Por Miriam Reyes
Los Ángeles.- Más de 300 trabajadores, activistas y líderes comunitarios y laborales realizaron una manifestación en el Centro de Detención Metropolitana de ICE y por las calles de esta ciudad para exigir al presidente de Estados Unidos Barack Obama ejerza su acción ejecutiva para otorgar un alivio migratorio a los más de 12 millones de indocumentados y un alto a las deportaciones.
La dirigente de la Federación de Sindicatos, María Elena Durazo, anunció que realizarán diferentes acciones de presión hasta que se cumpla con la petición.
“Anticipamos que en las próximas semanas el mandatario Obama puede tomar acción en favor de un alivio migratorio administrativa que será temporal”, resaltó. “Nosotros debemos seguir en la lucha hasta que se resuelva la situación para los millones de trabajadores indocumentados en el país”.
Durante la protesta que se realizó el pasado miércoles 27 de Agosto, afuera del Centro de Detención federal, los manifestantes gritaban entre otras consignas: “Alto a las deportaciones”, “ICE fuera de Los Ángeles”, “Presidente Obama exigimos una reforma migratoria”, “No Más Separación de Familias”.
También resaltó la parodia que hicieron dos personas, una enmascarada, dentro de una supuesta una cárcel de dode exisgían justicia para los trabajadores indocumentados en peligro de ser deportados.
Del reclusorio federal ubicado en las calles Temple y Main, los cientos de demandantes marcharon de regreso hasta el lugar desde donde habían partido inicialmente en la iglesia de La Placita Olvera, donde sostuvieron un encuentro con las congresistas Lucille Roybal Allard y Judy Chu, el jefe de la policía de Los Ángeles Charlie Beck y su homólogo de Long Beach, Jim McDonnell, con la ex-secretaria del Trabajo Hilda Solís y los concejales Angelinos, José Huizar y Gil Cedillo, entre otros.
Durazo reiteró que es urgente que se otorgue un permiso de trabajo y se les otorgue a los trabajadores indocumentados los mismos derechos laborales que tienen los ciudadanos estadounidenses para terminar con los abusos de las empresas.
La directora ejecutiva de CHIRLA, Angélica Salas, aseveró que no pararán de hacer presión al presidente Obama y al Congreso de Estados Unidos con llamadas telefónicas, cartas y protestas hasta que saquen una reforma migratoria permanente que otorgue justicia a los millones de trabajadores inmigrantes indocumentados y a sus familias.
También se presentaron varios testimonios donde los inmigrantes indocumentados presentaban sus problemas.
Carlos Cuestas informó que después de trabajar por siete años en un lavado de autos tomaron represalias contra él por querer formar un sindicato.
Explicó que le pagaban sólo cuatro horas de las 11 que trabajaba cada día para después despedirlo.
Historias similares de abuso laboral y de sufrimiento contaron Reyna Penaloza, Isabel Medina y Héctor Chacón, entre otros.
Por su parte, las congresistas federales Lucille Roybal y Judy Chu se comprometieron a seguir trabajando para encontrar una solución al problema migratorio, en tanto que Charlie Beck, Hilda Solís y los demás funcionarios expresaron su apoyo a estos trabajadores y sus familias.