Pese a que la deuda estudiantil se ubica como la segunda más grande de crédito al consumo, después de las hipotecas, y hay más de 45 millones de personas que deben casi 1,7 billones de dólares, la administración demócrata actual no llega a un acuerdo con los republicanos de si habrá o no un programa de alivio para los deudores, opinaron expertos.
Cada 26 segundos, uno de esos prestatarios de préstamos estudiantiles incumple su préstamo. El efecto no es sólo que las personas puedan pasar toda su vida profundamente endeudadas, a veces hasta la vejez, sino que genera una mayor desigualdad económica, de género y racial en nuestra sociedad.
En los últimos años, la administración de Joe Biden ha tratado de facilitar y ampliar los programas de condonación de deuda estudiantil lanzados bajo la administración Barack Obama, logrando cierto éxito en el proceso, pero enfrentando continuamente desafíos legales por parte de estados republicanos que han detenido un extenso programa presentado en 2021 y amenazan con hacer lo mismo con uno lanzado el año pasado.
Mientras tanto, los deudores todavía tienen opciones si son de bajos ingresos, han pagado durante una década o dos o han trabajado en puestos de servicio público, pero el panorama del servicio de préstamos es complejo y está plagado de regulaciones laxas y malos actores.
Un panel de expertos convocado por Ethnic Media Services explicó qué programas todavía están vigentes, cuáles han sido detenidos o amenazados, y las vías futuras para la asequibilidad y la equidad de la universidad.
“La administración Biden ha intentado ofrecer lo que algunos entienden como ‘perdón de deuda general o alivio’, pero hubo quejas de una coalición de estados republicanos que fueron hasta la Corte Suprema que falló en contra y el proyecto fue cancelado”, dijo Adam Minsky, abogado.
El también autor de préstamos estudiantiles explicó que el primer intento de alivio amplio fue a través de un alivio amplio al aprobar más de 153 mil millones de dólares en condonación de préstamos estudiantiles para alrededor de cuatro millones 300 mil acreedores de deuda estudiantil.
El primer intento de la administración perdonó hasta 20 mil en deudas de préstamos estudiantiles federales a millones de prestatarios según la Ley Héroes de 2003, que permitió al Departamento de Educación promulgar exenciones de las regulaciones del programa de préstamos federales.
“Eso fue en respuesta al daño económico causado por Covid-19”, comentó. “Esto fue impugnado por una coalición de estados de mayoría republicana encabezada por Nebraska y Missouri, y fue anulado por la Corte Suprema de mayoría conservadora en junio pasado con el argumento de que la condonación masiva de la deuda no se mencionaba expresamente en la ley”.
Minsky dijo que el segundo intento actual de la administración de lograr un alivio amplio implica una autoridad legal separada se trata de la Ley de Educación Superior que permite expresamente la condonación o cancelación de la deuda de préstamos estudiantiles, aunque hasta la fecha solo se ha utilizado en circunstancias limitadas.
“El programa podría ponerse en marcha para los destinatarios de la deuda el próximo otoño, pero la mayoría espera que también sea impugnado en los tribunales, aunque tiene mayores posibilidades de sobrevivir a un desafío legal», comentó.
Minsky explicó que entre otras iniciativas que han encontrado oposición se encuentra el Plan Save.
“En el que se han inscrito al menos ocho millones de deudores y está sujeto a dos nuevas demandas separadas presentadas por 18 estados republicanos, incluidos algunos de los que bloquearon el primer plan de alivio masivo de la deuda de Biden”, comentó.
Una de las razones que argumentan los republicanos para imponerse a los programas de alivio estudiantil es que son injustos para las personas que ya pagaron su deuda.
“Que al Estado se le va a dañar financieramente y que Biden está excediendo la autoridad que le permite el Congreso”, expresó. Lo cierto es que la administración Biden está tratando de aliviar la carga a las personas que tienen deudas, y esto es muy necesario para que el programa continúe”.
Minsky dijo que aunque parece injusto, apoya la intención de Biden.
“Necesitamos una reforma estructural del sistema para no quedar atascados en este ciclo de deudas y esto va a requerir un acuerdo de todas las partes”, comentó.
Alivios dependen de quien ocupe La Casa Blanca
Michele Shepard Zampini, directora senior de asequibilidad universitaria del The Institute for College Access and Success (TICAS), dijo los programas y propuestas de alivio para préstamos estudiantiles dependen de quien resulte presidente de Estados Unidos en el próximo periodo, si Biden o un republicano.
“Estos programas pueden tener un impacto muy positivo en las próximas elecciones. Si la administración Biden sigue, las propuestas van a avanzar, pero si la administración cambia, no habrá inversión en asistencia estudiantil.
De hecho, agregó, los republicanos van a tratar de detener o anular estos programas.
“Muchas cosas están en juego para los estudiantes que deben dinero y estos no son programas para siempre, sino que se pueden revocar”, dijo.
Shepard Zampini opinó que actualmente es más costoso ir a la universidad.
“Durante las últimas décadas, los costos de las matrículas han cambiado, antes se cubría una parte a través de ayudas federales, pero ahora eso se ha desplazado”, comentó.
Aseguró que hay interesados que abogan para que disminuyan los costos en las universidades y evitar que los estudiantes tengan que pedir varios préstamos.
“Cuando miras al Congreso, es una batalla porque algunos políticos ya no quieren invertir en las universidades. Por suerte, hay apoyo público.
Endeudada y atrapada
La trabajadora social de salud mental de 72 años recientemente jubilada, Virginia Brown, compartió que la deuda estudiantil que contrajo tuvo un impacto muy grande en su vida porque muchas veces tuvo que elegir entre pagar el préstamo o comprar comida.
“O pagar la mensualidad o pagar la electricidad”, comentó. “Esa fue una de las cosas más difíciles que me tocó enfrentar, las facturas que no podía pagar por causa de esa deuda. Pero lo más doloroso, fue estar atada a una ciudad en la que ya no quería vivir”.
Actualmente Brown es consejera de salud mental y trabajadora social.
“Soy médica cirujana con máster, y me mudé de Venezuela en 1990. Pero al llegar, tuve que hacer lo que hacen todos los inmigrantes, trabajé de todo. Y mientras tanto, tomé clases porque quería mi profesión aquí. Me inscribí en la consejería de salud mental y decidí pedir un préstamo. Fui a una universidad de Orlando a pesar que muchos opinaban que era mucha deuda para mi.
“Terminé con una deuda de más de 100 cien dólares sólo por el interés. Para mí, era imposible pagarla, hasta que la deuda me fue refinanciada a través del gobierno y pude pagar para obtener ese alivio», expresó.
Explicó que inició a pagar en 2020 gracias a que la ONG para la cual trabaja le ayudó.
“Por eso es importante que la gente sepa a tiempo sobre las leyes y los nuevos proyectos”, dijo. “Tres meses después, recibí un mensaje por correo electrónico que me decía: ‘se ha condonado sus deudas estudiantiles’”.
Dijo que logró liberarse de la deuda casi a los 70 años de edad en el 2021.
Peres Brown comentó que mientras estaba endeudada, no pudo mudarse de estado ni para acceder a un nuevo trabajo.
“Hubo un tiempo que quería irme de Florida pero por la deuda estudiantil no lo podía hacer porque eso me impedía salir del estado. Tampoco pude acceder a un trabajo en New Jersey, ni podía jubilarme hasta que no tuviera la condonación final”, señaló. “Esa deuda tuvo un impacto muy grande en mi vida”.