Por Nadine Burke Harris, MD, MPH
Nuestro estado vivió el momento más devastador de la pandemia el invierno pasado. Se hospitalizó a
más de 21,000 californianos con COVID-19 en la última semana de diciembre, y perdimos a 18,518
madres, padres, hermanas y hermanos por este virus mortal en enero. La luz al final del túnel parecía
fuera de alcance.
Hoy, tenemos las herramientas para ayudar a protegernos contra otro brote invernal y evitar las
hospitalizaciones y muertes prevenibles: vacunas. Más del 87 por ciento de los californianos que
cumplen los requisitos han recibido por lo menos una dosis, y la última autorización de la vacuna de
Pfizer por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para los niños
entre los 5 y los 11 años es un punto de inflexión. Por primera vez, familias enteras, desde nuestros hijos
pequeños hasta nuestros abuelitos, pueden estar protegidos contra la COVID-19.
Como primera Cirujana General de California, me comprometo a poner la vacuna a disposición de cada
californiano que cumpla los requisitos. Y como mamá de cuatro niños, me tranquiliza saber que al tener
vacunados a mis hijos, estoy haciendo todo lo que puedo para mantenerlos seguros a ellos, a nuestra
familia y a nuestra comunidad.
El número de infecciones está aumentando, en gran parte en las personas no vacunadas, que tienen 9.5
veces más probabilidades de ser hospitalizadas y 18.2 veces más probabilidades de morir de la COVID-19
que las personas completamente vacunadas. Las personas de color son las más afectadas. Necesitamos
que todos los californianos que cumplen los requisitos se vacunen o que completen su serie de
vacunación y que reciban la vacuna de refuerzo en cuanto cumplan los requisitos para ayudar a poner fin
a esta pandemia.
Como pediatra, sé lo crucial que es la vacunación para proteger a los niños y niñas contra otras
enfermedades prevenibles como el sarampión, las paperas y varicela. La vacuna contra la COVID-19, que
está especialmente dosificada para los niños de 5 a 11 años, ofrece una capa esencial de protección
contra este virus mortal.
Más de 700,000 niños y adolescentes en California se han infectado con la COVID-19. Ha habido más de
6,500 hospitalizaciones pediátricas en nuestro estado desde julio del año pasado, y hemos perdido 37
vidas jóvenes desde el comienzo de la pandemia. Los niños pueden experimentar la “COVID prolongada”
y el virus también puede causar Síndrome inflamatorio multisistémico infantil (MIS-C), en el que el
sistema inmunológico hiperactivo ataca el cuerpo del niño. Solo en nuestro estado se han visto 660 de
estos casos, la mitad de ellos tuvieron que ser hospitalizados en unidades de cuidados intensivos.
La vacunación no solo ayuda a prevenir estos resultados alarmantes, sino que también reduce el
contagio del virus a nuestros seres queridos, como los abuelos y otros con sistemas inmunológicos más
vulnerables.
Y como líder del estado en cuanto a las labores para capacitar a proveedores para identificar y mitigar las
Experiencias Infantiles Adversas (EIA) y traumas infantiles, sé que la pandemia se ha cobrado un saldo
tremendo en nuestros jóvenes. Han luchado con el aislamiento social, asistiendo a la escuela de forma
virtual, así como estímulos estresores familiares como la pérdida de trabajo, la inestabilidad alimentaria
o la inseguridad por falta de vivienda, las infecciones de COVID-19, hospitalizaciones e incluso la muerte
de las personas más queridas. La vacunación aporta a los niños la sensación de seguridad al saber que
están mejor protegidos y que están protegiendo a otros contra el contagio también.
Es comprensible que algunos padres aún estén preocupados. Puedo asegurarles de que la vacuna contra
la COVID-19 se demostró segura y altamente efectiva en exhaustivos ensayos clínicos en más de 4,500
niños de 5 a 11 años, y se ajusta al mismo estándar riguroso de seguridad y efectividad que todas las
otras vacunas en EUA.
De hecho, las vacunas contra la COVID-19 han pasado por los controles más intensivos de la historia de la
vacunación en EUA. Millones de jóvenes de entre los 12 y 18 años ya han recibido la vacuna con solo
unos efectos secundarios leves. Los efectos secundarios graves son raros, y los beneficios de la
vacunación han mostrado superar con creces los riesgos. No hay evidencia, ni en datos de ensayos
clínicos ni entre los millones de mujeres que ya han recibido la vacuna, de que cause cualquier pérdida
de fertilidad.
En cambio, la vacunación permite a más población de nuestro estado volver con seguridad a las
actividades que les encantan. Gracias a las medidas de seguridad en vigor, combinadas con las altas tasas
de vacunación, nuestras escuelas son más seguras que nunca. Las vacunaciones han permitido a los
niños de 12 a 17 años volver a unirse a sus equipos de deporte, sus clubes de teatro y de otras
actividades – programas que les aportan enriquecimiento y les ayudan a crecer a ser adultos sanos.
Nuestros hijos más jóvenes merecen las mismas oportunidades. Estos pequeños valientes quieren
participar plenamente en la vida de nuevo. Con la proximidad de las reuniones y festividades navideñas,
esta vacuna no podía haber llegado en mejor momento.
Proteja a su familia. Llame a su pediatra o clínica de salud local para programar una cita para la
vacunación de su hijo o hija. También puede visitar MyTurn.ca.gov o llamar al 833-422-4255 para
encontrar un sitio de vacunación cerca de usted.
La Dra. Nadine Burke Harris es la Cirujana General de California. Es pediatra y está al frente de la
campaña a nivel estatal para reducir las Experiencias Infantiles Adversas (EIA) y el estrés tóxico a la mitad
en una generación.