Por Alicia Alarcón
El primer regalo le cortó casi la respiración seguido por un ataque de euforia. No lo podía creer, el estado donde reside el Procurador que más se opone a sus designios. El estado donde más votos se contaron en su contra y que ya tenía en su mapa electoral como perdido le acababa de dar un regalo inesperado: Los votos necesarios al que ahora llama su amigo, el republicano John Cox, para participar en la contienda electoral del próximo 6 de noviembre para gobernador de California. Dos regalos el mismo año. Quién lo iba a pensar.
John Cox obtuvo más votos que Antonio Villaraigosa, lo que lo puso en segundo lugar de preferencia. El primer lugar se lo llevó Gavin Newson, ex alcalde de San Francisco y actual Vicegobernador. Los dos se enfrentarán en Noviembre, y el Presidente ya tiene en su agenda varias visitas a California para apoyar a su candidato.
El ascenso de Cox ha despertado ya el interés de muchos benefactores republicanos que tienen listas sus chequeras para donar a la campaña del hombre que promete rescatar a California de ¨las minorías¨ y regresarla a ¨sus legítimos dueños.¨ La mayoría de los republicanos ya se habían resignado a que los finalistas en las elecciones primarias serían dos demócratas. No contaban con la apatía ciudadana que gracias a su ausencia en las urnas, permitió a un republicano de extrema derecha convertirse en un serio candidato para la gubernatura de California. (Cosas que pasan.)
El triunfo de Cox, un fiel seguidor y admirador de las políticas del actual Presidente, confía que se repetirá la ausencia de latinos en las próximas votaciones del 6 de noviembre. (Porque va a ser diferente) Sin duda la falta de entusiasmo electoral entre los votantes demócratas en general, le permitirá movilizar a un número suficiente de republicanos e independientes para vencer a Newson.
Su lema de campaña será : ¨No al alza de los impuestos a la gasolina¨ y seguirá la estrategia del ex gobernador Arnold Schwarzenegger, en lo que se refiere al mensaje y a actos espectaculares. El ex gobernador dejó caer una bola de acero sobre un carro para ejemplificar cómo iba a despedazar los impuestos que se iban a implementar en los registros de los autos. Hasta el momento, la campaña de Cox no ha dado a conocer los detalles de sus actos de campaña. Sin duda serán diseñados para ejemplificar su guerra sin cuartel contra cualquier impuesto que tenga y se planee agregar a la gasolina y sus derivados. No es de extrañar pues que veamos de repente en uno de sus actos públicos al candidato Cox descender de un helicóptero y pulverizar con su puño acero alguna figura que personifique los impuestos. Muy al estilo de Hollywood.
Newson, por su parte, se prepara para una gira en autobús por todos los rincones de California con la que espera despertar de su letargo a millones de votantes que no participaron en las Primarias de California. La mayoría de los latinos, decepcionados por las promesas incumplidas de sus representantes demócratas decidieron quedarse en su casa y la esperanza a nivel nacional es que se sacudan la decepción y reaparezcan en las urnas para evitar que California quede en manos republicanas.
Sin duda, en las pasadas elecciones, la falta de votantes latinos perjudicó de manera especial a Antonio Villaraigosa, quien a pesar de haber gastado millones en su campaña, quedó en tercer lugar de preferencia. El error de Villaraigosa fue el mismo de los demás, asumir que los latinos iban a votar por él por el hecho de ser latino y hablar español. Se confió y no hizo campaña entre ellos. Muy pobre fue su esfuerzo para acercarse a los grupos que en otro tiempo se desbordaron para elegirlo alcalde de Los Ángeles, una de las ciudades más grandes del país.
Newson tiene que aprender de los errores de su contrincante y establecer un verdadero puente de diálogo, hasta ahora su mensaje les resulta a muchos vago e impreciso. Alejado de su realidad cotidiana. El candidato demócrata tiene que adelantarse a la barredora republicana que se prepara ya con mensajes diseñados para convencerlos que el Estado es su enemigo y los demócratas quieren dejarlos sin un centavo en el bolsillo para pagar más impuestos.
El 6 de noviembre del 2018 está en juego, no sólo, quien será el próximo Gobernador de California, sino también quién logrará la mayoría en el Congreso. Una pobre participación de los latinos y otras minorías en las urnas será un segundo regalo para el Presidente.