Por Alicia Alarcón
Los millones de rollos de telas junto con los patrones y especificaciones de los diseñadores están bajo llave. Las máquinas de overlock permanecen silenciosas. Las mujeres que hasta hace unas semanas, las utilizaban para sacar a toda prisa los pedidos, permanecen en sus casas, en espera de la orden gubernamental que les permita regresar a sus labores de costura.
La misma suerte corre la industria de los juguetes, del calzado, la de aparatos electrónicos, la de enseres domésticos, la de paneles solares y no se diga la Industria del turismo que ha sido la más afectada con la política del Presidente Xi Jinping de ¨Nada ni nadie sale de China y el que entra se le somete a una cuarentena.¨ Medidas adoptadas desde el pasado mes de enero para contrarrestar el brote del corona virus que a la fecha ha cobrado la vida de 1,775 personas y afectado a 71,300 la mayoría en China.
China como un gigante derribado, trata de incorporarse de manera lenta, silenciosa como si al volver de nuevo a caminar y recuperar su rutina de ruidos cotidianos vaya a atraer peores peligros que la obliguen a quedarse quieta de nuevo.
Empresas y consumidores de todo el mundo esperan con impaciencia la mercancía que está varada en algún puerto o guardada en uno de los millones de almacenes que permanecen inactivos. La mayoría de los trabajadores, con excepción de los empleados de la banca y finanzas que trabajan desde su casa, están en un obligado retiro, aquel que se atreve a aventurarse por la su lugar de trabajo, sin autorización, le espera la cárcel y una cesantía inmediata.
Con esta crisis, el gigante asiático recuerda al mundo su dominio comercial. En los Puertos principales de Estados Unidos ya no se divisan el continuo ir y venir de las gigantescas embarcaciones provenientes de China. Esta disminución de tráfico si continúa como hasta ahora, afectará a miles de trabajadores portuarios, incluidos los que laboran en Los Ángeles.
La paralización de la industria turística en China que se dio desde el principio, del mes de enero también no sólo ha afectado al país asiático, sino a las ciudades más importantes de Estados Unidos. Sólo en Los Ángeles se calcula que la pérdida por la ausencia de turistas asiáticos llegará al billón de dólares.
La esperanza es que la epidemia del coronavirus sea controlada en su totalidad y la normalidad regrese pronto a China. Una paralización prolongada causaría verdaderos estragos económicos en todo el mundo, sobre todo en Estados Unidos. Una visión catastrófica es la de imaginar estantes vacíos en Target y Wall Mart de artículos de primera necesidad manufacturados en china. Hay que recordar que en Estados Unidos sólo se fabrican las velas aromáticas, lociones y jabones líquidos para el cuerpo (body washes) y papel higiénico. Todo lo demás se manufactura en China.
Steve Jobs, creador del IPhone, destacó en más de una ocasión la importancia de la mano de obra china dentro del engranaje de su empresa Apple Inc. Hasta ahora, se calcula que las pérdidas que ha sufrido esa compañía por el cierre de sus fábricas desde el pasado 25 de enero ascienden a cientos de millones de dólares.
No hay que olvidar que Apple Inc., así como otras empresas, dependen del país asiático para la producción de sus teléfonos inteligentes, tabletas, audífonos y otros aparatos electrónicos. Ante la situación sin precedentes que ha causado el coronavirus en ese país, China también ha cancelado la Asamblea Nacional Popular. Esta reunión es la más importante del gobierno chino en la que se reúnen 3,000 líderes y delegados de todo el país.
Otro de los países en Asia que ha salido también afectado por el coronavirus es Japón donde se han registrado casi 500 personas infectadas. El Emperador Naruhito anunció que cancelará la celebración pública de su cumpleaños. También los organizadores del maratón de Tokio excluyeron a 37,000 corredores no profesionales, según anunció la agencia nipona Kiodo. En este maratón se clasificarán los corredores que participarán en los Juegos Olímpicos del 2020. Japón también ha tomado serias medidas contra el coronavirus. La cercanía de las Olimpiadas y las millonarias inversiones que ha hecho en infraestructura para recibir a miles de visitantes durante las Olimpiadas no les permite tomar ningún riesgo.
Que hacer frente a cualquier virus, incluido el coronavirus.
- Cubrirse muy bien la boca a la hora de estornudar.
- No salir a ningún lugar público, incluido el trabajo en caso de tener temperatura.
- Observar todas las medidas de higiene.
- Mantener limpio nuestro hogar y nuestra área de trabajo.
- No creer todo lo que aparece en internet sobre supuestos brotes de coronavirus en áreas cercanas.
- Y lo más importante, recordar que el virus más peligroso, el que ha ocasionado la muerte y exterminio de millones de personas inocentes, es el del odio racial y los prejuicios contra los que consideramos diferentes.