Los Angeles.- La inflación llegó fuerte y el crecimiento de los salarios se mantuvo elevado a finales de 2021. Al mismo tiempo, el gasto de los consumidores bajó debido a que la creciente cantidad de casos de coronavirus mantuvo a muchos estadounidenses en casa.
Esos indicadores subrayan que a pesar de que el desempleo ha ido en descenso, el país aún tiene que liberarse de las garras de la pandemia. Eso está creando un momento confuso y contradictorio en los primeros meses del 2022.
Por lo que los expertos recomiendan ponernos al acecho de ofertas, y comprar lo rigurosamente necesario para disminuir el impacto.
Durante la videoconferencia: “¿La inflación está erosionando a la clase media? tendencias y consejos para hacer frente a los precios al consumidor más altos en una generación”, organizada por Ethnic Media Services, varios expertos nos ofrecen ideas sobre cómo afrontarla y exploran las consecuencias para el país.
¿Cómo combatir con la inflación?
Penny Wang, editora asistente de proyectos especiales del grupo no lucrativo Consumer Reports, dijo que su recomendación es ser muy estratégico a la hora de comprar y gastar. “Un sondeo reciente encontró que más del 90% de los estadounidenses están encontrando precios más altos en todas las áreas, pero la gasolina es la que más ha aumentado”.
Y como recomendación sugirió usar la aplicación Gas Buddy para encontrar los precios más bajos o las gasolineras más económicas. “No es el momento para comprar un auto, pero si es absolutamente necesario, busca uno que ahorre energía y gasolina”.
También recomendó compartir autos para asistir al trabajo, y en lo que se refiere a lista de víveres, sugiere buscar supermercados como Costco o Sam’s Club, y aprovechar los descuentos y las ofertas. “No es el mejor momento para comprar productos electrónicos porque hay escasez. Si tu presupuesto es ajustado es mejor esperar a que haya una oferta, o comprarlos usados”.
Ayudan a las familias que la están pasando mal en sus finanzas, recomendó buscar programas que los
Ayuden a reducir costos como el pago de Internet a través del American Connectivity Program.
Al mismo tiempo dijo que la mayor preocupación en esta inflación es el costo de la vivienda, rentas y el precio de los autos. “Esto va a hacer algo que los legisladores tienen que presionar”.
¿Cuáles son las tres cosas que verdaderamente están influyendo?
Alissa Quart, directora del Economic Hardship Reporting Project, y autora del libro Squeezed, Why Our Families Can’t Afford America (Eplastante, ¿por qué nuestras familias no pueden sobrevivir en América?), dijo que el alza de los precios al consumidor se ha visto reflejado en los autos nuevos y usados, el cuidado médico, la vivienda y los servicios. “Los gastos mensuales están comenzando a perjudicar a la gente”.
Pero también mencionó que, aunque la inflación es alta, el aumento al salario mínimo ha ayudado a los trabajadores más pobres a estar en mejores condiciones.
Mostró que el 40% de los trabajadores de Estados Unidos percibió suministro en el trabajo desde el comienzo de la covid-19. Y comentó que se han perdido como 27,000 empleos en los medios de comunicación desde el comienzo de la pandemia. “Esto por encima de los 45,000 que se perdieron entre 2005 y 2014”.
También agregó que las cosas no están mejorando en cuanto al empleo en los medios de información.
En este contexto la inflación se ha convertido en parte de la carga mental que soporta especialmente la clase media porque hay mucho tabú en el tema de las finanzas y bastante ansiedad porque es muy difícil hablar de esto y al mismo tiempo ser honestos. “No pueden decirles a sus familiares y a sus amigos que les está afectando, que los está poniendo mal. Detrás de los posts en las redes sociales en donde comentan lo caro que está el café, hay mucha tristeza y ansiedad de gente a la que recortaron sus horarios de trabajos y cuyos sueldos se han reducido, y a pesar de todo esto tienen que pagar sus cuentas”, acotó Quart.
¿Qué hay que hacer?
Josh Bivens, director de investigación del Economic Policy Institute, ecotó que lo primero que la gente debe saber es que no hay un botón que puedan girar y así reducir la inflación sin tener consecuencias en el ritmo de crecimiento del empleo y la capacidad de las personas para obtener un aumento salarial. “Hay algo en común y global no relacionado con el remedio fiscal ofrecido durante la pandemia que está estimulando esta inflación a nivel global”.
Aseguró que fundamentalmente tenemos inflación, porque la COVID impuso alteraciones extremas en la economía, tanto del lado de la demanda como de la oferta. “Por el lado de la demanda en cómo la gente derrocha su dinero. Comenzamos a gastar dinero en productos de primera necesidad y dejamos a un lado otros como por ejemplo dejar de asistir al gimnasio y por ende no pagar membresía”.
Además, agregó que esta Pandemia afectó la cadena de abastos. “Los puertos de EE UU están en crisis y los centros manufactureros como Malasia, Vietnam y Hong Kong, China, cerraron por semanas mientras las olas de la COVID golpeaban”.
Y comentó que los legisladores tuvieron dos ideas muy malas, una de ellas olvidar la agenda Build Better Back de Biden porque no era inflacionario o un estímulo económico. “Iba a despilfarrar un monto de dinero en la economía de una sola vez. Era una inversión distribuida en un periodo de 10 años, que, a diferencia del paquete de estímulos, tenía aumento en los impuestos a los más ricos y corporaciones. Hubiera sido de gran ayuda”.
Dejó muy claro que la otra mala idea para aguantar la inflación y que todavía está en juego, es que la Reserva Federal se vuelva realmente agresiva y empiecen a subir los precios aceleradamente para tratar de atrasar la inflación. “La mala noticia es que no hay una política para detener la inflación en los próximos dos meses, pero la buena noticia es que, para mediados de 2022, al reactivarse los lugares de suministro y que la actividad económica ha comenzado a alejarse de la COVID, va a comenzar a desacelerarse significativamente por sí misma”, expresó Bivens.
Y también otro aspecto que puede ayudar es que los salarios son buenos en algunos sectores de la economía como en la industria del comercio, los restaurantes y el turismo, mientras que los aumentos más altos los podemos ver en la gasolina y artículos duraderos. “Así que no se está aumentando en el mercado laboral. Y tanto en el lado de la demanda como en el de la oferta, las afectaciones de la COVID serán menos intensas en 2022. Por eso creo que la inflación se va a desacelerar por sí sola”.
Terminó señalando que por mucho que no nos guste la inflación del 7%, debemos pensar con mucho cuidado si el remedio no es peor que la enfermedad. “Pedirle a la Reserva Federal que aumente los precios lo más rápido posible hasta que volvamos a una inflación del 2.5% sería un error. Eso en realidad frenaría las partes realmente buenas de la economía que han funcionado en los últimos 15 meses”.