
Los Angeles.- Las sobrevivientes inmigrantes de violencia doméstica que solicitan visas U o visas VAWA (que permiten a las sobrevivientes solicitar estatus migratorio por separado de su pareja abusiva) prefieren callar los abusos por miedo a enfrentar mayor escrutinio y procedimientos de solicitud más estrictos.
De acuerdo a expertos en leyes migratorias, las protecciones de asilo para sobrevivientes de violencia de género también se han visto debilitadas.
Durante una conferencia organizada por American Community Media, los ponentes informaron que se han aplicado nuevas restricciones anti-DEIA a las organizaciones de violencia doméstica que reciben subvenciones de agencias federales, como la Oficina de Violencia contra la Mujer (ODM) y Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD).
También comentaron que la inminente amenaza de las redadas de ICE ha creado un clima de temor abrumador en las comunidades inmigrantes: muchas sobrevivientes de violencia doméstica no denuncian el abuso.

Impacto devastador
“Alrededor del 70 por ciento de nuestros clientes son inmigrantes. Los Ángeles alberga una de las comunidades inmigrantes más grandes del país, y cuando comenzaron las redadas, el miedo que generaron se extendió.
“Las recientes medidas migratorias han tenido un impacto devastador en las sobrevivientes inmigrantes”, dijo Carmen McDonald, directora ejecutiva del Centro de Justicia para Sobrevivientes (SJC).
McDonald dijo que en su centro ofrecen servicios legales gratuitos a sobrevivientes de bajos ingresos en el condado de Los Ángeles, y también cuentan con un modelo integrado de trabajo social donde brindan servicios completos y holísticos.
“Esto porque sabemos que los sobrevivientes enfrentan múltiples barreras. El miedo se extendió mucho más allá de las personas que fueron blanco de las redadas. Y eso se extendió a sobrevivientes y sobrevivientes silenciados”, comentó.
Dijo que el impacto aleja a las personas de la ayuda que necesitan y deja a las comunidades menos seguras.
El equipo del Centro de Justicia para Sobrevivientes trabaja a diario con sobrevivientes de violencia doméstica, agresión sexual y trata de personas.
“Muchos de ellos simplemente buscan seguridad y dignidad. Ofrecemos principalmente servicios en derecho familiar e inmigración, y estamos viendo un aumento, insisto, en el miedo entre todos nuestros clientes.
“Sabemos que, tras el inicio de las redadas de ICE, las denuncias de discriminación y odio disminuyeron en el condado de Los Ángeles enaproximadamenteuntercio, y noporquelosincidentesdisminuyeran, sino porque la gente tenía miedo de denunciar”, señaló.
McDonald dijo que observan unpatrón similar con las denuncias de violencia doméstica.
“Si bien, el gobierno y las organizaciones sin fines de lucro son conscientes de esto y están lanzando campañas «Conoce tus derechos» para intentar llegar a las personas que han optado por la clandestinidad y brindarles educación legal”, expresó.
Dijo que muchas personas temen que su abusador los delate.
Pero dijo que en los más de 20 años que lleva trabajando con sobrevivientes, ese siempre ha sido un temor.
“Sabemos que los sobrevivientes enfrentan múltiples barreras, y ahora, el miedo se ha hecho realidad. Hemos perdido contacto total con una de nuestras clientes que nos pidió que canceláramos su orden de alejamiento y que cerráramos su caso con nuestra oficina, y no podemos localizarla”, compartió.
McDonald compartió que algunos clientes les han dicho que están faltando a citas médicas importantes.
“Un cliente no quiso ir a una cita de diálisis cerca de un Home Depot, expresó.
Otros clientes tampoco están denunciando el robo de salario.
“Guardan silencio sobre los delitos. Están sufriendo otros delitos, y el silencio no es seguridad, es peligro”, dijo. “No puedo expresarlo. Ya es suficiente con que nuestros clientes estén ansiosos”.
McDonald dijo que su personal está completamente abrumado por la necesidad y las comunidades están atemorizadas.
“Nuestros clientes nos llaman más que nunca. Nos dicen que tienen miedo, que están en pánico. No quieren usar el transporte público. No quieren ir al DMV a renovar su tarjeta de identificación, incluso con las audiencias remotas, como dije, tienen miedo.
Estamos haciendo todo lo posible en la comunidad para adaptarnos. Hemos trasladado muchas clínicas y reuniones a formato virtual, pero les da miedo incluso denunciar a la policía por asuntos no relacionados.
Dijo que recientemente, otra organización contra la violencia doméstica les informó que una clienta de VAWA fue detenida por ICE que había ido a buscar a su pareja.
“Pero unos días después ICE regresó por ella”, contó.
McDonald dijo que lamentablemente lo que sucede en Los Angeles impacta a nivel nacional.
“Losdefensores de todo el país están hablando menos”, dijo.
La experta conminó a las sobrevivientes a buscar apoyos.
Es importante saber que, incluso si tienen miedo de denunciar, existe ayuda legal. Hay organizaciones como la nuestra que ayudan a los sobrevivientes”, dijo. “Cuando se reúnen con su abogado, se mantiene una relación confidencial”.
Aseguró que hay líneas directas a las que pueden llamar para obtener ayuda y derivaciones si se encuentran en cualquier otro lugar del país.
“También hay protecciones para los niños. Hay protección educativa, apoyo para la salud mental y organizaciones que realizan planes de preparación familiar en caso de que un padre o tutor sea deportado”, agregó. “Y hay recursos que queremos que la gente conozca”.
McDonald opinó que esto no es solo una crisis humanitaria, es una crisis de seguridad pública.
“Cuando se silencia a los sobrevivientes, los abusadores quedan libres. Cuando los inmigrantes tienen demasiado miedo de llamar a la policía, todos están menos seguros”, comentó.

