Guanajuato, México.- Más de 150 diablos de Teloloapan y Cuajinicuilapa, Guerrero, estado invitado del FIC, inundaron las calles de Guanajuato con bailes, gritos y fuetazos que estrellaban en el pavimento durante “La Diablada” en el cierre de actividades de la edición 47 del Festival Internacional Cervantino.
Los diablos alborotaron a los turistas y lugareños que se contagiaron de la alegría de los horripilantes visitantes guerrerenses.
Con ritmos cálidos, los diablos danzaron a lo largo del desfile por la Avenida Juárez hasta La Plaza Guerrero, dónde cada agrupación presentó cuadros de bailes de cada una de sus regiones.
A su paso, muchos optaron por danzar con los diablos con caras de horrendos animales multicolores cuernudos, peludos o sangrientos con enormes colmillos o largas lenguas.
Los más precavidos sólo atinaron a tomarse selfies con la diablada al fondo.
Pero al final, todos participaron con entusiasmo de la algarabía que reinó de principio a fin.
Los Diablos de Teloloapan: Su origen se encuentra en los intercambios culturales y sociales de las poblaciones africanas que arribaron a México, resultado del comercio de esclavos provenientes de África hacia América y como parte de las huestes españolas. Los participantes de la danza usan mascaras con varbas y flecos hechos con crines y colas de caballo y vestidos con harapos.
Los Diablos de Cuajinicuilapa: sus máscaras talladas a mano con vistosos personajes históricos, son parte de una de las costumbres y tradiciones de la región norte del estado de Guerrero, hacen su aparición con prendas de cuero de venado curtido que cubre sus cuerpos completamente, chicotes de ixtle en mano y produciendo ruidos espantosos.