron a las mujeres de manera forzada en el sur.
“Todos sabemos que el Servicio de Salud hacia todos estos experimentos en Alabama”, señaló. “La falta de confianza en el Sistema Medico es valida”.
Dijo que a pesar de la rápida propagación de la variante Delta, las tasas de vacunación siguen siendo desproporcionadamente bajas de los afroamericanos de todo el país.
“En California, la tasa de vacunación de la comunidad afroamericana está aumentando, pero aún el 48 por ciento sigue estando muy por debajo del promedio del resto del estado.
“Hay 5.5 casos por cada cien mil personas, 5.5 de esos son afroamericanos, mientras que la tasa de muerte es de 7.1 por ciento”, completó.
Brooks dijo que otra causa por lo que los afroamericanos no se vacunan es porque les preocupa perder el trabajo por faltar un día o varios, dependiendo de la reacción de la inoculación de cada uno.
“La expectativa de vida debido al Covid bajado un año entre la población en general en todo Estados Unidos, y dos años para los afroamericanos”, expresó.
Los abuelos son el referente
Brooks dijo que algo positivo que puede suceder para que los jóvenes accedan a la vacuna, es que sus abuelos los influyan positivamente
“Lo que puede ocurrir, sobre todo en las comunidades afroamericanas, es que los abuelos tomen el papel de influenciar a sus descendientes. En las familias de la comunidad el abuelo es el de mayor respeto. Son la piedra angular de la familia.
“Yo me vacune”, anunció, “entonces esos abuelos pueden decirle a sus descendientes que también se vacunen. Creo que se puede hacer mucho para aumentar la tasa de niños que reciban la vacuna”.
‘Toque la puerta de la muerte’
El reverendo Steven Shepard, pastor de la Iglesia St. Paul AME Church, de San Bernardino, tuvo que experimentar en carne propia los agresivos síntomas del Covid-19 para finalmente creer en la vacuna y convertirse en un promotor de la inoculación en su comunidad.
“Creemos que Dios puede curarnos, pero Dios también nos cura a través de la vacuna. Al salir del hospital, me prometí que nuestra comunidad tendría la información correcta.
“La Biblia dice que la gente muere por falta de conocimiento. En mi caso”, agregó, “estaba lidiando con el pasado y no tome el tiempo para darme cuenta de cuál era la ciencia tras la vacuna”.
Convencen con rap
Christopher Hargrove-Thompson, estudiante de 21 años y su roomie Nick realizaron un video con música de rap para convencer a la población a inocularse contra el Covid-19.
Hargrove-Thompson explicó que desgraciadamente la desinformación en redes sociales retrasa la decisión de los jóvenes a vacunarse.
“Pienso que los jóvenes recibimos mucha de las redes sociales, muy mala información, y eso nos demora en entender lo que sucede y sobre la vacuna.
“Ahora tuvimos la oportunidad de hacer esta canción y ser parte de este esfuerzo para que la gente en Los Angeles entienda mas sobre la vacuna”, expresó el estudiante.
‘Una señal de Dios’.
La feligresa De la Iglesia St. Paul, de San Bernardino, Alva Brannon, contó que ella no creía en la vacuna contra el Covid debido a que era producto de un experimento del que fue objeto su padre, el Tuskegee, pero “recibió” una señal De Dios que la hizo cambiar de opinión y se inoculo.
“Mi padre era parte del experimento de Tuskegee y no recibió tratamiento para su sífilis, por lo que yo contraje sífilis en el útero. Yo me di cuenta de eso a los siete años de edad cuando perdí la vista y tuve una cirugía de córnea a los 15 años.
“Mi madre tuvo que obtener una orden judicial para poder recibir el transplante”, dijo. “Por eso en mi familia ni hablar de la vacuna contra el Covid”.
Agregó que uno de sus doctores, el del pulmón, le explicó duramente la razón por la que debía vacunarse, pero aun así no aceptó la inoculación.
“En mi caso, tengo condiciones que me podrían comprometer, como hipertensión pulmonar, alta presión sanguínea y diabetes. El doctor me propuso hacer una cita para vacunarme, yo le dije: ‘Ni hablar. No, no quiero’. Y me dijo, te vas a morir, así de fácil.
“Yo dije: ‘¡No me importa!'», agregó. «Tres días después, recibí una llamada de la Iglesia para invitarme a recibir la vacuna J&J, y lo tomé como una señal De Dios Y decidí vacunarme”.