Especial
CDMX.- Se fue sin miedo a la muerte, como lo dijera en una de sus últimas entrevistas: “A mí, la muerte, me la persigna…”
Hoy falleció a los 81 años Héctor Suárez, quien en su juventud buscara el futuro en la carrera de arquitectura en una de las escuelas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), pero que el destino lo llevaría finalmente a convertirse en uno de los grandes comediantes de México, y ahora, con su muerte, dará pie a una leyenda que crecerá con el paso de los años.
La vida no fue nada fácil para este hombre cuya infancia transcurrió en las calles de Isabel la Católica y Bolívar, Colonia Obrera, de la Ciudad de México, antes de convertirse en una gran figura de los escenarios.
Fue así, de la mano del maestro Carlos Ancira como forjó una carrera que durante 60 años lo puso en la lista de los actores con mayor credibilidad y respeto en el arte de la actuación hasta su muerte.
De ahí para acá su calidad histriónica quedó manifiesta en el teatro, en el cine, la televisión y el centro nocturno.
En el cine, cintas como “Picardía Mexicana”, “La Grilla”, Lagunilla Mi Barrio”, “Mecánica Nacional” y “El Milusos”, “La Pulquería”, “Atlético San Pancho”, son parte de su larga filmografía.
En la televisión, programas como “La Cosa”, ¿Qué nos pasa? “La Cosquilla», Domingos Herdez y Variedades de medianoche, entre muchas otras.
En el teatro, obras como “La señora Presidenta” y Toc Toc”, entre otros éxitos en cartelera, así como aquellas puestas en escena del Teatro de Tésis en la década de los 60, dan prueba de su capacidad histriónica.
Suárez se distinguió siempre por su carácter aguerrido. Siempre fiel a sus principios luchó por hacer obras que reflejarán sus objetivos, en el cine, por ejemplo, se arriesgó a hacer cine con cámaras ocultas y se aferró hasta que logró ver reflejado esas obras en la pantalla grande.
Fue el único, según sus propias palabras, que llegó a confrontarse con un poderoso magnate de la televisión mexicana, y a quien, finalmente le ligó una amistad de años.
Don Héctor reconoció en diversas entrevistas que fue un alcohólico que supo cumplir con sus compromisos profesionales, y que a pesar de esa adicción, siempre supo controlarla si debía estar en un escenario, pues se debía a su público.
Fueron tantas las locuras que llegó a cometer por la bebida, que sin darse cuenta, en una de sus tantas borracheras no supo ni dónde había dejado un auto que había comprado días antes.
Para quienes no lo sepan, el artista tuvo el valor de confesar que llegó al delirio por la bebida, al grado que luego de una reunión de trabajo con altos ejecutivos de una televisora salió para ingresar voluntariamente a una sesión de Alcóholicos Anónimos y enfrentar su problema para recuperar su vida que estaba a la deriva.
Maestro de la comedia de enredos, del astracán, de la farsa política, entre muchos géneros a los que enriqueció con cada uno de sus personajes como “Tomás”, “El Flanagan”, El No hay”, “Doña Zoyla” o “El milusos” (tal vez el más emblemático de todos), que se quedaron en la mente de varias generaciones.
El pasado 3 de junio del 2019 Héctor Suárez Gomis solicitó en sus redes sociales donación de sangre para su padre quien estaba internado en una clínica de la Zona Rosa de la Ciudad de México.
Días más tarde se sabría que la hospitalización de don Héctor se debía complicaciones del cáncer de vejiga que se le detectó 4 años atrás.
Tiempo después fue dado de alta con las reservas del caso y así continuó su vida hasta este día en que dejó de existir.
A través de un comunicado emitido por Suárez Gomis fue como se conoció la triste noticia.
“A los amigos, a los compañeros y a todos los medios de comunicación:
Con profundo dolor, queremos compartir con ustedes el fallecimiento de Héctor Suárez Hernández”.
“La familia Suárez, les pedimos que por favor comprendan este momento de gran tristeza que estamos viviendo y también esperamos que puedan respetar nuestro duelo.
“Para nosotros se va el papá, el abuelo, el hermano, el esposo y no la figura pública que merece todo el reconocimiento de la familia artística y los medios de comunicación.
Dennos oportunidad de procesar este duelo y en unos días podremos conversar con ustedes.
La misiva fue rubricada por Zara Calderón, su viuda, así como por sus hijos, Héctor, Julieta, Rodrigo, Isabella, así como por sus nietos Paula, Ximena y Pablo.
Fue así como los medios tanto nacionales como extranjeros y en las redes sociales se comenzó a difundir la noticia.