Luis Baltazar: de Metro a la Guardia Nacional durante los incendios en LA

Por: Especial
Luis Baltaza, quien se enlistó al Ejército hace cuatro años y trabaja en Metro desde 2014, actualmente es inspector de las vias ferroviarias. / Foto: suministrada.

Por: Mey Lyn Mitteenn 

Luis Baltazar miraba impactado las noticias sobre los incendios en Los Ángeles cuando recibió un mensaje del Ejército. Solicitaban voluntarios para unirse a la Guardia Nacional y apoyar durante la emergencia. Sin dudarlo, se apuntó.“Me asignaron al incendio Eaton [en Pasadena]”, dice Luis, de 34 años de edad.

Al día siguiente, empacó su uniforme y se presentó en el Rose Bowl, donde se habían instalado tiendas de campaña en el estacionamiento para el personal que trabajaba para controlar el incendio.

Luis llegó a su puesto en el incendio Eaton el 12 de enero. / Foto: suministrada.

Esta era su primera misión con la Guardia Nacional, un componente militar formado por reservas y que puede ser activado por el gobernador estatal o por el presidente para responder a desastres naturales, disturbios civiles o conflictos. Luis fue uno de los más de 2,500 miembros de la Guardia Nacional que se desplegaron para auxiliar a Los Ángeles a inicios de este año.

“Quise apoyar porque no me gustó enterarme de los saqueadores”, expresa Luis. “Hubo personas que intentaron aprovecharse de aquellos que lo han perdido todo y eso, no estuvo bien”.

Incluso este lunes, las autoridades de Los Ángeles propusieron la AB 469, una ley para endurecer las penas contra el saqueo y la suplantación de trabajadores de emergencia durante los desastres y el esfuerzo de recuperación.

Y esa fue precisamente la misión que le asignaron a Luis: proteger a la comunidad de Pasadena en puestos de control (check points) junto con el Sheriff de Los Ángeles y la Patrulla de Caminos de California.

“Mi compañero y yo nos encargamos de revisar ID’s [identificaciones] para verificar que la persona realmente sí vivía en la calle que estábamos cuidando”, dice Luis. “Estuve en servicio dos semanas por 12 horas al día… Y cada día revisaba entre 80 a 100 ID’s”.

Su objetivo era evitar saqueos en la zona de desastre, pero también cuidar el área de la ola de curiosos. “Cuando llegué al lugar, todo estaba destruido. Era una ciudad desolada”, recuerda. “A eso se le sumó el olor al humo y ver a mucha gente llorar. Fue muy algo muy triste”.

En medio del caos, su habilidad para hablar inglés y español fue clave para brindar información a los residentes que regresar a sus hogares dañados. Su otra fortaleza fue su formación en el Ejército, donde aprendió disciplina, responsabilidad y sobre todo la importancia de tomar la iniciativa.

Luis siempre aspiró a formar parte de la familia militar. “Este país le ha dado mucho a mi familia y yo quise servir para dar algo a cambio: proteger a la comunidad”.

Se enlistó a los 30 años, una edad que cree jugó a su favor porque le dio la madurez para afrontar la intensidad del entrenamiento militar, que a menudo incluye gritos y situaciones de alta presión. “Cuando uno se enlista joven, todo te asusta”, dice. No obstante, admite que su resistencia física fue un reto. “Imagínate yo corriendo millas y millas al lado de un muchacho de 18 años… Pero entrené duro y lo logré”.

Eligió especializarse como mecánico de Humvees, no solo para apoyar su carrera militar sino también porque tenía un propósito en mente: seguir creciendo en el empleo que ya tenía en Metro.

Realiza inspecciones en los rieles de la Línea B de Metro. / Fotos: Aurelia Ventura.

Además de ser parte de la reserva del Ejército, Luis trabaja en Metro desde 2014. Empezó como asistente de servicio de autobuses, donde se encargaba de revisar los niveles de aceite, además de limpiar, lavar y estacionar los autobuses en las divisiones de Metro.

Con el tiempo se inscribió en el programa de capacitación de Metro Joint Apprenticeship Program (JAC), donde aprendió sobre seguridad, equipos ferroviarios, herramientas, conceptos eléctricos y más. Con su diploma en mano, hace dos años se convirtió en inspector de las vías del tren de la Línea B.

“Inspecciono los rieles para comprobar si hay defectos, si hay algo quebrado o fuera de lugar. Me aseguro que no haya nada que interrumpa el paso del tren”, explica Luis. Agrega que en ocasiones el calor extremo puede expandir los rieles, mientras que el frío puede hacer que se contraigan, lo que puede provocar daños que requieren soldaduras o reemplazo de sujetadores del rieles.

“Mi equipo y yo caminamos por los túneles o vamos en una troca para inspeccionar las vías desde Union Station hasta la estación de North Hollywood casi todos los días”, cuenta.

Luis tiene el horario de noche que va de 8:00 p.m. a 4:00 a.m.

El originario de Jalisco, México, es esposo y padre de dos niños. Y además de sentirse orgulloso de sus raíces, Luis es un gran fanático de los mariachis y de una buena birria estilo Jalisco, sabores y sonidos que lo conectan con su tierra.

Ese mismo orgullo lo impulsa en su carrera. “Es increíble que la agencia ofrezca un programa pagado como JAC y que trabaje con nosotros en acomodar nuestros horarios para que podamos cumplir con nuestro servicio militar”, señala. “Metro siempre me ha brindado la oportunidad de crecer”.

El trabajo de Luis tiene un gran impacto. Cada vez que inspecciona los rieles del tren, mantiene a miles de personas seguras en sus viajes. Para él más que un simple empleo es una misión y, ya sea en Metro o en la Guardia Nacional, es siempre el mismo objetivo: marcar la diferencia.

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