Por: www.HoyDallas.com
FORT WORTH — María Schroeder y Carmen Escalante son dos madres de familia que no dudaron en acudir a la sesión de orientación que Caridades Católicas brindó la semana pasada a poco más de un centenar de personas interesadas en unirse en las labores de asistencia enfocadas en los 2000 niños que se espera arriben al condado de Dallas a finales de este mes.
Este año, miles de niños que viajan huyendo de la pobreza y condiciones de violencia e inseguridad provenientes de Guatemala, El Salvador, Honduras y México han sido detenidos por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos al cruzar o intentar cruzar ilegalmente a territorio estadounidense a veces sin la compañía de un adulto.
«Buscamos ayudar a los niños que vienen de indocumentados, en realidad no importa de dónde vengan, son niños que vienen solitos, que necesitan apoyo, alguien que los reciba aquí», dijo Schroeder al salir de la sesión informativa y de orientación.
Los representantes de Caridades Católicos han recibido una respuesta positiva abrumadora de parte de la comunidad que ha demostrado solidaridad con la situación de los menores. Prueba de ello es que calendarizaron dos sesiones más de orientación para quienes desean unirse como voluntarios en torno esta crisis humanitaria: el 7 de julio y el 10, de 6:00 pm a 7:00 pm, en el 249 W.Thornhill Drive, Fort Worth, TX 76119.
En el Assessment Center o Centro de Evualuación, la organización cuenta con un número de camas asignadas para algunos de los niños que estarán bajo su cuidado. Y a través del programa «International Foster Care», otros niños son colocados en hogares adoptivos.
«Independientemente de dónde sean ubicados, todos los niños tienen alguien que supervisa su caso y trabaja para reunificarlos con sus familias en los Estados Unidos. Los albergamos, los evaluamos para saber si son víctimas de tráfico humano, determinamos si son elegibles para obtener estatus legal en E.U., les administramos una revisión médica completa y vacunas, y les proporcionamos un lugar seguro para vivir, quizá por primera vez en sus vidas», informa Caridades Católicas a través de su sitio de Internet.
Schroeder, quien además trabaja como voluntaria en Provida, quiere ser congruente con sus principios, dice.
«Me he dado cuenta que Provida no puede ser nada más el bebé en la pancita; te tienes que preocupar por la persona, desde que está en el vientre de la mamá hasta que muere naturalmente», dijo.
«Estamos debatiendo entre alojar a los niños por algún tiempo definido, o si no, vamos apuntarnos para ser tutores y a platicar con ellos, para que se sientan queridos. Más que nada, que sepan que hay alguien en la vida que está preocupado por ellos, y que les queremos dar amor y apoyarlos», explicó Schroeder, quien es madre de dos niñas, pero desde hace varios meses tiene la inquietud junto a su esposo de adoptar a un tercer hijo.
«Necesitan muchos voluntarios, y es una forma de ser congruente con lo que estamos tratando de difundir», añadió Schroeder, quien es originaria de Monterrey, pero se casó con un estadounidense después de llegar a E.U. a trabajar como maestra.
«No me esperaba ver tantos hispanos. Si no puedes donar económicamente puedes donar tu tiempo, puedes donar tu esfuerzo, puedes donar tu amor a los demás. Y nunca es tarde para empezar a ayudar a las demás personas», declaró emocionada.
CON POCO TIEMPO, PERO DISPUESTA A AYUDAR
Escalante, quien es madre de cuatro hijos, de alguna forma encontró tiempo para acudir a la orientación e informarse más sobre el asunto de los niños que viajan solos.
«Dieron mucha información, todo lo que presentaron se entendió muy claro, pienso que están haciendo una muy buena obra, es una organización muy reconocida y muy confiable, dijo Escalante al concluir la sesión.
Escalante declaró que está dispuesta a sumarse a este apoyo a los niños con cualquier tipo de donación que pueda hacer, ya que no puede recibir a los niños en su casa.
«Esta vez tocó que fuera en la temporada de vacaciones de mis hijos, y los tengo en la casa. Pero más adelante, si la ayuda se requiere y hay que hacer, algo más que donaciones, pues claro que cooperaré», dijo.
«Ayudar es importante, especialmente las personas que hemos venido de otro país sabemos de la necesidad en que ellos llegan, no económicamente sino sicológicamente. Me hubiera encantado ayudar en estar con ellos directamente, ayudarles a aprender un poco de inglés, pero el tiempo no alcanza», amplió Escalante, quien vive en DFW desde hace más de 20 años, cuando llegó proveniente de Zacatecas, México.
Además de aportar un donativo, Escalante piensa seguir difundiendo la información que obtuvo durante la orientación.
«Con la información que tengo, ya se las puedo dar a mis conocidos que no pudieron venir, y ellos que contacten aquí para que los orienten sobre cómo pueden ayudar», finalizó.
Para saber más sobre los programas de Caridades Católicas:
http://catholiccharitiesfortworth.org/unaccompaniedchildren