Dicen que el amor entra por el estómago… De acuerdo con cientos de restaurantes multiétnicos que abundan en Estados Unidos, los inmigrantes se han ganado el corazón y el paladar de los estadounidenses con el tradicional sabor de los platillos tradicionales de sus países de origen.
En Los Ángeles, Nueva York, Dallas, Miami, Houston, y otras grandes ciudades donde se han asentado los viajeros se han enriquecido con sabores mexicanos, centroamericanos, asiáticos, indios, caribeños, europeos, entre otros.
Es claro que los inmigrantes no solo traen mano de obra, también llegan a Estados Unidos para sumar y aportar cultura, tradiciones, y la comida no excepción.
No hay mexicano que sobreviva sin tortillas, sin chile y sin tacos ni venezolanos y colombianos sin arepas, ni salvadoreños sin pupusas, ni cubanos sin lechón, ni italianos sin pizza o spaghuetti.
No solo los inmigrantes, algunos angelinos que nacieron y crecieron en la gran urbe del este de este país y que se han tenido que mover a otros países, lo primero que expresan es: “Extraño los tacos”.
Ni como culparlos. Los Ángeles se ha convertido en una ciudad multiétnica donde se puede encontrar restaurantes con platillos representativos de todo el mundo, aunque ya estén fusionados o alterados, pero hechos con los ingredientes lo más cercano posible.
Así es como Estados Unidos reparte una rebanada del Apple Pie.
En la teleconferencia ¿Que es más estadounidense que el Apple Pie? La comida étnica es más popular que nunca en una sociedad polarizada” organizada por Ethnic Media Services y Feet in 2 Words, productores del podcast ganador “A Better Life? y Food in Two Worlds, chefs y periodistas hablaron de la creciente influencia de la comida creada por las comunidades étnicas y sus migrantes.
Se apoderan de comida inmigrante
Para la chef Silvana Salcido Esparza, de Barrio Empire que cuenta con restaurantes en Phoenix, Arizona, destacó que algunas comidas que han aportado los inmigrantes, cadenas como Taco Bell presumen y promocionan vender auténticos, como el caso de los tacos.
Dijo que siendo sobrina de un panadero e hija de un pastor que creció
en el Valle de San Joaquín, en Merced, California, viendo cómo los trabajadores migrantes no solo iban a comprar pan, sino para pedir ayuda para llenar documentos, la llevó al negocio culinario y a convertirse en activista.
“Con esa experiencia me encontré que nuestros clientes eran trabajadores del campo y la mayoría de ellos inmigrantes mexicanos que nos pedían ayuda para llenar formularios por lo que pasó de ser un negocio chico, a dar un servicio a la comunidad.
“Recuerdo que los sábados íbamos en la camioneta a vender los panes y veía que los trabajadores agrícolas traían cajas con tomates y duraznos y lo intercambiaban por todo lo que vendíamos”, contó.
Opino que la migración tiene que ver con la cocina porque si se retrocede en la historia, México ha aportado ingredientes al mundo como el maíz, trigo, tomate, chile, frijol y chocolate.
“Pero poniendo en perspectiva, ha habido una gran discriminación, las ‘Américas’ fueron desplazadas y como cocinera mexicana, latina me doy cuenta que hay una supremacía blanca y que en la industria culinaria se da el fenómeno de la apropiación”, comentó.
Por ejemplo, agregó, que los blancos no hacían asados porque no los conocían porque no formaba parte de su cultura.
“Pero después los reclaman como suyos y eso es parte de los caminos de la cocina y de su historia, y otro ejemplo es como ahora como resultado del capitalismo existe la cadena de restaurantes Taco Bell, pero en realidad los tacos auténticos y de calidad son hechos por migrantes de origen mexicano”.
Salcido Esparza señaló que una vez que los consumidores prueban, por ejemplo, la cocina de Oaxaca, no regresan a Taco Bell.
La chef dijo los consumidores deben informarse antes de realizar una compra.
“El conocimiento es poder y podrán decidir mejor dónde gastar el dinero y apoyar la cultura de las comunidades étnicas y su cocina”, comentó Salcido Esparza.
Entre lo tradicional y lo auténtico
El editor gerente de Feet in 2 Worlds y productor de A Better Life? podcast, temporada dos, Quincy Surasmith, dijo que la comida inmigrante se adapta y cambia.
“Podemos hablar de clásicos como el Chop Suey, que viene de restaurantes chino americanos, pero no es tradicional, tampoco las galletas de la fortuna lo son porque tradicionalmente son japonesas y solo se usan en ocasiones especiales.
“Así se han transformado otros platillos originarios de la cultura asiática debido a otras influencias y a que no todos los ingredientes originales están disponibles en este país”.
Para sorpresa de muchos, dijo que el California roll no es japonés sino que fue inventado en Little Tokio por japoneses en Los Ángeles.
Aseguró que sin embargo los platillos que han sido transformados son reales y auténticos.
“Pero necesitamos separar eso de nuestra propia historia, nuestra propia cultura, de la cocina tradicional porque eso es algo en particular y queremos respetar eso”, dijo Surasmith, también presentador y productor de Asian Americana.
Mucho mas que pollo frito
Kayla Stewert, escritora gastronómica y de viajes de Houston, Texas, defendió que la comida afroamericana es mucho más diversa de lo que cree.
“La gente asume que la comida afroamericana son macarrones con queso, col berza y pollo frito, absolutamente son parte de nuestra comida y son maravillosos, pero de ninguna manera es lo único que comemos,
Incluso, agregó que muchas veces esos platillos son usados para insultar o propagar estereotipos.
Una de sus pasiones, dijo, es hacer ver lo diverso de la comida afroamericana y lo importante que es.
Dijo que los estadounidenses afroamericanos muchas de las recetas que los estadounidenses aman son: el pay de camote y los macarrones con queso tienen sus raíces en África.
“La comida de Nueva Orleans es la mejor porque es el hogar de la cocina criolla y cajún, que simplemente no existiría sin las manos afroamericanas”, manifestó.