Los Ángeles – Durante generaciones, millones de americanos cuyas raíces están en Oriente Medio y África del Norte (MENA, por sus siglas en inglés ) son invisibles porque la Oficina del Censo rechaza peticiones por su propia categoría racial.
By Julian Do, EMS
“Legalmente, en América, me clasifico como blanco”, dijo el doctor Hamoud Salhi, sub-rector de la Facultad de Ciencias naturales y de la conducta, de la CSU-Dominguez Hills. “Nací en Argelia, una parte de África, así que técnicamente podría declararme afroamericano, pero no puedo”.
Loubna Qutami, palestina-americana e investigadora posdoctoral del Presidente en la UC Berkeley, especializada en estudios étnicos, dice que debido a que como MENA no tiene una clasificación propia, legalmente cae bajo la categoría de blanco.
Las poblaciones MENA tienen sus propias necesidades específicas para la atención médica, la formación, la ayuda lingüística y la protección de derechos civiles, pero no tienen ninguna manera de abogar por sí mismas porque numéricamente están integradas en la categoría de americanos blancos.
Para cambiar esto, los doctores Salhi y Qutami y otros líderes de MENA han estado movilizando a sus comunidades para participar en el censo de 2020, animando a la gente a escribir su origen étnico. El 13 de mayo, hablaron con otros 10 expertos y activistas en una videoconferencia de dos horas organizada por Ethnic Media Services, sobre los retos históricos, lingüísticos y políticos que hace que la población MENA sea de las más difíciles de contar en California.
Geográficamente, las poblaciones MENA viven en tres continentes – desde la frontera con Afganistán hacia la punta de África en el sur – y en 22 naciones solo en Oriente Medio, con numerosos
sub-grupos como los kurdos, los caldeos, los asirios, los armenios.
“África del Norte es realmente un concepto que los franceses dieron a Túnez, Marruecos y Argelia, que ellos colonizaron”, dice el Dr. Salhi. Los países vecinos de Egipto y Libia fueron agregados más tarde.
Debido a que comparten el idioma árabe y la religión musulmana, las personas de África del Norte en los Estados Unidos se agruparon con las del Oriente Medio para formar las siglas MENA.
Durante décadas, la Oficina del Censo ha rechazado peticiones para agregar MENA a la categoría oficial de razas, que actualmente son blanco, negro o afroamericano, indígena de Norteamérica, indígena de Alaska, asiático-americano e indígena de Hawái y otro de las islas del Pacífico.
El resultado, dice la Dra. Qutami, eleva artificialmente el recuento de la población blanca, que ha estado en declive, mientras suprime el recuento de los residentes MENA que no se identifican como blancos. Según el “Informe de raza y origen étnico – La Prueba del contenido nacional” de la Oficina del Censo de 2015, “Como era de esperar, el porcentaje que se declaró como Blanco es bastante más bajo con la inclusión de una categoría MENA distinta cuando se compara con tratamientos sin categoría de MENA”.
California refleja el desafío a la población MENA en tamaño geográfico y diversidad, dice Emilio Vaca, subdirector del Comité de Recuento Completo del estado, que dirige la difusión del censo. La Encuesta Americana de la Comunidad de 2017 de la Oficina del Censo informó que 11 millones de los 40 millones de residentes de California, alrededor del 27%, son inmigrantes.
“Eso equivale al estado de Georgia entero”, subrayó Vaca. En casa, la mayoría de los inmigrantes hablan una lengua o más de las 200 además de inglés.
Homayra Yusufi, de la Partnership for the Advancement of New Americans, desglosó la cara de la diversidad de tan solo una vecindad de San Diego que atiende su organización: “Tenemos 45 orígenes nacionales distintos – de MENA, Asia y Latinoamérica – que hablan más de 100 lenguas en el distrito de City Heights de 6.5 millas, una comunidad distinta de refugiados e inmigrantes”. Educar a estos grupos y motivarlos a participar en el censo es una manera de involucrarlos en la vida cívica de la ciudad en general.
La necesidad histórica – lo que grupos específicos de inmigrantes han hecho para sobrevivir – también tiene un papel en el deficiente recuento MENA. Hasta la mitad del siglo XX, solo los blancos podían poseer propiedad, y solo los “inmigrantes blancos libres” podían llegar a ser ciudadanos americanos.
Para sobrevivir y progresar, los inmigrantes del Oriente Medio tuvieron éxito al solicitar a las cortes federales que se les permitiera identificarse como blancos en 1920. Los inmigrantes de África del Norte, como miembros de la población MENA, se dejaron incluir y se encontraron clasificados legalmente como blancos también.
