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Morelia, Michoacán.- Las catrinas de barro colocadas a lo largo de las calles en Capula, en Morelia, Michoacán, impactan seducen, llaman la atención de los visitantes que recorren ese perímetro.
Independientemente de la exposición en algunos expendios o en el museo local cada año se organiza la feria que atrae cientos de turistas nacionales y extranjeros, algunos de éstos “las raptan”, es decir, las adquieren para llevarlas, presumirlas y lucirlas en sus hogares.
La promoción se hace con mujeres ataviadas como “la calavera garbancera” surgida en la imaginación del artista hidrocálido José Guadalupe Posadas, y años más tarde bautizada como “La Catrina” por el muralista mexicano Diego Rivera, quienes deambulan por la zona dejándose querer, aceptan gustosas ser fotografiadas como recuerdo del visitante.
A finales de octubre y los primeros días de noviembre de cada año, previa a la celebración del Día de Muertos y de Los fieles difuntos artesanos capulenses se dan cita en la tradicional Feria Nacional de la Catrina para mostrar sus trabajos, sus artesanías que les han creado una leyenda que se ha extendido por el mundo.
El deseo y anhelo de los artesanos que elaboran y diseñan en barro las tradicionales catrinas en el bello municipio de Capula, en Morelia, Michoacán, es que transmita esa sensibilidad que ellos sienten cuando las hacen, esa es su recompensa, independientemente de la ganancia económica.
De acuerdo a reportes de medios de comunicación michoacanos además de atraer miles de turistas se genera una derrama aproximada a los 65 millones de pesos por los productos elaboradas por unas 500 familias.
La elaboración de la catrina en Capula se inició en 1960 evento que permitió a cocineras de la localidad y 200 artesanos iniciar una tradición de montar sus stands para mostrar sus obras de arte en barro en honor de la Catrina.
El proceso de elaboración de la Catrina se realiza en por lo menos 15 días aproximadamente. Las hay desde elaboración rústica hasta la más sofisticada, ejemplo de ello, Frida Kahlo.
Todo parte con el diseño de la misma, el cocido, el secado y la pintada para tenerla lista y exponerla a la vista de aquellos que cada año se dan cita en el lugar y de los nuevos visitantes ávidos de cerciorarse de esta legendaria tradición.
El costo de cada Catrina en barro, yeso o cerámica, puede llegar hasta los 15 mil pesos y eso da cuenta lo cotizado que es esta artesanía; todo depende de los detalles que contenga la pieza.
De acuerdo a la página oficial del municipio de Morelia, Capula, se localiza a 17.5 kilómetros de la capital michoacana, y su nombre proviene de las palabras nahuátl Capulin y An que significa “Lugar de Capulines”, poblado que mantiene y preserva sus tradiciones.
Lamentablemente, en días pasados se anunció que este 2020 debido a la pandemia de COVID 19 que afecta al mundo, el tradicional evento se efectuará de manera virtual.