Durante su discurso de 100 minutos ante el Congreso, el presidente no abordó de manera sustancial dos de sus temas clave en la campaña: la inmigración y la economía
Después de tres meses de contemplar el destino de su partido tras un brutal ciclo electoral, los demócratas mostraron una muestra unida de fuerza la noche del 4 de marzo cuando el presidente Donald Trump pronunció su primer discurso ante el Congreso.
Las congresistas demócratas se vistieron con chaquetas rosas para protestar contra las políticas de Trump, entre ellas el recorte de la mayor parte de la ayuda exterior, la reducción de la fuerza laboral federal y los posibles recortes a Medicare. En un momento crítico, cinco congresistas se quitaron las chaquetas para mostrar camisetas con la frase “Resist” (Resistir) y luego se marcharon. Otras levantaron carteles que decían “Falso” y “Protejan Medicaid” durante el discurso de 100 minutos.
Congresista negro expulsado
Durante sus comentarios introductorios, el presidente fue interrumpido por el representante Al Green, demócrata por Texas, quien gritó que Trump no tenía mandato para recortar los beneficios de Medicaid. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, intentó poner orden en la sala, mientras Green repetía sus afirmaciones. El congresista de 77 años, que camina con un bastón, finalmente fue escoltado hacia la salida.
En una entrevista con periodistas inmediatamente después de su destitución, Green dijo: “He escuchado de gente que tiene mucho miedo. Son gente pobre y sólo cuentan con Medicaid en sus vidas en lo que respecta a la atención médica”.
Green señaló que Medicaid, Medicare y la Seguridad Social eran programas de protección social de los que dependían sus electores. Dijo a los periodistas que estaba tratando de decirle a Trump que protegiera y expandiera esas redes de protección social. Los demócratas condenaron más tarde la expulsión de Green, diciendo que violaba los derechos de la Primera Enmienda a la libertad de expresión.
‘Catástrofe económica’
El discurso de Trump ante el Congreso se parecía en algunos momentos a un mitin de campaña: repleto de logros y escaso de políticas concretas. Pasó por alto uno de sus temas clave en la campaña: la reactivación de una economía tambaleante. “Hemos heredado una catástrofe económica y una pesadilla inflacionaria”, dijo el presidente, culpando a la anterior administración Biden. “Estamos trabajando para que Estados Unidos vuelva a ser asequible. Los precios de los huevos están fuera de control”, dijo, explicando vagamente cómo los nuevos aranceles que comenzaron ese día y los aranceles recíprocos, que comenzarán el 2 de abril, agregarían más ingresos a las arcas de la nación.
Los economistas han pronosticado que los aranceles de Trump podrían costar a los consumidores estadounidenses un promedio de 1.200 dólares por año por hogar . Pero Trump dijo que los aranceles elevados darían como resultado una expansión de la base manufacturera de Estados Unidos, lo que se traduciría en empleos bien remunerados para los estadounidenses.
Inmigración
El presidente también elogió su éxito en materia de seguridad fronteriza, señalando que los cruces fronterizos habían caído a su nivel más bajo en 20 años durante sus primeras cinco semanas en el cargo. Reconoció a varias familias entre el público que habían perdido a seres queridos a manos de pandilleros.
Trump señaló con orgullo el fin de las iniciativas que abordaban la diversidad, la equidad y la inclusión. “Nuestro país ya no será progresista”, dijo, haciendo referencia también al “veneno de la teoría crítica de la raza”.
Sólo dos géneros
Trump recibió una ovación de pie de los republicanos cuando anunció de nuevo: “Sólo hay dos géneros: masculino y femenino”. Se comprometió a expulsar a los hombres de los deportes femeninos y pidió al Congreso que apruebe una ley que prohíba las operaciones de cambio de sexo para los jóvenes. “Queremos decirles: ‘ustedes son perfectos exactamente como Dios los hizo’”.
“La edad de oro de Estados Unidos acaba de comenzar”, dijo Trump al finalizar su discurso.
‘Regalo para multimillonarios’
La senadora Elissa Slotkin, demócrata de Michigan, refutó la postura demócrata y señaló que es necesario apoyar a la clase media. “La gente debería poder permitirse comprar los coches en los que está trabajando”, dijo.
Denunció los planes de Trump como un “obsequio a los multimillonarios”, señalando que sólo los ricos se beneficiarían de los recortes de impuestos que ha propuesto. “Esto podría llevarnos directamente a una recesión”.
“Nuestra democracia está en riesgo”, dijo Slotkin, quien sirvió tres veces en Irak como analista de la CIA.
La presidenta del Caucus Asiático-Pacífico Americano (CAPAC) del Congreso, la representante Grace Meng, demócrata por Nueva York, también lanzó una dura reprimenda a Trump inmediatamente después de su discurso. En un correo electrónico a los periodistas, Meng afirmó: “Trump y los republicanos del Congreso quieren pagar las exenciones fiscales para los multimillonarios recortando Medicaid, destruyendo la educación pública y eliminando la asistencia alimentaria, programas vitales de los que depende nuestra comunidad”.
“Su administración tiene la intención de borrar las contribuciones de la AANHPI de la historia estadounidense, destrozando las comunidades inmigrantes y eliminando el acceso al idioma para las personas con un dominio limitado del inglés”, afirmó Meng, criticando a Trump por revocar una orden ejecutiva de la administración Clinton que requería que las agencias federales brindaran acceso al idioma a las personas con un dominio limitado del inglés que necesitan ayuda para acceder a los servicios federales.