Pierden protecciones
Morgan Weibel, directora de Defensa del Cliente/Servicios Legales, Centro de Justicia Tahirih, dijo que actualmente las sobrevivientes de violencia doméstica pueden hasta ser deportadas.
“Para dificultar considerablemente el acceso de las sobrevivientes a la protección, por ejemplo, están aplicando una investigación exhaustiva y han añadido entrevistas a los procesos de solicitud de la VAWA”, comentó.
Dijo que al principio de la administración Trump eliminaron las directrices anteriores que eximían a las sobrevivientes de las medidas de cumplimiento.
“Así que ahora, un solicitante de la VAWA, e incluso alguien con una solicitud de la VAWA aprobada, pueden ser detenidos y deportados.
Añadió que también cambiaron el proceso de denegación de una visa VAWA, U o TV.
“Antes, la persona simplemente se quedaba sin estatus, pero ahora la administración está colocando a esas personas en proceso de deportación. Donde tienen que comparecer ante un juez para defenderse de la deportación.
“Así que hay mucho más en juego,y desafortunadamente, lo que estamos viendo es que algunos sobrevivientes simplemente no están dispuestos a correr esos riesgos”, dijo Weibel.

Vale la pena pedir ayuda
Juana Padilla, violentada por su ex esposo ex militar, dijo que valió la pena buscar ayuda porque ahora cuenta con su tarjeta de residencia para ella e hijos.
“Soy sobreviviente de Wawa, violencia doméstica, y tuve mucha suerte de encontrar este centro SJC, donde me dieron las herramientas y los consejos y la ayuda que necesito para obtener mi estatus,“comentó Padilla, quien, hace apenas hace tres semanas recibió su tarjeta de residencia gracias a su auto petición de VAWA.
La sobreviviente compartió que fue difícil seguir adelante porque tenía un esposo exmilitar amenazante y prepotente ante la policía que se dejaba intimidar por él.
“Llamaba a la policía. Una vez llegaron a mi casa, pero él dejó su uniforme en la mesa, y (la policía) decían, oh, todo está bien, y luego, hacían un reporte y se iban. Para mí, eso era como nada, y me hacían sentir que tengo protecciones, sentía que no tengo familia aquí”.
La mexicana dijo que en ese momento le fue más difícil mirar hacia adelante, pero tras un tiempo regresó a su país con sus hijos.
“Regrese a Estados Unidos porque él secuestró a mis hijos, y tuve la oportunidad de volver a empezar de cero, y fue entonces cuando visité este centro, y fueron de gran ayuda. Me dieron todas las herramientas”, comentó.
Padilla dijo que a los ocho meses le llegó su permiso de trabajo y su seguro social.
Incluso, agregó, que la ayudaron a regularizar el estatus migratorio de su hija que nació en México con una condición médica.
“Estoy aquí. Apenas conseguí mi auto de residencia, mi pequeña consiguió el auto de residencia. Hace unas semanas tenía mucho miedo porque esta administración Trump alocada, temía que me enviaran de vuelta y mi pequeña no recibiera tratamiento. Pero gracias a Dios, lo logramos. Lo logramos, y gracias a ellos”, comentó.
Ahora Padilla se siente empoderada y pide a los sobrevivientes de violencia doméstica a solicitar ayuda porque tiene derechos.
“Estoy muy agradecida con el centro porque mi familia está unida. Ellos hicieron el milagro, y gracias a Dios, ahora tengo mi estatus más grande y estoy muy, muy agradecida con ellos”, comentó Padilla.

