Por: Nora Estrada
Los Angeles.- Los programas federales de salud como Medicaid, el de Seguro Médico para Niños (CHIPS) y los cupones de alimentos conocidos como Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que tienen a unos 85 millones de estadounidenses afiliados, corren riesgo de ser mermados si la nueva administración de Donald Trump decide reducir la inflación y la deuda uutilizando esos programas.
Durante la videoconferencia “Las redes de seguridad sanitaria federales están en riesgo mientras la nueva administración lidera la Casa Blanca” organizada por EMS, los expertos coincidieron en que el impacto de esos posibles recortes presupuestarios podrían resultar certificados.
También discutieron el proceso de embargo consecuente, que permite al presidente simplemente detener el flujo de fondos a los programas autorizados por el Congreso.
La columna vertebral
Joan Alker, directora ejecutiva del Centro para Niños y Familias y profesora de investigación de la Fundación de la Escuela de Políticas Públicas McCourt de Georgetown, dijo que la columna vertebral del sistema de atención médica, como sea le conoce a Medicaid, es el mayor pagador de atención a la salud a largo plazo y de casi la mitad de todos los niños en Estados Unidos cubiertos por Medicaid.
“Medicaid también es el programa que sirve a las personas de bajos y moderados ingresos, y llena algunos vacíos del programa Medicare para los adultos mayores y personas con discapacidades severas.
“En términos de nacimientos, entre el 40 y el 50 por ciento, según el lugar donde vivan, están cubiertos por Medicaid, que también es uno de los principales pagadores de salud conductual y abuso de sustancias”, comentó.
Explicó que precisamente, la salud conductual y abuso de sustancias son áreas en las que el país enfrenta muchos desafíos actualmente.
“Es aún mayor en las áreas rurales que en las urbanas”, agregó.
Alker dijo que en California, el Medicaid, mejor conocido como MediCal, depende financieramente en su mayoría del gobierno federal con el 56 por ciento de los fondos que fluyen a los estados.
“Si se efectúan grandes recortes a Medicaid, eso afectará a todas las áreas del presupuesto estatal, no solo a su presupuesto de salud”, comentó.
Aunque Trump no ha manifestado intenciones de hacer recortes al Medicaid, se teme sea el blanco de recortes significativos por parte del Congreso.
“Los recortes a Medicaid serían muy severos y crearía serios problemas a los gobiernos estatales”, añadió. “Lo que sería casi imposible, incluso para un estado bien intencionado, compensar estos recortes”.
Comentó que particularmente cuando se cuenta con una población que envejece.
“Es ahí donde se destina la mayor parte de la financiación de Medicaid, y en los niños, pero estos no cuestan tanto”, dijo.
Alker añadió que el 34 por ciento de las personas que se identifican como latinas están cubiertas por Medicaid, mientras que el 39 por ciento de afroamericanos reciben el mismo servicio
Aumento de pobreza
Mayra Alvarez, presidenta de Children’sPartnership, opinó que no se debe subestimar la importancia de lo que está por venir a nivel federal con una segunda administración de Trump.
Dijo que en los Estados Unidos, hay más de 72 millones y medio de niños
que tratan de vivir vidas saludables.
Alvarez añadió que mas de cinco millones de niños viven con al menos un padre indocumentado y que California es el hogar de nueve millones de niños, y que tres de cada cuatro son niños de color.
“Los niños necesitan absolutamente servicios de atención médica y la seguridad que brinda una cobertura como Medicaid o Medi-Cal en California”, agregó. “Pero también necesitan una red de seguridad y acceso a servicios que incluyan nutrición, apoyo económico y más”.
Alvarez dijo que las propuestas del presidente electo Trump y su equipo de asesores han hecho daño a la salud y el bienestar de nuestros niños y sus familias.
“Eso a través del Proyecto 2025, a través de los planes presupuestarios republicanos y, nuevamente, a través de estas propuestas de campaña”, comentó. “Eso aumentaría la pobreza y realmente reduciría las oportunidades para los niños y las familias”.
Además de los cambios en torno a Medicaid, CHIP y la Ley de Atención Médica Asequible son preocupantes particularmente porque incluyen apoyos y servicios que ayudan a las familias a satisfacer las necesidades básicas.
“Por ejemplo, un área de gran preocupación es el acceso a los apoyos y servicios de nutrición a través de SNAP o el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria como lo señala el Proyecto 2025”, expresó.
Alvarez explicó que ese proyecto hace recomendaciones de políticas dirigidas a este programa y eso hace que sea más difícil para las personas acceder a los beneficios al mismo tiempo que crea más ineficiencias.
“Todo, desde aumentar los límites de tiempo para el programa para adultos sin dependientes, además, eliminar la elegibilidad categórica, lo que eliminaría las opciones del estado de aumentar el límite de ingresos brutos del 130 por ciento de la línea de pobreza hasta el 200 por ciento y aumentar o eliminar la prueba de recursos”, dijo.
De nuevo, estos son cambios que perjudican a los más vulnerables y hacen que sea más difícil para la gente poner comida en la mesa en un momento en que los precios de los alimentos han aumentado un 24 por ciento entre el 2020 y el 2023.
“Y cuando sabemos que los salarios no han aumentado proporcionalmente”, expresó.
Añadió que la administración Trump potencialmente recortará más de cuatro millones y medio de dólares a los cupones de alimentos (SNAP) durante cinco años.
“Los cuales son la primera línea de defensa de la nación contra el hambre al proporcionar a más de 40 millones de personas la asistencia financiera que necesitan para alimentar a sus familias”, dijo.
Alvarez también comentó que hay preocupación de que se impondrán limitaciones a la financiación de WIC, el programa que brinda apoyo nutricional esencial a mujeres embarazadas y niños pequeños.
Por su parte, RichardKogan, miembro sénior del Center on Budget and Policy Priorities, dijo que es viable que el presidente pida al Congreso que reduzca o elimine algunos fondos que se aprobaron previamente, de acuerdo a un procedimiento.
“Pero también requiere que el presidente sea claro y público en todos los casos, y otorga a la Oficina de Responsabilidad Gubernamental el derecho de asegurarse de que el presidente cumpla las reglas para que cada año el Congreso redacte nuevas leyes de financiación y pueda enmendar otras de financiación e impuestos más permanentes”, dijo.
Kogan comentó que también preocupan los tipos de recortes que el Congreso pueda hacer para reducir la atención médica, la asistencia alimentaria, la ayuda a la educación o el apoyo a la vivienda para algunos o decenas de millones de personas.