Mientras los reportes destacan que las quejas y ataques contra pasajeros se intensifican, el senador por California, David Min, presentó la iniciativa de la que fue autor (SB) 434, ʻPublic Transit for All: Improving Safety & Increasing Ridership’ (‘Tránsito público para todos: mejorar la seguridad y aumentar el número de pasajeros’)
Los Ángeles.- Usar el transporte público se ha hecho cada vez más temeroso, sobre todo para las mujeres y adultos mayores que aseguran que realizan sus viajes de ida al trabajo y regreso a sus casas con nerviosismo, a la defensiva y mucho estrés.
La ciudadana de Nueva York, Esther Lee contó que hace poco de dos anios sufrió de hostigamiento, ataque verbal y recibió escupidas por un tipo afroamericano mientras viajaba en el metro de Nueva York y que hasta el momento no puede olvidar ese episodio que considera un ataque de odio.
“El 5 de octubre de 2021. Estaba corriendo a casa desde el trabajo para asistir a una reunión de Zoom. Inmediatamente después de tomar asiento, un hombre sin máscara que vestía una sudadera con capucha de color rosa fuerte levantó su puño hacia mi cara y me pidió un “choque de puños”. Incluso después de ignorarlo, el hombre persistió. Me volví hacia él y le dije cortésmente: ‘Señor, por favor no me toque ni se involucre conmigo, no estoy interesado’, recordó Lee.
Agregó que lo mas seguro era claramente la respuesta que el hombre no quería escuchar porque enfureció mas.
“Mientras me gritaba agresivamente que era una ‘perra’ por no aceptar sus sutilezas, me sentí insegura y me alejé de él. Cuando me levanté y me paré contra una pared dentro de este tren en movimiento, comencé a filmar el incidente en mi teléfono. Fueron 57 segundos de duración, donde fui abordada por este hombre y no tenía adónde ir.
“Él gritó: ‘Bésame el culo, chúpame la polla’ mientras agarraba sus genitales. Cuando nos acercábamos a la calle 42, gritó: ‘¿Quién querría tocarte, maldito transportista?’ y procedió a escupirme dos veces, asegurándose de que su vitriolo y odio aterrizaron en mi persona. Ninguno de los transeúntes me ayudó cuando me mudé a otro automóvil”, agregó Lee durante una conferencia virtual organizada por Ethnic Media Services (EMS) con la asistencia de 82 reporteros.
La denunciante contó que denunció el caso como un crimen de odio, pero la Policía desestimó el caso porque el perpetrador no usó un insulto asiático.
Lee no se quedó con los brazos cruzados, el 27 de octubre acudió con la subinspectora de la Unidad de Delitos de Odio de Nueva York, Jessica Corey con la esperanza de una investigación adecuada, pero Corey le dijo que no era una víctima de un crimen de odio porque se sentó al lado del perpetrador y probablemente intensificó una situación en la que un hombre solo estaba siendo amable con ella al grabarlo en su teléfono.
Afortunadamente para Lee, hubo quien la escuchó y su caso quedó registrado como un crimen de odio por un Panel de Revision Civil.
“Sintiéndome como una víctima avergonzada, pensé que había llegado al final de mi viaje cuando, en diciembre, un Panel de Revisión Civil me notificó que mi caso fue etiquetado como un crimen de odio. Fue entonces cuando hice pública mi historia”, dijo Lee.
Los temores de los residentes sobre el uso del transporte público han aumentado drásticamente en los últimos dos años, ya que las noticias sobre ataques aleatorios, y en ocasiones fatales, los pasajeros han sido noticia de primera plana.
Las mujeres, las personas mayores, las personas de color y los miembros de las comunidades discapacitadas y LGBTQ+ son desproporcionadamente los objetivos de tales ataques y, a menudo, no encuentran ningún recurso cuando denuncian tales incidentes a las autoridades locales.
La historia de Lee también fue escuchada por el senador de California, David Min, autor de (SB) 434, ʻPublic Transit for All: Improving Safety & Increasing Ridership’ (‘Tránsito público para todos: mejorar la seguridad y aumentar el número de pasajeros’), que se presentó en el Senado el 13 de febrero.
“Es hora de que tomemos medidas para asegurarnos de que nuestros espacios públicos bajo la jurisdicción de nuestro gobierno sean espacios seguros. Esto incluye el transporte público. Esta semana, presenté la SB 434 para desarrollar soluciones basadas en evidencia que reduzcan el acoso callejero”, dijo Min.
Agregó que le enorgullece presentar esta legislación en asociación con Stop AAPI Hate para exigir que las 10 agencias de tránsito más grandes de California recopilen los datos que necesitamos para tomar medidas.
