Por Alicia Alarcón
Egipto país de faraones y escenario de sucesos históricos y bíblicos, uno de ellos es el hecho de haber tenido en su territorio a Jesús en calidad de indocumentado. Para honra de los egipcios, ninguna autoridad lo arrestó, ni lo pusieron en ninguna jaula. Como lo hace ahora Estados Unidos con los migrantes centroamericanos que buscan asilo en la Frontera.
El silencio es complicidad y también deshonra para los líderes religiosos y sus seguidores no importa a qué iglesia pertenezcan al justificar esta acción por demás inhumana con el pretexto de que ¨la biblia ordena a los cristianos obedecer las leyes¨. Este argumento es el mismo que utilizaron los predicadores durante la época de la esclavitud (1776-1865) en Estados Unidos. ¨La ley es que los negros sirvan a los blancos y la Biblia nos dice que debemos ser obedientes a las leyes¨, les decían.
Otro argumento que utilizaban los líderes religiosos de entonces es que ¨Dios ha marcado a los negros para servir a los blancos¨. Es decir, los blancos eran los únicos que habían nacido a imagen y semejanza del Señor. Para reafirmar su teoría señalaban todo el arte religioso que se producía en Europa donde todas las imágenes de Jesús y sus apóstoles eran blancos, altos y ojos claros. Igualitos a ellos.
Han transcurrido desde esa etapa oscura casi tres siglos y se supone que hemos evolucionado en razonamiento y espíritu. Lo sorprendente es que en pleno Siglo XXI, líderes religiosos, salvo honrosas excepciones, desde su respectivos púlpitos y con cámaras de televisión enfrente, utilicen esos mismos argumentos de legalidad para tranquilizar las buenas conciencias de sus hermanos de religión que cuestionan el trato que se les da a los indocumentados, sobre todo a las mujeres que fueron separadas de sus hijos. Niños y jóvenes que aún permanecen en jaulas en lugares insalubres a lo largo de la frontera.
Los Pastores y Ministros a los que me refiero, afortunadamente son una minoría, insisten una y otra vez que: ¨Los buenos cristianos deben ser obedientes de las leyes, no importa como sean éstas¨. Una simple lectura de las palabras y las acciones de Jesús arrojan una postura contraria a lo que éstas señalan. Jesús fue un Revolucionario que acabó con la tiranía de un gobierno de amos y esclavos, fue el primero en encabezar un movimiento de resistencia civil. Los seguidores de Jesús pagaron con su vida los cambios que se dieron en la sociedad en favor de los menos favorecidos. Los que predican a favor de encarcelar a los que se acercan en busca de mendrugos de pan para ellos y sus hijos, porque en su lugar de origen ni a mendrugos llegan, van en contra de lo que predicó Jesús. Es una afrenta a la verdad histórica.
Entre los líderes religiosos que siguieron los pasos de Jesús y que pagaron con su vida ese atrevimiento destacan: El sacerdote católico Miguel Hidalgo y Costilla, responsable del Movimiento de Independencia de México en 1810. El Ministro Bautista Martin Luther King quien se negó a aceptar las leyes que justificaban el trato desigual que recibían los negros en un país de prosperidad y abundancia. Ghandi que sin disparar una bala logró independizar su país India de la Gran Bretaña.
Resulta una vergüenza que los que afirman ser discípulos y seguidores de Jesús continúen con el argumento que las injusticias se deben aceptar porque ¨son leyes¨. Como si su contenido hubiera sido inspirado por una Divinidad. ¿Desde cuándo los hombres que las escribieron son seres celestiales a quienes no se les puede reclamar? Las leyes que fueron aprobadas por hombres y mujeres de los dos partidos que gobiernan este país, que castigan con largas condenas el hecho de cruzar la frontera sin documentos o con el uso de un documento que no les pertenece, deben hacer una pausa en su agitada carrera por lograr más y preguntarse si las leyes que aprobaron no son una traición a lo que predicó Jesús. ¿En qué parte de su conciencia se perdió la frase bíblica favorita del expresidente George W. Bush ¨I am my brother´s keeper.¨ ¨Yo soy el que cuida de mi hermano¨.
En esta época del año en que los días se vuelven más cortos por las prisas de las compras Navideñas y en todas las iglesias se recuerda con un nacimiento la llegada del Mesías, urge recordar a los Pastores que guían a sus ovejas, a ser más honestos en sus predicaciones y homilías. Alterar y adecuar lo escrito en la biblia para acomodar sus prejuicios y justificar leyes injustas son una traición a la doctrina de Jesús en la que, ante todo, prevalece el amor al prójimo.
Resulta inexplicable que los altos jerarcas de todas las iglesias no se hayan dado a la tarea de llamar a cuentas a sus feligreses los legisladores empezando con el Presidente y recordarles sus deberes de cristianos. No es cristiano inventar crisis en la frontera y mantener a miles de familias en la intemperie expuestas a robos y violaciones a fin de presentar su solicitud de asilo y hacerlas esperar hasta un año para decirles que siempre no.
Eso le pasó a Bryan, joven hondureño de 19 años que salió de su país después de recibir amenazas y una soberana paliza por parte de miembros de una pandilla que se enfurecieron porque después de atacarlo y desnudarlo no encontraron en su cuerpo algún tatuaje que lo identificara como miembro de una pandilla.
Bryan llegó en octubre del 2018 y de acuerdo a Los Angeles Times después de un año de espera, su solicitud de asilo fue negada y se encuentra ahora en espera de ser deportado a Honduras. El destino de este joven en su país, como la de la mayoría es ser reclutado o ejecutado por una de las pandillas que son las que gobiernan ahora en países de Centroamérica. (Made in the USA.)
Sólo en Tijuana hay 10,000 migrants, la mayoría hondureños, que espera la oportunidad de cruzar la frontera y presentar su caso de asilo. Muchos se desesperan y deciden cruzar la frontera sin documentos. Otros permanecen en tiendas improvisadas al aire libre expuestos a ser asaltados y golpeados por maleantes del lado mexicano. Pero es Navidad y nuestros legisladores, los guardianes de la justicia, menos el Presidente, tienen tiempo de pensar en esto. Por ahora cada uno desde sus trincheras enfrascados en peleas inútiles que paralizan al país.