Los Ángeles.- El regreso a clases está a la vuelta de la esquina en medio de una pandemia que acentuó la crisis de la educación pública cuando los alumnos se vieron en la necesidad de tomar clases a distancia.
La falta del servicio de internet, computadoras y falta de educación para manejar esas herramientas fueron y siguen siendo los factores que tendrán las familias de los estudiantes K-12 al inicio del próximo curso escolar.
De acuerdo a varios expertos en la educación, la tecnología y psicólogos que participaron en la teleconferencia organizada por Ethnic Media Services, las disparidades en la educación K-12 que se imparte en el país deja mucho que desear.
Varios coincidieron en manifestar que la educación pública está en crisis financiera y creativa, lo que perjudica más a los estudiantes de bajos ingresos.
Desde el inicio de la pandemia, a principios de marzo pasado, la mayoría de las escuelas de Estados Unidos iniciaron a brindar clases en online por video chat o Zoom.
Pero no todos las familias tienen internet, computadora o conocimientos para usar esas herramientas y simplemente no participaron en la instrucción.
Según el Centro Nacional de Estadísticas Educativas, en 2020 hay al menos 11 millones de jóvenes que no tienen acceso a computadoras ni a Internet. (Esto no incluye hogares con varios niños donde un dispositivo se comparte entre niños).
En julio, la administración Trump comenzó a presionar a los distritos escolares para que reabrieran en otoño, citando los beneficios que los niños reciben de una educación en el aula sobre el modelo de aprendizaje a distancia sin ofrecer pautas específicas.
‘Estados Unidos enfrenta a una crisis en la educación’.
“Durante la pasada primavera ya se demostró que los estudiantes no avanzaron mucho en su educación debido a la falta de tecnología y computadoras.
“Sin duda, la pandemia expone la gran iniquidad que existe en nuestra sociedad y ciertamente en la educación”, comentó Pedro Noguera, decano de la Escuela de Educación Rossier de la USC. “Ambos problemas están relacionados con la pobreza, problemas de falta de Internet o poco apoyo en el hogar para mantenerlos enfocados en el trabajo escolar”.
Añadió que además de eso, la mayoría de las escuelas no estaban preparadas para sobrellevar las consecuencias de la pandemia Covid-19.
“En particular”, dijo, “los más vulnerables con capacidades diferentes de aprendizaje, niños indigentes que no tienen hogar o niños que viven con muchos familiares en un mismo departamento, son los que están en una gran desventaja”.
Indicó que debido a que los distritos escolares no tuvieron asesoramiento adecuado ni ayuda estatal o federal, muchos planteles se quedaron rezagados.
Noguera dijo que incluso el Sindicato de maestros amenaza con una huelga si sus miembros son obligados a trabajar en condiciones inseguras.
“Entonces nos estamos enfrentando a lo que podría ser una gran crisis en la educación”, manifestó.
El decano también destacó que la falta de un verdadero liderazgo en Washington y a nivel estatal ayuda a crear esta crisis que enfrenta el sistema escolar estadounidense.
Dijo que la pregunta para Estados Unidos es ¿Cuándo surgirá un liderazgo que pueda proporcionar asesoramiento y ayuda que las escuelas necesitan, gestionar la estructura de manera adecuada y segura de cómo reabrir las escuelas y que no ponga vidas en riesgo?
Los líderes de empresas de alta tecnología han expresado que Washington debe responder.
“Pero sabemos que muchos de ellos han acumulado enormes ganancias durante esta Pandemia, particularmente Amazon debido a su servicio de entrega a domicilio, y ellos tienen la responsabilidad de ayudar.
Noguera dijo que espera que el gigante del comercio electrónico y otros del sector privado actué antes de que sea demasiado tarde para muchas familias, sentenció.
“Definitivamente los distritos escolares deberán ser creativos sin los recursos”, comentó.
También agregó que una opción practica en California es impartir clases al aire libre.
Noguera también resaltó que en áreas de agrícolas el problema es fuerte, en particular en el Valle Imperial en el sur de California.
