Expertos en el tema coinciden que la ideología racista se expande y normaliza en todo el país
Los Ángeles.- Expertos en la supremacía blanca opinan que esa ideología racista basada en la idea de la superioridad de la “raza blanca” penetraron en los espacios políticos y culturales convencionales, moldeando debates y alimentando la polarización y y se normaliza de manera alarmante cada vez más.
En una sesión informativa organizada por American Community Media, los ponentes se centraron en desarrollar cómo la supremacía blancaha estado presente en la historia estadounidense hasta la revitalización del racismo y la xenofobia en la actualidad tras la elección de Donald Trump.
Sanford F. Schram, profesor adjunto de Ciencias Políticas en la Universidad de Stony Brook (SUNY) y coautor de Hard White: The Mainstreaming of Racism in American Politics, opino que lo que está sucediendo sucediendo en Estados Unidos sobre la salud de la democracia actual se debe a la causa inmediata de la eleccióndel primer presidente no blanco en la historia de Estados Unidos, Barack Obama.
“Pero el nacionalismo blanco ya venía ganando terreno en la política convencional antes de eso, como John Gann destaca en su libro, ‘When the Clock Break’, donde analiza cómo personas como Pat Buchanan, durante los años de Ronald Reagan, comenzaron a ganar terreno en el Partido Republicano con una versión edulcorada de lo que el líder del Ku Klux Klan, David Duke, había estado promoviendo”.
Explicó que finalmente surge el Tea Party como reacción a Obama.
“Y Trump lo llevó hasta la Casa Blanca en medio de una creciente ola de resentimiento racial, especialmente en lo que respecta a la inmigración”, expresó.
Agregó que ahora, la nueva generación de jóvenes, sobre todo en internet y en plataformas como Twitter y Discord, difunden memes neonazis como si fuera lo más moderno.
“El nacionalismo blanco tiene una larga historia, pero se ha vuelto más frecuente», comntó.
Adoración por Hitler
Por su parte, Heath Druzin, periodista y presentador del podcast Extremely American , cubre la normalización de los movimientos extremistas y paramilitares, así como el nacionalismo cristiano, dijo que descubrió en los rincones más oscuros de internet que existe una gran cantidad alarmante de personas que aprecian al dictador alemán Adolf Hitler.
«Hay mucha gente hablando de él ahora mismo, y creo que para quienes no frecuentan los rincones más oscuros de internet como yo, hay una cantidad alarmante de personas que le tienen bastante aprecio a Hitler en este momento. Hemos pasado de un meme que decía algo así como “’todo lo que no me gusta es Hitler’, burlándose de la gente por comparar cosas que no les gustaban con Hitler, a pensar: ‘Oye, quizá Hitler no esté mal’.
“Creo que demuestra cómo esto se ha vuelto mucho más popular”. expresó.
Añadió que esta popularización se ha convertido en una normalización, sobre todo desde que Trump dijo en 2025 que los inmigrantes traían drogas, delincuencia, eran violadores, y algunos, suponía, eran buenas personas.
“Y claro, ese era Donald Trump», dijo. «Es un momento impactante para mucha gente».
Druzin opinó que ese tipo de discurso en política se ha vuelto mucho más aceptable, lo que es parte del problema.
“Y creo que las redes sociales también son una parte importante, porque mucha gente está en línea en diferentes plataformas, y se ven inmersos en cámaras de eco y empiezan a decir cosas que quizás no dirían si hablaran con alguien cara a cara”, comentó. “Y recibes mucha aprobación en línea, porque puedes ser anónimo y tampoco tienes que lidiar con las reacciones negativas”.
Concluyó que el hecho de tener líderes políticos opinando y diciendo cosas en foros en línea, son las principales causas del aumento de la supremacía.
“Todo esto se ha acelerado muy rápidamente. Creo que el auge de las redes sociales ha hecho que estas cosas sucedan en meses, en lugar de años, o incluso más rápido. Y creo que esa es una gran parte de la razón.
“Estamos viendo cómo ideas que serían abominables para cualquier político tradicional, se vuelven bastante aceptables, de una manera que creo que incluso hace 10 años sorprendería a la mayoría de la gente”, dijo Druzin.
Factores religiosos
Matthew D. Taylor, doctor en filosofía, investigador cristiano sénior del Instituto de Estudios Islámicos, Cristianos y Judíos (ICJS); autor de ’Los violentos lo toman por la fuerza: el movimiento cristiano que amenaza nuestra democracia’, dijo que en su investigación suele centrarse en muchos de los factores religiosos que influyen y que impulsan gran parte de la supremacia.
