Por Alicia Alarcón
Fue mi primo Chava, un ingeniero, empresario y ex priista el que me explicó: ¨No puede ser que sigamos rumbo a un barranco y los mexicanos no hagamos nada¨. ¨No puede ser que vayamos a apoyar a un sistema que nos va a dejar en lo mismo¨.
Con Chava tuve diferencias políticas en el pasado, yo apoyaba al PAN como un cambio necesario en el país, y Chava insistía en que el PRI era el camino del progreso. Después de dos sexenios consecutivos de fracasos del PAN y el peor sexenio del PRI, mi primo, al igual que muchos otros priistas y panistas, optó por apoyar al candidato de MORENA.
¨Toda mi familia, junto con la mayoría de este pueblo, vamos con todo por Andrés Manuel López Obrador¨, afirma mi primo que reside en Jalisco.
(Debo aclarar, que nunca fui militante del PAN, pero vi a Vicente Fox como una alternativa saludable para el país, de la misma forma en que veo ahora a Andrés Manuel, como un cambio necesario en la vida de los mexicanos.)
No hay duda que AMLO va a llegar a la Presidencia de México y que supo avanzar a pesar de todas las triquiñuelas y obstáculos que pusieron a su paso los apoyadores del Poder actual. Algunos actos llegaron a lo burdo e inverosímil como fue el de bloquear carreteras para impedir que le llegara a tiempo, el material para la construcción de plataformas que necesitaba para dar su discurso en zonas rurales. El continuo robo de sus aparatos de sonido. Acaparar todos los cuartos disponibles de hoteles, en ciudades pequeñas donde se presentaba para obligarlo a hospedarse fuera de esa ciudad.
¨Para que se le noten más las ojeras¨.
Los millones de pesos que se gastaron en propaganda para convencer a la población mexicana que era el ¨Chupacabras¨ con poderes tan malignos y maléficos que podía acabar como un soplo de huracán con todo México junto con su población.
También lo proyectaron como incondicional, casi hermano del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Nada de eso funcionó, están documentados sus desacuerdos y críticas contra el presidente venezolano desde hace mucho tiempo. Tampoco es cierta la acusación que le han hecho de que es ateo, descreído, enemigo de todas las religiones. Su partido lleva el nombre de MORENA, que invoca a la imagen de la Patrona de México.
Los trucos sucios y las acusaciones gastadas no funcionaron en esta ocasión y el pueblo de México en su madurez y hartazgo lo debe elegir de manera abrumadora este 1ro. de julio del 2018, para que no pase como en los mundiales de futbol. Ante la esperanza y el entusiasmo, los mexicanos nos quedamos siempre en el casi. ¨Ya casi ganábamos¨. ¨Ya casi metía el gol¨. El gol electoral para AMLO debe ser contundente, histórico, abrumador para que no haya espacio para los penaltis ni para las repeticiones en video.
Mi primo Chava, y estoy de acuerdo, insiste en que para que no haya dudas, ni los mexicanos se queden en el ¨ya casi ganábamos¨, a la hora de votar, se hagan las siguientes preguntas:
Pregúntate. Estoy en desacuerdo con que termine la corrupción, el nepotismo, el saqueo de un país tan grandioso, lleno de recursos naturales, que tiene los lagos y montañas más generosas del mundo.
Pregúntate. Estoy en desacuerdo con que termine el rechazo del 60% de estudiantes que se quedan sin entrar a la universidad porque no hay cupo para ellos, y los actuales funcionarios de las universidades públicas aprovechan este vacío para crear más universidades privadas y así lucrar con la situación.
Pregúntate. Estoy en desacuerdo con que México vuelva a sembrar maíz y sea el principal productor de los alimentos que consumimos.
Pregúntate. Estoy en desacuerdo con lograr la paz, con acabar con la inseguridad y que se utilicen las vías políticas para lograrlo y así parar este derramamiento de sangre, esta masacre de periodistas, de candidatos, de ciudadanos que nos han robado la tranquilidad.
Pregúntate. Me interesa realmente el bienestar del país o voy a seguir cómodo en mi círculo pequeño de existencia hasta que me maten a un hijo, me violen a una hija, o me secuestren a mí o a un ser querido. Los empresarios estamos bien, afirma mi primo, ¨ ¿Pero, y los otros, no debemos pensar en ellos también?¨