Por Alicia Alarcón.
¿Qué lleva a un doctor convertirse en un ambicioso carnicero, capaz de cometer las peores atrocidades? ¿Qué motiva a un arquitecto construir espacios de exterminio para los que no pueden defenderse? ¿Qué mecanismos internos empujan a un humilde tendero a convertirse en torturador de sus semejantes? ¿Qué ocurre en el interior del corazón de una madre que se vuelve indiferente al sufrimiento de otra?
Hay muchas respuestas que durante décadas se han dado a estas preguntas, las he leído, si no todas, la mayoría, ninguna me satisfizo por completo, hasta ahora. Tuvo que surgir en Estados Unidos una copia al carbón de aquel monstruo, miserable, acomplejado, vil, cruel, inhumano que dejó a su paso una estela de atrocidades, de dolor y que sumió a su país en una vergüenza que durará 1000 años.
¿Cómo un individuo tan insignificante, tan ignorante, tan cruel y desquiciado pudo manipular a una sociedad de más de 70 millones de personas que lo tenía todo: arte, cultura, ciencia, literatura? La población en Alemania a mediados de los 30´s era una de las más favorecidas del planeta. Su nivel de vida era superior al de muchos países, incluido Estados Unidos.
¿Por qué entonces ocurrió, lo que ocurrió?
La respuesta la tenemos ahora y fue gracias a la estela de maldad que nos dejó la mala copia de Adolf Hitler que llegó a la presidencia del país que hasta hace poco era un ejemplo de libertad y democracia.
Donald como lo hizo Hitler tuvo a sus paleros y cómplices en puestos de poder que se encargaron de propagar su mensaje de odio contra minorías (mexicanos, musulmanes, asiáticos) que siguen siendo el blanco de ataques inhumanos por parte de sus seguidores. Donald, igual que Hitler sembró la semilla del odio y convirtió a gente buena y trabajadora en asesinos, en delincuentes, en seres insensibles que cometieron masacres contra mexicanos, judíos, musulmanes y ahora ataques continuos contra personas de origen asiático. Esta es la tendencia que se acentúa a nivel nacional. Lo más peligroso para este país y sus habitantes es que Donald se perfila como el candidato Republicano para las elecciones del 2024 y como se ven las cosas tiene muchas posibilidades de ganar. Los Senadores demócratas han sido incapaces de ponerse de acuerdo. La percepción del Presidente Biden es de un mandatario débil que no pudo persuadir a los Senadores Joe Manchin de West Virginia y a Kystern Sinema de Arizona de apoyar su propuesto en un paquete económico que hubiera asegurado su reelección.
Donald por su parte, no ha dejado de desparramar su veneno contra las minorías en las conciencias de millones de seguidores que han incrementado sus aportaciones a la campaña de Donald para que regrese a la Presidencia en el 2024. Hasta ahora el cobre electoral cuenta con 220 millones de dólares, 100 millones donativos de la gente y 100 millones cortesía del Partido Republicano.
Los ataques a las minorías van en aumento y peor se van a poner las cosas cuando se acerque la fecha de las elecciones. A Donald y sus voceros les ha dado muy buen resultado seguir al en al pie de la letra el manual de Joseph Goebbels, Director de Propaganda del Tercer Reich, en el que afirma: ̈”una mentira que se repite muchas veces llega a convertirse en verda¨. Tanto ha repetido Donald que le arrebataron el triunfo en las pasadas elecciones, que millones se lo creen y están dispuestos a tomar las armas para regresarle al que consideran su máximo líder, la silla presidencial. No importa el costo ni cuánta sangre quede derramada. Ya nos dieron una pequeña muestra de lo que son capaces el pasado 6 de enero. Si la población en general actúa con indiferencia ante este inminente peligro, abrimos la posibilidad de que el país que conocemos como Libre y Soberano se convierta en una copia de la Alemania de 1930.