Por: Miram Reyes
Los Ángeles.- Líderes de diferentes organizaciones que abogan por una reforma migratoria y decenas de niños marcharon para pedir al presidente Barack Obama y al Congreso un paro alas deportaciones y una solición para los indocumentados.
A pesar de que no hubo la asistencia esperada a la protesta que se realizó el sábado 22 de febrero, los participantes no bajaron la guardia, incluso, hicieron un llamado a la comunidad apática que se niega a salir a las calles a luchar por lo que consideran sus derechos.
Al grito de “Queremos una Reforma Migratoria justa, ¡ya!”, “¡Alto a las deportaciones!” , “Presidente Obama escucha, seguimos en la lucha”, “Congreso renuente, el pueblo está impaciente”, unas 300 personas latinos realizaron una marcha de protesta en el centro de Los Ángeles.
La movilización, que contó con la participación de los dirigentes de diferentes organizaciones, inició a las 12:00 del mediodía en la esquina de Olympic y Broadway, para continuar a lo largo de esta última avenida y concluir frente al edificio de la alcaldía angelina, en las calles Spring y primera.
En el inicio de la marcha, Juan José Gutiérrez, dirigente de Vamos Unidos USA, se subió a la camioneta que servía como plataforma para exhortar a la gente a hacer a un lado el miedo, el temor y a unirse a las movilizaciones para exigir una reforma que saque de las sombras a más de 11 millones de indocumentados.
“Desde la capital latina de todo el país mandamos un mensaje a toda la nación de que estamos en pie de lucha”, exclamó. “Exigimos que paren las deportaciones, las divisiones de las familias y que el 2014 sea el año en que logremos una reforma migratoria amplia, justa y generosa con camino a la ciudadanía”.
Niños sufren
Entre todos los manifestantes, destacaba la niña de 10 años de edad Jacey Vargas Damián, ciudadana estadounidense, quien con su carita desesperada pedía justicia para las familias.
“Yo vine aquí a marchar y a luchar por mi papá. Hace como 3 ó 4 meses lo detuvieron por conducir sin licencia de manejo cuando venía del trabajo en Tennesse, y ahora se encuentra en la cárcel de inmigración con orden de deportación.
“Eso ha hecho que me sienta muy mal y deprimida”, contó. “No puedo dormir bien porque pienso en mi padre, dónde duerme, si come, que le está pasando, yo le digo al presidente Obama que enblandezca su corazón que le pasaría a él si de repente le quitarán a sus dos hijas, como él se sentiría, yo soy ciudadana estadounidense y le pido a él que nos cumpla su promesa que por eso los latinos lo ayudamos a reelegirse”.
Otras caritas infantiles que resaltaban en la manifestación fueron las de los hermanos, Óscar y Angélica Rivera, de 9 y 16 años de edad respectivamente, quienes dijeron que temían por la seguridad de sus padres originarios de Oaxaca.
“Nosotros venimos desde Oxnard a unirnos a la marcha para apoyar a nuestros padres”, comentó Angélica. “Queremos que (el presidente) Obama cese la persecusión de las familias latinas y de una reforma migratoria”.