Por Sunita Sohrabji y Sandy Close/EMS
En un tiempo en el que San Francisco se queda detrás de la media estatal en cuanto a tasas de respuesta al censo, los artistas y escritores jóvenes tienen un mensaje especial para aquellos que aún no han llenado sus formatos: “No nos dejen desaparecer”.
Los jóvenes hablaron en una celebración de entrega de premios virtual el 3 de junio reconociendo a los ganadores de un concurso del Censo para gente de 14 a 21 años, llamado “Por qué cuenta mi familia”. El concurso atrajo a más de 100 concursantes que trabajaron en una variedad de medios, incluyendo acuarelas, dibujos en carbón y lápiz, además de poesía, ensayos, interpretación poética y video. El concurso se diseñó para hacer partícipes a la juventud en el proceso de asegurar un recuento censual exacto.
La celebración abrió con un panel de líderes cívicos y expertos en el censo que establecieron conexiones directas entre la juventud que insiste en que se cuente y las protestas en contra de la violencia racista.
“Nuestras comunidades de color y nuestra comunidad negra en particular están sufriendo”, anotó Adrienne Pon, directora ejecutiva de la Oficina de Participación Cívica y Asuntos de la Comunidad (OCEIA por sus siglas en inglés), patrocinadora del concurso. “El evento de hoy es más que un concurso de arte. Tiene que ver con celebrar las voces y la creatividad de nuestros jóvenes, que eligen expresarse … en maneras que nos dan razones para tener esperanzas de que mañana será un día mejor, que las vidas de los negros importan, que TODOS contamos”.
Actualmente, San Francisco tiene una tasa de respuesta del 58% comparado con la media estatal del 61%. El área de la Bahía en general tiene una tasa de respuesta del 68%. La semana pasada, el condado se estabilizó, registrando un aumento de solo el 1%, observó Robert Clinton, gerente de proyectos para el Censo 2020 de OCEIA. Clinton notó que las zonas de la ciudad que reportaron tasas altas de infecciones del COVID-19 también tenían tasas bajas de participación en el censo, como vecindad con los niveles más bajos de ingresos.
Clinton dijo que el censo “es una de las muchas herramientas que tiene nuestro gobierno federal para hacernos ver como pueblo pero también para borrarnos como pueblo”. Se refirió a las horas que la gente tiene que esperar al teléfono para hablar con un operador del censo así como a las opciones de idioma limitadas.
“El lenguaje del censo no tiene mucho sentido para la gente que tiene un nivel de dominio del inglés limitado, que tiene poca escolarización o que ha sido marginalizada de muchas otras maneras”, dijo Clinton.
Stephanie Kim, directora de United Way Bay Area, describe el censo como una herramienta de empoderamiento que “da voz a las comunidades en cuanto a quien lidera las instituciones políticas que tienen el poder para protegernos o dañarnos”.
“Nuestras comunidades merecen prosperar, no solo perdurar. El mismo racismo que impregna nuestro sistema judicial y sanciona la brutalidad policial también ha robado a muchas comunidades negras los recursos que necesitan y merecen”, dijo Kim.
David Tucker, un experto del censo que trabaja en el comité estatal para un recuento completo, señaló que desde 1980 la población negra de California tiene una tasa de participación por debajo de la media. “Necesitamos usar esta oportunidad mientras estamos sitiados para denunciar la injusticia social. Aunque sé que nos estamos agotando, me animan e ilusionan los mensajes que mandan a sus familias y amistades. El censo es el hilo que nos une a todos”.
Sonny Le, especialista que trabaja en la Oficina del Censo, anunció que la Oficina del Censo quiere activar a los líderes de la juventud que podrían llegar a ser encuestadores del censo en sus propias comunidades. Le, que vivió toda su vida como un refugiado de Vietnam en un apartamento en el barrio del Tenderloin con otras tres familias, comentó que “Para mí, el censo es personal. Algunos de mis parientes aún se están enfrentado a los mismos problemas de acceso y servicios que yo en los años 80”.
Ponentes jóvenes siguieron a los defensores del censo con sus historias personales que reflejan la importancia del censo como herramienta de la visibilidad y del empoderamiento. Angelo Gerard Ubas, 14, dijo “Yo pinté una familia de pájaros posada en una rama de un árbol mirando el horizonte urbano que estaba borroso. Sé que el censo no cuenta a los animales…pero el censo agudizará la imagen de la ciudad, de quien vive aquí, y ayudará al gobierno a saber lo que tienen que mejorar”.
Maygie Li, 21, dijo que su familia emigró de China y se fue a vivir a Montana donde sus abuelos ayudaron a construir el ferrocarril. Actualmente estudia en la California College of Arts. Al dibujar el rostro de una mujer grabado sobre un mapa de tierras de nativo-americanos en Montana, pretendió levantar una población invisible, y mostrar “cómo estamos todos conectados y necesitamos ser contados”.
Elijah Ladeki, 18, recitó su poema llamado “Counted Out” [Dejados fuera, en español], que escribió como una oportunidad para ayudar a mi comunidad”. El poema, del que se cita un pasaje aquí, describe “toda mi vida” viviendo en vivienda pública. “Miraré a mi madre soltera y me preguntaré por qué está estresada/No puedo perder la oportunidad de reconocernos/Ha pasado demasiado tiempo guardando nuestros derechos para después”.
Jesse Martin, 15, compartió su video de una comida de Thanksgiving celebrando su gran familia, que él llama “una mezcla de diferentes orígenes étnicos que son el fundamento de San Francisco. Si no nos cuentan, nos silencian”.
Bobbi Brown, 21, recitó su tributo al censo 2010, “Nadie debe desaparecer/Todos deben contar/la comunidad y el miedo/fuera/el censo 2020 incluye a todos los míos …”
Para los textos completos y obras de arte de estos y otros ganadores, favor de ir a https://ethnicmediaservices.org/myfamilycounts/