La política discriminatoria de la ciudadanía y la posesión de propiedades que favorecía a los blancos solo finalizó con la aprobación de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1952. Pero incluso así, las comunidades MENA encontraron difícil la recaudación de fondos y la movilización de llamamientos a la acción para hacer frente a sus necesidades. No sabían dónde estaban ubicados sus compatriotas y no podían aumentar los números oficiales para solicitar fondos y recursos.
“Nos encontrábamos impotentes. En muchas circunstancias tuvimos que generar nuestros propios datos”, dice la Dra. Qutami.
A lo largo de los años, la Oficina del Censo nunca ha respondido claramente a por qué rechazaban incluir la clasificación MENA, a pesar de concluir en un informe de 2017, que “la inclusión de una categoría MENA ayuda a los encuestados MENA a declarar sus identidades MENA con más precisión”.
La oficina rechazó de nuevo la petición de 2018 para el censo de 2020. La jefa de la división de población de la oficina, Karen Battle, anunció en una junta pública sobre los preparativos del censo que “Consideramos que se necesitan más investigación y más pruebas”.
Los defensores MENA creen que llenar el censo 2020 es la única manera de evitar otro recuento deficiente. Si no se hace esto, dice Yusufi, “nuestras comunidades seguirán invisibles y marginalizadas porque los datos realmente importan”.
Conseguir servicios personalizados para las necesidades MENA es solo una parte de lo que está en juego. Así, también, defiende Yusufi, es crear poder. Las poblaciones MENA podrán entonces elegir a personas “que reflejen las necesidades de nuestras comunidades y que hagan que los legisladores rindan cuentas” cuando estigmaticen a las comunidades MENA.
Kathay Feng del grupo de vigilancia independiente Common Cause destacó que la participación en el censo es el primer paso hacia la representación. En América, los recursos y derechos se otorgan por representación en base al número de residentes en todos los niveles, desde el estado hasta el municipio, en proporción a la población total.
“Se cuenta a todos, sin importar la situación migratoria o si están registrados para votar o no”, dijo Feng, “porque todos los residentes pagan impuestos de una manera u otra, y con el tiempo la mayoría de los inmigrantes llegará a convertirse en ciudadanos”.
Cada 10 años, inmediatamente después de que el censo decenal entregue los datos de población, se trazan de nuevo los distritos electorales. En California, que ha estado en la vanguardia de las reformas de la redistribución de los distritos electorales, la vieja práctica de permitir que los legisladores tracen las líneas de los distritos en base a las poblaciones que con más seguridad los volverían a votar – conocida como gerrymandering – fue sustituida en 2009 por comisionados seleccionados independientemente. Otros nueve estados han seguido la iniciativa de California.
Pero, Feng destacó, para ser efectivos y para asegurar que se oigan sus voces, los residentes tienen que estar involucrados a nivel local. Y este año, existe el peligro de que las fuerzas anti-inmigrantes limiten a los residentes que cuentan en la redistribución de los distritos electorales a solo los que votan.
“En la ciudad de El Cajón, San Diego, vimos mucha discriminación, sobre todo cuando llegaron los refugiados sirios. Nuestros hijos fueron víctimas del bullying en la escuela pero las escuelas no quisieron adoptar ninguna política de bullying porque no tenemos representación”, dijo Dilkhwaz Ahmed, directora ejecutiva de License to Freedom. “La representación es muy importante para nosotros como comunidad kurda, como refugiados, y como inmigrantes”.
Emilio Vaca se siente optimista de que California pueda lograr el reto del recuento deficiente: “Desde el 11 de mayo, California tiene un índice de auto-respuesta del 59.6%, lo cual es superior a la media nacional del 58%”. Esto es aún más impresionante, anotó Vaca, dado el efecto que ha tenido la pandemia en los esfuerzos para conseguir participación.
Muchos de los ponentes en la llamada declararon sobre los esfuerzos en curso para cambiar a divulgación virtual y caravanas que pasan y llevan el censo donde está la gente.
“Tuvimos un evento del banco de alimentos para la comunidad musulmana y de Oriente Medio en el sur de Sacramento que atrajo a más de 2,000 familias que vinieron en coche, y realmente nos relacionamos con ellas acerca del censo en cada coche”, dijo Basim Elkarra, director ejecutivo de CAIR en Sacramento. “Muchos eran refugiados recientes”.
El formato del censo 2020 no incluye la categoría racial MENA, pero la Pregunta 9 permite que los encuestados escriban “MENA” y sus orígenes étnicos específicos tal como libanés, palestino, argelino o kurdo.
Los ponentes estuvieron de acuerdo en que el ser visibles en el censo 2020 creará las bases para que las próximas generaciones MENA construyan sobre lo que esta generación ha comenzado.