“La mayoría de las mujeres, ancianos, LGBTQ+ y californianos discapacitados experimentan acoso callejero o algo peor mientras usan el transporte público. La SB 434 brinda a los proveedores de transporte público más grandes de California las herramientas necesarias para mantener seguros a todos los pasajeros”, aseguró.
El senador señaló que ningún californiano debería sentirse inseguro al viajar de un lugar a otro.
“A medida que reconstruimos y reimaginamos un mundo pospandémico, mejorar el transporte público debería encabezar nuestra lista de prioridades”, dijo Min.
Ofrecen compañia
Peter Kerre, fundador de Safe Walks NYC, explicó que Safewalks es una iniciativa de seguridad pública creada en enero de 2021 después de un aumento en los ataques contra mujeres que viajan en el sistema de tránsito de Nueva York.
“Observamos que casi todos los ataques a mujeres ocurrieron mientras viajaban solas y, por lo tanto, ofrecimos una solución simple diseñada a propósito que sentimos que sería fácil de inscribir a una comunidad más grande. Se ofrece acompañar a caminar cualquier neoyorquino que se sienta inseguro, desde las estaciones de metro hasta su destino o viceversa.
“Las comunidades estaban ansiosas por encontrar soluciones de seguridad pública que no involucraran a la aplicación de la ley”, agregó. “Safewalks fue una gran opción, especialmente para las mujeres de color, muchas de las cuales informaron haber tenido interacciones negativas con el Departamento de Policía de Nueva York”.
Kerre dijo que cuando comenzaron las caminatas seguras en las calles de la ciudad de Nueva York, inmediatamente se dieron cuenta de que estaban lidiando con múltiples crisis que se cruzaban, cada una de las cuales contribuyó a desencadenar el miedo público al transporte público.
Añadió que las crisis son de salud mental, socioeconómica, de racismo, entre otras.
“Intentamos presentar estos hallazgos a los líderes electos y al liderazgo de la ciudad a principios de 2021, pero sin éxito hasta la fecha. Creemos que los neoyorquinos no pueden sentirse realmente seguros hasta que se aborden por igual”, comentó Kerre.
Priorizan la seguridad
Janice Li, presidenta de la Junta de Tránsito Rápido del Área de la Bahía (BART) dijo que para atraer a los viajeros al servicio de transporte público, deben seguir priorizando la seguridad.
“Estoy orgullosa de las muchas iniciativas nuevas que lanzamos en los últimos tres años, incluido nuestro programa de embajadores de BART, asistentes de baños, asistentes de ascensores e intervención en crisis. especialistas.
“En su conjunto”, agregó, “esta presencia de seguridad es un multiplicador de fuerza para los oficiales de policía de BART, lo que permite que nuestros oficiales juramentados se concentren en las situaciones más urgentes, graves y de emergencia. Nuestra presencia de seguridad está en nuestras estaciones, en nuestras plataformas y en los trenes a lo largo de nuestro sistema de 50 estaciones que abarca cinco condados del Área de la Bahía”.
Li aseguró que la presencia de seguridad está capacitada y especializada para que las situaciones no se intensifiquen.
“Nuestros especialistas en intervención de crisis en particular se enfocan en trabajar con aquellos que no tienen hogar, están bajo la influencia de sustancias o experimentan crisis de salud mental y pueden brindar apoyo caso por caso, y continuamos instando a nuestras ciudades y condados locales intensificar para proporcionar recursos y servicios más tangibles”, dijo.
Dijo que también recopilan datos periódicamente para asegurarse de que los usuarios vean esta presencia en el sistema y el personal informe los hallazgos públicamente en las reuniones de la junta cada trimestre.
En Los Ángeles
El miedo de los usuarios del transporte público también se siente en muchas ciudades, entre ellas, Los Ángeles.
En una recorrido realizado por el metro desde Santa Mónica hasta Universal Studios, fue posible constatar el temor y nerviosismo de los usuarios, sobre todo, las mujeres de todas las edades.
El común denominador fue el miedo que les provocan los homeless. Lamentablemente muchas de esas personas sin hogar se suben al transporte sin ninguna restricción, ensucian las unidades y las estaciones, desprenden fuertes olores y debido, posiblemente por sus enfermedades mentales, no respetan las reglas y hasta se quitan la ropa, gritan frases sin sentido y se dirigen a los usuarios asustados por cosa.
“Eso da mucho miedo porque no sabes cómo van a reaccionar. Yo viajo en tren por necesidad, pero siempre estoy nerviosa y a la defensiva. He visto muchas cosas, afortunadamente no me ha tocado a mi, pero el problema es fuerte. Arrebatan mochilas, avientan a las personas sin consideración, y una vez, vi que un hombre amenazó a una mujer si no le entregaba una bolsa, la mujer se la dio sin protestar y salió del tren”, contó Juanita Barraza.