Los Ángeles.- Los incidentes de odio racial coinciden con una polarización política cada vez más profunda, desconfianza en las instituciones cívicas y divisiones raciales, étnicas y de clase cada vez mayores que van en aumento, y lo peor, no se denuncian.
Varios expertos y defensores de derechos civiles coinciden en señalar que la problemática social puede ir desapareciendo con la participación ciudadana, y no tanto con la policial.
De acuerdo al Departamento de Justicia, se estima que al año se cometen cerca de 250 mil delitos de odio.
En California, la legislatura estatal acaba de lanzar una iniciativa llamada «Stop the Hate» para apoyar a las organizaciones sin fines de lucro y los medios étnicos que trabajan para abordar el problema. Pero, ¿Qué es el odio, cómo lo medimos, cuándo es el odio un delito y cómo podemos detenerlo, incluso curarlo?
Para Becky L. Monroe, subdirectora de Iniciativas Estratégicas y Asuntos Externos del Departamento de Derechos Civiles de California, los crímenes o los incidentes de odio no se miden por igual ante la ley, pero causan el mismo dolor, las víctimas se sienten atacadas.
Dijo que se denuncian muchos más incidentes de odio que delitos de odio.
“Los incidentes de odio no alcanzan el nivel de un crimen de odio y es más probable que violen los derechos civiles de alguien. El odio no surge en el vacío”, dijo Becky L. Monroe, subdirectora del Departamento de Derechos Civiles de California (CRD). “Es posible que los actos de odio no violen la ley, pero siguen siendo profundamente dañinos”.
Agregó que el CRD trabaja en combatir la discriminación en el empleo, la vivienda, los lugares públicos y los negocios.
“Las personas que son víctimas del odio y la discriminación son acosadas por su discapacidad, género, nacionalidad, raza, religión u orientación sexual”, comentó. “Los crímenes de odio van en aumento, pero no se denuncian”.
Dijo que de acuerdo a un informe anual de delitos de odio (UCR) del FBI obtiene sus datos de las agencias de aplicación de la ley, en 2020 hubo 8263 delitos de odio, la cifra más alta desde 2008.
“Los delitos de odio contra los afroamericanos aumentaron un 43 por ciento y los delitos de odio contra los asiáticos subieron en más del 73 por ciento.
Sin embargo, el Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés) estimó que la cantidad real de delitos motivados por el odio estaba más cerca de los 250 mil porque, por tercer año consecutivo, la cantidad de agencias encargadas de hacer cumplir la ley que brindan datos al FBI disminuyeron.
“El FBI tiene que denunciar los delitos de odio. Las agencias policiales locales no lo hacen”, indicó.
“Si usted es de una comunidad que es objeto de odio, sabrá que si su departamento de policía informa cero crímenes de odio, sentirá que tal vez su departamento de policía no está ahí para protegerlo.
“La mayoría de los crímenes de odio son perpetrados por hombres blancos y la mayoría de las víctimas de crímenes de odio en los Estados Unidos son personas negras y siempre lo han sido”, señaló Monroe.
Brian Levin, director del Centro para Estudios de Odio y Crimen de Cal State San Bernardino, dijo que ocurren más crímenes de odio en las grandes ciudades porque tienen grandes poblaciones y son las más diversas.
Agregó que si alguien odia a un tipo particular de persona, es probable que se encuentre con una de ellas con ese perfil en lugares como Nueva York, Chicago, donde en el 2002 hubo un aumento de 5 por ciento de los crímenes de odio, mientras que en Los Ángeles el porcentaje se mantuvo igual.
“Descubrí que hay una relación entre los años de elección nacional con el aumento de los crímenes de odio”, señaló.
Recordó que en diciembre de 2019 cuando se anunció el proceso de destitución contra Donald Trump, fue el peor día del año para el crimen de odio.
“Estamos viendo consecuencias en forma de insurrección y de ofensores adultos, supremacistas blancos y gente violenta”.
Levin manifestó que los incidentes de odio contra los asiático-americanos, latinos judíos, gays y musulmanes se han incrementado en 224 por ciento, un 40 y un 45 por ciento, respectivamente.
“Un 85 por ciento de las fuerzas del orden que sí reportan a la UCR, informan que cero delitos de odio ocurren en su jurisdicción, eso involucra una gran cantidad de ciudades con más de 100 mil personas. Simplemente no es creíble que no ocurran crímenes de odio allí”, dijo Levin, quien estudia los informes sobre delitos en las ciudades más grandes de Estados Unidos,
¿Qué podemos hacer?
Susanna Yee, activista de justicia transformativa para víctimas de crímenes de odio, dijo que para crear un mundo más humano e inclusivo es necesario que cada persona tenga el poder de transformar las calles y comunidades.
“Solo hay que buscar la oportunidad y está por todas partes. Así que mi abuela despertó en mí la conciencia de traspasar las fronteras culturales y desarrollar amistades, y los animo a que hagan lo mismo”, comentó.
Dijo que tiene experiencia en métodos chinos para curar el dolor y el trauma.
También recordó que su abuela murió por un ataque racial en un parque de San Francisco.