“Entonces tendremos que confiar en organizaciones comunitarias como organizaciones sin fines de lucro e iglesias para ayudar a las familias a enseñar a los niños, por supuesto, en común acuerdo con el Distrito Escolar, entonces en mi opinión los distritos, tendrán que recurrir a sus comunidades locales, recurrir a sus familias para garantizar el acceso”, comentó.
Recientemente, Noguera escribió en su cuenta de Twitter: “Está claro que la reapertura de las escuelas debe basarse en la ciencia mas que en la política”.
Por su parte, Shaun R. Harper, director ejecutivo del Centro de Raza y Equidad de la Universidad del Sur de California (USC en inglés), dijo que las familias de color se verán más impactadas por las decisiones tomadas sobre cuándo y cómo las escuelas reabrirán de manera segura.
“Una de las prioridades que el movimiento Black Lives Matter ha estado presionando es que adjudiquen más recursos y fondos a las escuelas en áreas de bajos ingresos, pero desde el comienzo del verano, cuando comenzó nuevamente el alboroto por el racismo sistémico, las grandes compañías de comunicación y tecnología aún no han cumplido”, comentó.
‘Necesitamos re visualizar cómo serán las escuelas en el futuro’
Eddie Valero, supervisor del distrito 4 de la Junta de Supervisores del condado de Tulare en California, dijo que si en algunas comunidades en el Valle Central de California no tienen agua potable entubada, mucho menos tienen acceso a la tecnología.
“En East Orosi, una comunidad de unas 200 familias en el Valle Central de California, los niños llevan alrededor de 10 años pensando que el agua viene orgánicamente en una botella.
“Dependen de la distribución del preciado líquido embotellado para ducharse, asear la casa, cocinar, entre otras cosas. Ellos no tienen idea lo que es el agua potable saliendo de un tubo, manguera o regadera (aunque paguen por el servicio), mucho menos lo que significa tener acceso a Internet o Wifi”, compartió.
Dijo que esas inhumanas inequidades son el reto principal a la hora de pensar en un modelo seguro e igualitario para volver a la escuela el próximo semestre, especialmente en de una pandemia.
“Es imposible pensar en un aprendizaje a distancia con equidad si no se empieza por pensar en las comunidades, mayormente latinas y tradicionalmente olvidadas.
“Debemos organizar y trabajar en nuestras clases teniendo como prioridad a los estudiantes con más dificultades y necesidades, en estos barrios pobres y abandonados. Y partiendo de ahí”, manifestó, “mirar hacia la población que tiene más acceso”.
De acuerdo al Centro Nacional de Estadísticas de Educación (por sus siglas en Inglés NCES), en Estados Unidos hay 11 millones de niños que no tienen acceso a computadoras de escritorio, laptops o Internet en sus hogares.
“Debemos seguir presionando a nuestros legisladores tanto a nivel estatal como federal sobre las formas de reparar nuestros errores. Necesitamos re visualizar cómo serán las escuelas del futuro”, dijo Valero.
Anadió que se siente optimista con dos proyectos de ley que se está gestionando en el Senado y en la Asamblea en California que podrían tener un golpe masivo en el acceso equitativo a la tecnología.
“El cual es uno de los grandes pilares de la educación a distancia”, expresó.
Explicó que el primero es el AB-570 de la asambleísta Cecilia Aguiar-Curry que autorizaría a las escuelas a pedir al Departamento de Educación los dispositivos informáticos necesarios y conectividad a Internet adecuados para el aprendizaje en casa, dando prioridad a los barrios más pobres.
Añadió que el segundo es el SB1130 de la senadora Lena González que busca que la Comisión de Servicios Públicos apruebe fondos para proyectos de infraestructura que permitan que todos los hogares considerados de “alta pobreza” tengan acceso a Internet de banda ancha a velocidades de un mínimo de 25 megas por segundo.
El distrito escolar de Cutler-Orosi, también en la jurisdicción de Valero, comenzó por repartir Chromebooks y iPads para todos los estudiantes de grado kinder al 12.
Y es la intención del Supervisor de involucrar a bibliotecas del condado y al Departamento de Parques y Recreación, todo esto con el objetivo de la búsqueda de soluciones para usar nuestras bibliotecas y parques más efectivamente en tiempos de confinamiento por esta Pandemia.