Imagínate subir a tu tren habitual de la Línea A, esperando un viaje tranquilo. De pronto, el tren se para. Pasan los minutos, no hay movimiento y caes en cuenta de que vas a llegar tarde a tu cita. ¿La causa del retraso? Un fenómeno conocido como “Door Creep”.
“Se llama ‘Door Creep [o puerta deslizante] porque la puerta del tren se abre ligeramente mientras el tren está en movimiento”, explica Tohmer Soltes, gerente de servicios de la flota de trenes de la División 11 en Long Beach. “La puerta se abre muy poco —menos de una pulgada— pero lo suficiente como para activar una alerta que provoca que el tren se detenga, lo que genera retrasos e inconvenientes para nuestros pasajeros”.
El equipo comenzó a notar el problema en septiembre de 2024 en los trenes de la flota P2000 de Metro, uno de los modelos utilizados en la Línea A, que conecta Long Beach y Azusa. Y aunque un contratista externo intentó reparar el mecanismo de la puerta, el problema persistió.
Los trenes se retrasaron, algunos fueron retirados de servicio y las quejas de los pasajeros empezaron a acumularse. En tan solo unos meses, Metro registró al menos 40 quejas (entre operadores y pasajeros) relacionados con el problema del ‘Door Creep’.
La situación llegó a tal punto que incluso se consideró retirar del servicio toda la flota de trenes P2000. En su lugar, Metro decidió abordar el problema en casa.
“En diciembre pasado, empezamos a trabajar en una solución”, dijo Soltes. “Necesitábamos ponerle remedio a esto”.
Fue entonces, que se formó un grupo de trabajo interdisciplinario denominado “Equipo Tigre”, que es un término militar que describe a equipos especializados que resuelven problemas complejos en muy poco tiempo.
El Equipo Tigre de Metro estaba compuesto por 13 empleados de diversos departamentos como de Servicios de Flota de Trenes, Adquisición de Vehículos Ferroviarios, Operaciones de Tren, Seguridad Corporativa e Ingeniería de Vehículos Ferroviarios. Su misión: identificar la raíz del problema, probar soluciones e implementar una solución… lo más rápido posible.
Tras probar y validar las recomendaciones, el Equipo Tigre asumió la supervisión de los ajustes en toda la flota.
El especialista Mayor Retana opina que trabajar en las puertas requiere habilidad, paciencia y una ojo agudo por parte de nuestro equipo! / Fotos y video: Aurelia Ventura.
Una de las correcciones clave fue instalar un aparato modificado de resistencia en el mecanismo de la puerta. Una resistencia es un pequeño componente eléctrico que hace que el flujo de electricidad vaya más lento, similar a cómo un grifo controla la presión del agua. En este caso, ayudó a que las puertas cerraran con mayor firmeza, sin comprometer ninguna de sus características de seguridad. Puede parecer un ajuste pequeño, ¡pero marcó una gran diferencia!
Aun así, el equipo descubrió rápidamente que la dinámica de las puertas cambiaba cuando el tren estaba en movimiento. “Las puertas funcionaban de forma diferente durante las pruebas que hacíamos cuando los trenes estaban estacionados”, comentó Frank Takacs, líder de los especialistas en mantenimiento de la División 11. “Fue durante las pruebas en la línea principal, con el tren en movimiento, que nos dimos cuenta de que se necesitaban más ajustes”.
Ronnie Burt, otro especialista en mantenimiento, explicó que si bien el equipo ideó soluciones mecánicas y eléctricas para el problema principal, también descubrieron otros problemas. “Es que cada puerta es única”, afirmó.
Con base en esto, el equipo identificó y abordó desafíos adicionales, como sincronizar el cierre de las puertas, asegurar que esten al mismo nivel y hacer otros ajustes para evitar que las puertas vayan sacudiéndose en el camino o evitar que reboten tras cada cierre.
Cada vagón P2000 tiene ocho puertas, y con 52 de estos vehículos asignados a la División 11, la magnitud de la tarea no fue poca. Hasta la fecha, el equipo ha completado el trabajo en 18 vagones, lo que significa que ya han reparado y ajustado 144 puertas. Este es un trabajo meticuloso: medir, ajustar y probar, todo puerta por puerta.
Cabe resaltar también que cada puerta del tren tiene unos 20 componentes principales pero al desmontarla, ¡cada puerte una tiene más de 100 piezas! Es muchísimo para ajustar y volver a armar. Requiere habilidad, paciencia y una vista aguda. Por suerte, este equipo contaba con todas esas cualidades.
Después de realizar los ajustes, cada puerta debe conectarse a una computadora portátil y tiene que superar un ciclo de prueba: esto quiere decir que tiene que abrirse y cerrarse 50 veces sin fallar. Si la prueba es satisfactoria, el tren se somete a pruebas en la línea principal y en el viaje solo va un operador y un especialista de mantenimiento a bordo. Si todo es correcto, el tren vuelve a operar en servicio regular.
Las puertas deben pasar un ciclo de prueba antes de pasar a la prueba de la línea principal.
Maynor Retana, Ratsamy Khamvongsa y Fuyuong Chung conforman el equipo de tres personas responsable de gran parte de las instalaciones prácticas. “Nuestro trabajo consiste en reemplazar piezas, realizar ajustes y garantizar que todo esté bien instalado y que funcione de manera correcta”, explicó Retana, especialista en mantenimiento de la división.
Desde enero de 2025, el equipo en promedio ha estado haciendo ajustes en un vagón por semana, incluyendo las pruebas. “A día de hoy, tenemos 18 vagones nuevamente en servicio con las puertas completamente reparadas”, afirma Soltes. “Eso representa casi el 30% de la flota… El funcionamiento de las puertas ha mejorado considerablemente, gracias en parte al supervisor de la División 11, Fernando Morales, quien prioriza y supervisa el trabajo que se realiza en este importante proyecto”.
Los resultados hablan por sí solos: desde que comenzaron los ajustes, los trenes modificados han recorrido en conjunto más de 71,000 millas —y la cifra sigue aumentando— sin una sola falla que tenga que ver con el deslizamientos de las puertas durante el servicio.
Especialistas en mantenimiento de la División 11 (de izquierda a derecha): Maynor Retana, Fuyuong Chung y Ratsamy Khamvongsa.
“Creo que el ingrediente secreto es que contamos con mucha experiencia, personas que se preocupan por ofrecer un producto de calidad al público”, dice Soltes. “Queremos ofrecer el mejor tren posible… Uno que no cause retrasos”.
Burt añadió: “Mi carrera consiste en mantener esta flota… Es gratificante saber que los trenes vuelven a estar en servicio gracias a algo que hicimos en equipo”.
Takacs coincide. “En la División 11, podemos pensar de forma innovadora y aplicar soluciones que creemos que mejorarán la flota. Aquí se trabaja con gente excelente y nos sentimos como en familia”.