Agregó que una de las cosas que realmente ha cambiado en los últimos 10 años, comenzando con la primera campaña de Trump en 2015, es la incorporación de un nuevo grupo de actores cristianos radicales en estos movimientos.
“Y parte de esto se ha debido a los peculiares recursos retóricos de Trump. Existe la forma de cristianismo de más rápido crecimiento y la más enérgica, tanto en Estados Unidos como en el mundo actualmente, es donde se da la intersección entre la gobernanza no confesional, es decir, con muy poca supervisión y regulación, y la espiritualidad carismática”.
Taylor explicó que cuando se usa el término carismático en el sentido cristiano no se refieren a tener una personalidad magnética, sino a estar conectado con dimensiones sobrenaturales de la experiencia.
“Intentan recuperar lo que entienden como el espíritu sobrenatural de la iglesia primitiva. Así que se puede considerar como una especie de ala no confesional del pentecostalismo, en crecimiento con grupos extremistas en todo el mundo, creciendo muy rápidamente en Estados Unidos, y Trump ha reclutado de manera singular a esa coalición para integrar en estos círculos más amplios de extrema derecha”, comentó.
Taylor dijo queesa coalición, si bien es multiétnica, también alberga muchas ideas de supremacía cristiana, muchas narrativas antiguas, muchas nuevas profecías sobre Trump que han construido una especie de mitología que realmente ha unido a la derecha en torno a la idea su idea como una especie de casi mesías que vendría a liberar a Estados Unidos.
“Y, en algunos casos, a Israel, y a reconfigurar el orden mundial. Y creo que esas narrativas han activado a esta coalición MAGA de una manera muy particular”, dijo Taylor. “Tanto en estas vertientes más racistas como en estas más supremacistas cristianas, y creo que estamos viendo la convergencia de ambas muy presente en nuestra política actual”.
Al alza
Devin Burghart, director ejecutivo del Instituto para la Investigación y la Educación sobre Derechos Humanos (IREHR) y coautor de «Rompiendo la corriente principal: una encuesta nacional sobre la membresía de la extrema derecha en las legislaturas estatales”, dijo que la ola de activismo de extrema derecha creció de 25 mil a casi dos millones y medio rastreados en 30 años.
“Desde que comencé este trabajo hace casi 30 años, esos movimientos se han expandido exponencialmente. Antes podíamos rastrear esto por miles. Cuando empecé, eran unos 25 mil individuos acérrimos, hoy, tan solo en un segmento del movimiento, el tipo de negacionista del COVID y movimiento anti vacunas durante el apogeo de la pandemia, pudimos rastrear a 2.4 millones de activistas en todo el país que estuvieron fácilmente expuestos a estas ideas», comentó.
Agregó que esas personas compartían ese tipo de pensamiento conspiranoico y, lo que es más importante, que participaban del tipo de resentimiento racial que se ha vuelto totalmente común hoy en día.
“Este tipo de activismo no solo genera el impulso para el movimiento en las bases. También tiene una importancia real en términos de influencia política”, expresó.
Burghart dijo queen el que realizaron en el 2022, «Rompiendo con la corriente principal», documentaron a 875 legisladores estatales que se habían unido a uno o más grupos de extrema derecha que monitorearon en todo el país.
“Eso abarca desde grupos paramilitares hasta grupos negacionistas del COVID a organizaciones antisemitas inspiradas en QAnon”, señaló.
Explicó que hay dos consecuencias cuando los legisladores estatales brindan ese tipo de respaldo a estos grupos al ser miembros de ellos, también se crea un canal para que ideas que antes estaban relegadas a los márgenes, se incorporen directamente al debate público y se conviertan en políticas públicas.
“Cuando empecé con este trabajo, se oía a gente como el criador de arbustos John Truckman en una reunión de milicias rurales hablando sobre las estelas químicas y la supuesta conspiración para esparcir, ya sabes, sustancias químicas por el aire en esas estelas que se ven en el cielo cuando pasan los aviones.
“Hoy, dos estados han aprobado leyes contra la geoingeniería basándose en las mismas teorías conspirativas que antes se consideraban, en el mejor de los casos, ridículas”, agregó. “Los movimientos importan, y es muy importante centrarse en ellos, y las ideas importan. Y la confluencia de ambas es lo que estamos viendo hoy, a medida que esas ideas se vuelven más comunes”.
